La obligatoriedad del uso de tapabocas para entrar al Metro de Caracas o para estar en lugares públicos como mercados ha hecho que este insumo escasee o se encarezca y algunos venezolanos ya comienzan a elaborar sus propias mascarillas con tela, papel e incluso bolsas plásticas para protegerse del coronavirus.
Sin embargo, infectólogos consultados por Efecto Cocuyo advierten que sin la higiene de manos requerida o el uso correcto estos tapabocas no protegen efectivamente.
La doctora y directiva de la Sociedad Venezolana de Infectologia, Patricia Valenzuela, considera que “son una alternativa” porque los tapabocas N95 que como su nombre lo indica protegen 95% deben ser reservados para el personal de salud.
Sin embargo, enfatiza las medidas de higiene que deben implementarse: “El tapaboca de tela debe ser lavado con agua y jabón, secado y planchado diariamente y la persona debe evitar manipularlo y tocarse la cara mientras lo tenga puesto”, precisa.
La especialista subraya que la mejor medida de prevención es no salir de la casa si no es necesario y mantener las manos limpias.
Recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que las mascarillas solo deben usarlas las personas que presentan síntomas, los cuidadores y el personal médico. Lo que contrasta con la orden del Ejecutivo.
Conozca las medidas recomendadas por la OMS para el uso correcto del tapabocas.
“El detalle está en que el Ejecutivo Nacional ha hecho hincapié en que todos los ciudadanos deben usar tapaboca si van a utilizar el transporte público o el metro. Esto genera un desabastecimiento que afecta al sector salud tanto privado como público porque hay un número finito de tapabocas y los costos también se han incrementado. Estamos dejando expuestos al personal médico”, advierte.
Valenzuela explica que la mascarilla de papel se humedece rápidamente y cuando esto ocurre debe ser descartada inmediatamente y las de plástico pueden resultar incómodas e inseguras como método de barrera.
El jefe de infectologia del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, Jaime Torres, aclara que las mascarillas no fueron diseñadas como un filtro de aire sino que fueron creadas para que los cirujanos y el personal médico no contaminaran las heridas de los pacientes en el quirófano.
“Lo que busca es minimizar la contaminación que puede transmitir una persona que expulsa en sus secreciones cualquier agente infeccioso, por eso son más recomendables para las personas que presentan síntomas o para el personal médico”, señala.
El infectólogo sostiene que su uso es menos efectivo para evitar contagiarse (independientemente del material con el que esté hecho) que lavarse las manos y evitar el contacto con otras personas.
“Los tapabocas deben ser para el personal médico que es el grupo con más riesgo porque tiene que lidiar constantemente con personas infectadas”, reitera.