El gobernador del estado Bolívar, Justo Noguera Pietri, alertó de posibles nuevas inundaciones en Ciudad Guayana por la temporada de lluvias. En una nota publicada por Radio Fe y Alegría se destacó que el riesgo aumenta por el fenómeno «El Niño» que eleva los niveles de los embalses que alimentan las cuatro centrales hidroeléctricas ubicadas en el Bajo Caroní: Guri, Caruachi, Macagua y Tocoma.
El lider regional aseguró que se estaban tomando medidas preventivas al advertir que al abrir las compuertas de las represas habría un aumento del caudal del Caroní que podría inundar sembradíos, vialidades rurales y otras infraestructuras civiles, según una nota oficial. La Unidad de Verificación de Datos y Factchecking de EfectoCocuyo realizó una revisión de estas aseveraciones.
De acuerdo al Sistema de Clima y Agua de Argentina, El Niño – Osculación Sur es «un patrón climático recurrente que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico tropical», frente a las costas de Ecuador y Perú. Este calentamiento y enfriamiento oscilante cambia los ritmos de precipitaciones en el mundo, en períodos de 3 a 7 años. El Niño y La Niña son formas extremas de este fenómeno, divididas por una Zona Neutral.
El fenómeno fue bautizado por pescadores peruanos que notaban una corriente cálida con fuertes precipitaciones que iniciaba a finales de cada año y se extendía al principio del siguiente, por lo que lo llamaron así en honor al Niño Jesús. Sin embargo, desde 1891 la Sociedad Geográfica de Lima había recibido información de un evento macroclimático que afectaba a todo el planeta.
En la conferencia «El fenómeno de El Niño en la historia de Venezuela«, realizada en abril de 2016, el doctor Marcos Peñaloza, docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes (ULA), explicó que es en 1925 cuando se empieza a entender que los cambios de presión atmosférica sucedidos en el Pacífico por El Niño tenían relación con lo que sucedía en el país.
A Venezuela le afecta a través de prolongadas sequías que afectan sobre todo la parte sur que hace límite con la parte norte de Brasil, que es donde la sequía es muy fuerte y afecta entonces el caudal de los ríos de Guayana y fundamentalmente el río Caroní que es el que alimenta la represa de El Guri, es por eso que el nivel del Caroní y la represa se ha correlacionado con la aparición del fenómeno.
Peñaloza rastreó sequías venezolanas durante los siglos 16 y 19 para corroborar la relación y aseguró que El Niño cumplió su ciclo de tres años en 2016, luego vino la llamada Zona Neutral y desde entonces habría La Niña, que se manifestaría en Venezuela como de fuertes lluvias.
La explicación del profesor coincide con la versión oficial que ha señalado a El Niño como causante de las sequías en el país, espciealmente en 2010 y 2016, que han reducido el caudal de los embalses, en lugar aumentarlos como dijo Noguera Pietri.
Sin embargo, el informe de junio del Centro Internacional de Investigación del Fenómeno de El Niño contradice al gobernador. En el documento se señala que se esperan mayores lluvias solamente en la costa Pacífica de Colombia y en la triple frontera de Brasil–Venezuela-Colombia, mucho más al sur que las sucedidas en 2018.
Con esto coincide el Centro de Vuelo Espacial Goddard que informó que El Niño se formaría en 2019 en el centro del Pacífico y ya no en el oriente, frente a las costas de Perú. Lo bautizaron «El Niño Modoki» -que significa «similar pero diferente»- y que haría que cambiaran las afectaciones climáticas, reduciendo las lluvias en otras partes del mundo.
No hay pronósticos del fenómeno La Niña para 2019.
La Dirección de Ambiente de la Gobernación de Bolívar publicó un estudio «Inundaciones extremas«, el cual revela que las inundaciones eran previsibles. Sus autores advirtieron que la construcción anárquica de viviendas al norte de Ciudad Bolívar y la tala de bosques ha provocado una pérdida de la capacidad de absorción de los suelos al ser cubiertos por cemento y asfalto, por lo que recomiendan un mejor mantenimiento a los caños y canales naturales al norte de la ciudad, mejorar infraestructura de mitigación de inundaciones, realizar un programa de reforestación, colocar varias plantas de bombeo y brindar formación ambiental a los líderes comunitarios.
Por su parte, El Carabobeño reprodujo un reportaje de El Correo del Orinoco de agosto de 2018 que citaba denuncias del urbanista Simón Yegres y la ONG Contraloría de lo Público y lo Urbano que señalaban que hubo un mal manejo de estos reservorios, los cuales se dejaron llenar de más al no haber sido aliviados progresivamente ante las fallas de las turbinas de la Hidroeléctrica del Guri que reducía el paso del agua por las mismas.
Así mismo, denunciaron que nunca se ejecutó el Plan de Ordenación Urbanística de 1995, que establecía medidas para las comunidades ribereñas, ni el Plan de Desarrollo Urbano y Local de 2006, que incluía siete planes especiales para la Ciudad Bolívar.
Noguera Pietri sólo anunció mantenimiento de los caños, sin planes de reforestación ni nueva infraestructura de mitigación.
Las declaraciones del gobernador de Bolívar fueron imprecisas al relacionar a El Niño con la llegada de las lluvias, en lugar de sequía, mientras la evidencia climatológica muestra que no se espera un aumento en el volumen de lluvias para esta época del año.
Opiniones expertas señalan que los embalses no se habrían llenado por encima de su cota de seguridad si se hubiesen utilizado plenamente para la generación eléctrica mientras que la apertura de compuertas no tendría que necesariamente conducir a inundaciones si se hubiesen implementado las previsiones emanadas de un informe preparado por la misma gobernación así como los planes urbanísticos aprobados.
En conclusión, su aseveración es engañosa.
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El gobernador del estado Bolívar, Justo Noguera Pietri, alertó de posibles nuevas inundaciones en Ciudad Guayana por la temporada de lluvias. En una nota publicada por Radio Fe y Alegría se destacó que el riesgo aumenta por el fenómeno «El Niño» que eleva los niveles de los embalses que alimentan las cuatro centrales hidroeléctricas ubicadas en el Bajo Caroní: Guri, Caruachi, Macagua y Tocoma.
El lider regional aseguró que se estaban tomando medidas preventivas al advertir que al abrir las compuertas de las represas habría un aumento del caudal del Caroní que podría inundar sembradíos, vialidades rurales y otras infraestructuras civiles, según una nota oficial. La Unidad de Verificación de Datos y Factchecking de EfectoCocuyo realizó una revisión de estas aseveraciones.
De acuerdo al Sistema de Clima y Agua de Argentina, El Niño – Osculación Sur es «un patrón climático recurrente que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico tropical», frente a las costas de Ecuador y Perú. Este calentamiento y enfriamiento oscilante cambia los ritmos de precipitaciones en el mundo, en períodos de 3 a 7 años. El Niño y La Niña son formas extremas de este fenómeno, divididas por una Zona Neutral.
El fenómeno fue bautizado por pescadores peruanos que notaban una corriente cálida con fuertes precipitaciones que iniciaba a finales de cada año y se extendía al principio del siguiente, por lo que lo llamaron así en honor al Niño Jesús. Sin embargo, desde 1891 la Sociedad Geográfica de Lima había recibido información de un evento macroclimático que afectaba a todo el planeta.
En la conferencia «El fenómeno de El Niño en la historia de Venezuela«, realizada en abril de 2016, el doctor Marcos Peñaloza, docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes (ULA), explicó que es en 1925 cuando se empieza a entender que los cambios de presión atmosférica sucedidos en el Pacífico por El Niño tenían relación con lo que sucedía en el país.
A Venezuela le afecta a través de prolongadas sequías que afectan sobre todo la parte sur que hace límite con la parte norte de Brasil, que es donde la sequía es muy fuerte y afecta entonces el caudal de los ríos de Guayana y fundamentalmente el río Caroní que es el que alimenta la represa de El Guri, es por eso que el nivel del Caroní y la represa se ha correlacionado con la aparición del fenómeno.
Peñaloza rastreó sequías venezolanas durante los siglos 16 y 19 para corroborar la relación y aseguró que El Niño cumplió su ciclo de tres años en 2016, luego vino la llamada Zona Neutral y desde entonces habría La Niña, que se manifestaría en Venezuela como de fuertes lluvias.
La explicación del profesor coincide con la versión oficial que ha señalado a El Niño como causante de las sequías en el país, espciealmente en 2010 y 2016, que han reducido el caudal de los embalses, en lugar aumentarlos como dijo Noguera Pietri.
Sin embargo, el informe de junio del Centro Internacional de Investigación del Fenómeno de El Niño contradice al gobernador. En el documento se señala que se esperan mayores lluvias solamente en la costa Pacífica de Colombia y en la triple frontera de Brasil–Venezuela-Colombia, mucho más al sur que las sucedidas en 2018.
Con esto coincide el Centro de Vuelo Espacial Goddard que informó que El Niño se formaría en 2019 en el centro del Pacífico y ya no en el oriente, frente a las costas de Perú. Lo bautizaron «El Niño Modoki» -que significa «similar pero diferente»- y que haría que cambiaran las afectaciones climáticas, reduciendo las lluvias en otras partes del mundo.
No hay pronósticos del fenómeno La Niña para 2019.
La Dirección de Ambiente de la Gobernación de Bolívar publicó un estudio «Inundaciones extremas«, el cual revela que las inundaciones eran previsibles. Sus autores advirtieron que la construcción anárquica de viviendas al norte de Ciudad Bolívar y la tala de bosques ha provocado una pérdida de la capacidad de absorción de los suelos al ser cubiertos por cemento y asfalto, por lo que recomiendan un mejor mantenimiento a los caños y canales naturales al norte de la ciudad, mejorar infraestructura de mitigación de inundaciones, realizar un programa de reforestación, colocar varias plantas de bombeo y brindar formación ambiental a los líderes comunitarios.
Por su parte, El Carabobeño reprodujo un reportaje de El Correo del Orinoco de agosto de 2018 que citaba denuncias del urbanista Simón Yegres y la ONG Contraloría de lo Público y lo Urbano que señalaban que hubo un mal manejo de estos reservorios, los cuales se dejaron llenar de más al no haber sido aliviados progresivamente ante las fallas de las turbinas de la Hidroeléctrica del Guri que reducía el paso del agua por las mismas.
Así mismo, denunciaron que nunca se ejecutó el Plan de Ordenación Urbanística de 1995, que establecía medidas para las comunidades ribereñas, ni el Plan de Desarrollo Urbano y Local de 2006, que incluía siete planes especiales para la Ciudad Bolívar.
Noguera Pietri sólo anunció mantenimiento de los caños, sin planes de reforestación ni nueva infraestructura de mitigación.
Las declaraciones del gobernador de Bolívar fueron imprecisas al relacionar a El Niño con la llegada de las lluvias, en lugar de sequía, mientras la evidencia climatológica muestra que no se espera un aumento en el volumen de lluvias para esta época del año.
Opiniones expertas señalan que los embalses no se habrían llenado por encima de su cota de seguridad si se hubiesen utilizado plenamente para la generación eléctrica mientras que la apertura de compuertas no tendría que necesariamente conducir a inundaciones si se hubiesen implementado las previsiones emanadas de un informe preparado por la misma gobernación así como los planes urbanísticos aprobados.
En conclusión, su aseveración es engañosa.