La forma tradicional de organizar elecciones puede convertir a cualquier comicio en un evento de riesgo y de potencial contagio del coronavirus. Al menos 40 etapas en la organización y celebración de una elección pueden convertirse en riesgos significativos para los trabajadores electorales y los votantes.
Las medidas sanitarias para contener la propagación del COVID-19 imponen un desafío a la organización de elecciones, añadiendo nuevos requerimientos a las exigencias políticas y técnicas propia de cada evento electoral.
El desarrollo de las campañas, el registro de los ciudadanos en el padrón de votantes y la adecuación de los centros de votación son las primeras cadenas del proceso que puedan aumentar significativamente los casos de contagios comunitarios del virus.
En el caso de la etapa propiamente electoral desde la capacitación de los ciudadanos que deben formar parte de la estructura electoral el día de las elecciones, hasta la acreditación de los testigos de partidos y candidatos, pasando por el personal que trabaja en las sedes de los organismos electorales y se encarga de la logística de distribuir el material electoral necesario a los centros de votación pueden generar situaciones de potenciales contagios y transmisión del virus.
Incluso, la etapa manual de registro de partidos y registros de candidatos, la selección de la posición en la boleta electoral y la producción de los instrumentos electorales requieren que los organismos electorales cambien su dinámica de trabajo.
La etapa técnica del proceso, que puede incluir desde el almacenamiento y distribución del material electoral, las ferias electorales o de educación al elector, el entrenamiento del personal operativo en los centros de votación y el trabajo en los locales de capacitación electoral necesita ser redefinida en medio de las medidas de distancia física recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las auditorias a los sistemas automatizados, la distribución del material electoral desde sedes regionales a los centros de votación, la instalación de las mesas electorales, la apertura de las mesas el día de la elección, la puesta a cero de los sistemas en caso de voto automatizado son otras fases del proceso que pueden representar riesgos para los electores y para el personal electoral.
En la etapa de la votación desde la fila para ingresar a los centros de votación, pasando por la autenticación de los votantes, la escogencia de la opción electoral en las boletas (en las boletas o en los sistemas automatizados de votación) y la emisión del voto son fases sensibles del proceso de votación.
El cierre del proceso electoral, el escrutinio, el reconteo, las auditorías ciudadanas, las firmas de actas de resultados, el repliegue de los equipos de votación y del material electoral, las auditorias posteriores a los sistemas, el procesamiento de los resultados, etc también son fases del proceso electoral que deben repensarse en medio de la pandemia del coronavirus.
40 fases del proceso electoral son fuente potencial de contagio de COVID-19
La solución inicial para reducir el peligro sanitario de propagación del COVID-19 en las elecciones fue la de postergar los eventos comiciales.
Según IDEA internacional entre el 21 de febrero y 29 de abril al menos 52 países y territorios pospusieron sus elecciones debido al COVID-19. Entre estos casos se encuentran países de la región como República Dominicana, Paraguay y Uruguay.
No obstante, una veintena de países siguieron adelante con sus elecciones. Algunas de ellas, como es el caso de Corea del Sur, lo hicieron de forma notable logrando un récord de participación en casi tres décadas (66.2 %) para una elección parlamentaria.
Gerardo de Icaza, Director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) destaca el caso de Corea del Sur como el norte a seguir.
“Corea del Sur tuvo uno de los procesos electorales con mayor participación en las últimas décadas y no tuvo un incremento sustancial en contagios de COVID-19”, reflexiona -reflexiona Icaza, para advertir que en el extremo a la efectividad de Corea del Sur se encuentra Mali.
“Celebró la primera vuelta de elecciones comenzando el brote de COVID-19 y la segunda vuelta en medio de la etapa de contagio y sin muchas medidas de prevención. En este caso, los ciudadanos optaron por no ejercer su derecho, para evitar contagiarse provocando la disminución significativa de la participación”, recuerda el Director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA.
Para Eduardo Correia, vicepresidente de la unidad electoral de Smartmatic, la pandemia del coronavirus le plantea un reto importante a los organismos electorales. “¿Cómo pasar de una estrategia de postergación de elecciones, que es una estrategia válida a corto plazo, a una estrategia de adaptación y preparación para la realización de procesos electorales bajo el contexto actual?”.
Desde su perspectiva “aunque la votación remota en línea y la verificación de identidad remota son métodos viables para garantizar la continuidad de las elecciones cumpliendo con el distanciamiento social, no todos los países tienen la capacidad de cambiar sus métodos de votación drásticamente”.
Sostiene que la mayoría de las autoridades electorales “muy probablemente continuarán ofreciendo opciones de votación presencial independientemente de la implementación de otros canales de votación. En este sentido, se deben crear las condiciones para que los procesos de votación presencial sean más seguros y simples”.
Francisco Guerrero, director de la secretaria de fortalecimiento a la democracia de la OEA sostiene que mantener la salud de los votantes es el objetivo primordial en esta etapa.
Durante la conferencia “Elecciones en tiempos de Pandemia” Guerrero sostuvo que en esta etapa de reformulación y adaptación “los recursos tecnológicos juegan un papel fundamental”.
Julio César Castaños Guzmán, presidente de la Junta Electoral Central de República Dominicana explica que al momento de suspender las elecciones generales y presidenciales que estaban previstas para marzo (se realizarán el 5 de julio) debieron realizar “una consulta a todos los partidos políticos y a los entes de la sociedad civil evaluar si era razonable posponer las elecciones”..
Castaños precisó que la postergación no puede ser indefinida porque el periodo constitucional termina el 16 de agosto, por esta razón están tomando como referencia la experiencia de Corea del Sur.
Entre los protocolos se evalúa la posibilidad de extender el horario de votación porque las medidas sanitarias provocarán que el proceso sea mucho más lento.
En el caso de República Dominicana no se ha resuelto si los ciudadanos en el exterior podrán sufragar, porque esto depende de las medidas sanitarias impuestas por cada país.
Salvador Romero, ex presidente de la Corte Nacional Electoral de Bolivia y actual vocal del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, explica que en el caso del proceso presidencial sobrevenido en el país (pospuesto por 90 días) se enfrentan a la necesidad de tener que redefinir el presupuesto por la necesidad de rediseñar el proceso electoral para que se adapte a las normas sanitarias impuestas.
Romero recuerda que “no solo estamos en medio de una crisis de salud, sino económica y las elecciones requieren mas presupuesto por las razones de la pandemia”.
En el caso de Bolivia el despliegue de misiones de observación internacional y nacionales es vital y aún se discuten los protocolos para permitir la veeduría electoral en medio de las restricciones que impone el coronavirus.
El vicepresidente de la Corte Electoral de Uruguay Wilfredo Penco explica que la decisión de posponer las elecciones departamentales (previstas para el 10 de mayo se celebrarán ahora el 25 de septiembre) se tomó después de una amplia consulta con los partidos políticos en donde se valoraron las dificultades para la distribución del material electoral y la incapacidad de los proveedores en cumplir con las entregas.
Según Penco no están dadas las condiciones para realizar elecciones “porque se afectan derechos fundamentales, como el derecho a la salud”.
Por esta razón asegura que aún se trabaja “en el diseño de las garantías sanitarias necesarias para el desarrollo de la jornada electoral”.
Las elecciones primarias de los partidos políticos en Paraguay (originalmente programadas para el 12 de julio) se realizaran en agosto y las elecciones locales (originalmente programadas para el 8 de noviembre) están programadas para el 29 de noviembre.
Según la ministra María Elena Wapenka integrante del Tribunal de Justicia Electoral de Paraguay la reprogramación se realizó en medio de una elección ya compleja porque incluía cambios sustanciales para el proceso electoral paraguayo: Listas cerradas desbloqueadas y de representación proporcional y 100% de automatización en el proceso.
Según Wapenka los nuevos protocolos implican realizar capacitación on line del personal electoral.
Por otra parte, destacó que el organismo electoral de Paraguay destinó parté de sus actividades a la producción de mascarillas y gel antibacterial.
Wapenka explicó que en el caso de los procesos electorales debe evitarse casos como el de Polonia (debía realizar sus elecciones el 10 de mayo). En este caso, se suprimió la campaña electoral y se pensaba imponer la obligatoriedad de votar exclusivamente por correo.
Ecuador tiene programada sus elecciones generales para febrero del año 2021. No obstante, el coronavirus está provocando cambios significativos en la organización del proceso.
Diana Atamaint presidenta del Consejo Nacional de Ecuador, precisó que se siguen evaluando modalidades que no violen la ley y estén dentro del presupuesto electoral que se ubicó en 123 millones de dólares.
Hasta este momento el CNE se debate entre la posibilidad de realizar la jornada electoral durante varios días segmentando a la población y la posibilidad de que una parte de la población vote presencialmente y otro segmento lo haga con voto a distancia (vía internet).
Un reciente encuesta del Pew Research Center, reveló que un 70 % de los votantes de los Estados Unidos, está de acuerdo con que se permita el voto por correo, mientras la mitad de los votantes (52%) se muestra a favor de que todas las elecciones sean por correo para evitar el impacto del coronavirus. La proporción de ciudadanos que aprueban esta propuesta subió 18 puntos porcentuales desde 2018.
Los integrantes de The Brookings Institution recomiendan evaluar al menos seis posibles acciones que los estados deben valorar para las elecciones presidenciales de noviembre.
El Vice-presidente de la unidad electoral de Smartmatic sostiene que la nueva realidad que impone el COVID-10 plantea un reto importante a los organismos electorales.
Correia propone cinco lineas de acción para salvaguardar la salud de los trabajadores electorales y los votantes, ajustando los procesos electorales a la realidad que impone el COVID-19.
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La forma tradicional de organizar elecciones puede convertir a cualquier comicio en un evento de riesgo y de potencial contagio del coronavirus. Al menos 40 etapas en la organización y celebración de una elección pueden convertirse en riesgos significativos para los trabajadores electorales y los votantes.
Las medidas sanitarias para contener la propagación del COVID-19 imponen un desafío a la organización de elecciones, añadiendo nuevos requerimientos a las exigencias políticas y técnicas propia de cada evento electoral.
El desarrollo de las campañas, el registro de los ciudadanos en el padrón de votantes y la adecuación de los centros de votación son las primeras cadenas del proceso que puedan aumentar significativamente los casos de contagios comunitarios del virus.
En el caso de la etapa propiamente electoral desde la capacitación de los ciudadanos que deben formar parte de la estructura electoral el día de las elecciones, hasta la acreditación de los testigos de partidos y candidatos, pasando por el personal que trabaja en las sedes de los organismos electorales y se encarga de la logística de distribuir el material electoral necesario a los centros de votación pueden generar situaciones de potenciales contagios y transmisión del virus.
Incluso, la etapa manual de registro de partidos y registros de candidatos, la selección de la posición en la boleta electoral y la producción de los instrumentos electorales requieren que los organismos electorales cambien su dinámica de trabajo.
La etapa técnica del proceso, que puede incluir desde el almacenamiento y distribución del material electoral, las ferias electorales o de educación al elector, el entrenamiento del personal operativo en los centros de votación y el trabajo en los locales de capacitación electoral necesita ser redefinida en medio de las medidas de distancia física recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las auditorias a los sistemas automatizados, la distribución del material electoral desde sedes regionales a los centros de votación, la instalación de las mesas electorales, la apertura de las mesas el día de la elección, la puesta a cero de los sistemas en caso de voto automatizado son otras fases del proceso que pueden representar riesgos para los electores y para el personal electoral.
En la etapa de la votación desde la fila para ingresar a los centros de votación, pasando por la autenticación de los votantes, la escogencia de la opción electoral en las boletas (en las boletas o en los sistemas automatizados de votación) y la emisión del voto son fases sensibles del proceso de votación.
El cierre del proceso electoral, el escrutinio, el reconteo, las auditorías ciudadanas, las firmas de actas de resultados, el repliegue de los equipos de votación y del material electoral, las auditorias posteriores a los sistemas, el procesamiento de los resultados, etc también son fases del proceso electoral que deben repensarse en medio de la pandemia del coronavirus.
40 fases del proceso electoral son fuente potencial de contagio de COVID-19
La solución inicial para reducir el peligro sanitario de propagación del COVID-19 en las elecciones fue la de postergar los eventos comiciales.
Según IDEA internacional entre el 21 de febrero y 29 de abril al menos 52 países y territorios pospusieron sus elecciones debido al COVID-19. Entre estos casos se encuentran países de la región como República Dominicana, Paraguay y Uruguay.
No obstante, una veintena de países siguieron adelante con sus elecciones. Algunas de ellas, como es el caso de Corea del Sur, lo hicieron de forma notable logrando un récord de participación en casi tres décadas (66.2 %) para una elección parlamentaria.
Gerardo de Icaza, Director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) destaca el caso de Corea del Sur como el norte a seguir.
“Corea del Sur tuvo uno de los procesos electorales con mayor participación en las últimas décadas y no tuvo un incremento sustancial en contagios de COVID-19”, reflexiona -reflexiona Icaza, para advertir que en el extremo a la efectividad de Corea del Sur se encuentra Mali.
“Celebró la primera vuelta de elecciones comenzando el brote de COVID-19 y la segunda vuelta en medio de la etapa de contagio y sin muchas medidas de prevención. En este caso, los ciudadanos optaron por no ejercer su derecho, para evitar contagiarse provocando la disminución significativa de la participación”, recuerda el Director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA.
Para Eduardo Correia, vicepresidente de la unidad electoral de Smartmatic, la pandemia del coronavirus le plantea un reto importante a los organismos electorales. “¿Cómo pasar de una estrategia de postergación de elecciones, que es una estrategia válida a corto plazo, a una estrategia de adaptación y preparación para la realización de procesos electorales bajo el contexto actual?”.
Desde su perspectiva “aunque la votación remota en línea y la verificación de identidad remota son métodos viables para garantizar la continuidad de las elecciones cumpliendo con el distanciamiento social, no todos los países tienen la capacidad de cambiar sus métodos de votación drásticamente”.
Sostiene que la mayoría de las autoridades electorales “muy probablemente continuarán ofreciendo opciones de votación presencial independientemente de la implementación de otros canales de votación. En este sentido, se deben crear las condiciones para que los procesos de votación presencial sean más seguros y simples”.
Francisco Guerrero, director de la secretaria de fortalecimiento a la democracia de la OEA sostiene que mantener la salud de los votantes es el objetivo primordial en esta etapa.
Durante la conferencia “Elecciones en tiempos de Pandemia” Guerrero sostuvo que en esta etapa de reformulación y adaptación “los recursos tecnológicos juegan un papel fundamental”.
Julio César Castaños Guzmán, presidente de la Junta Electoral Central de República Dominicana explica que al momento de suspender las elecciones generales y presidenciales que estaban previstas para marzo (se realizarán el 5 de julio) debieron realizar “una consulta a todos los partidos políticos y a los entes de la sociedad civil evaluar si era razonable posponer las elecciones”..
Castaños precisó que la postergación no puede ser indefinida porque el periodo constitucional termina el 16 de agosto, por esta razón están tomando como referencia la experiencia de Corea del Sur.
Entre los protocolos se evalúa la posibilidad de extender el horario de votación porque las medidas sanitarias provocarán que el proceso sea mucho más lento.
En el caso de República Dominicana no se ha resuelto si los ciudadanos en el exterior podrán sufragar, porque esto depende de las medidas sanitarias impuestas por cada país.
Salvador Romero, ex presidente de la Corte Nacional Electoral de Bolivia y actual vocal del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, explica que en el caso del proceso presidencial sobrevenido en el país (pospuesto por 90 días) se enfrentan a la necesidad de tener que redefinir el presupuesto por la necesidad de rediseñar el proceso electoral para que se adapte a las normas sanitarias impuestas.
Romero recuerda que “no solo estamos en medio de una crisis de salud, sino económica y las elecciones requieren mas presupuesto por las razones de la pandemia”.
En el caso de Bolivia el despliegue de misiones de observación internacional y nacionales es vital y aún se discuten los protocolos para permitir la veeduría electoral en medio de las restricciones que impone el coronavirus.
El vicepresidente de la Corte Electoral de Uruguay Wilfredo Penco explica que la decisión de posponer las elecciones departamentales (previstas para el 10 de mayo se celebrarán ahora el 25 de septiembre) se tomó después de una amplia consulta con los partidos políticos en donde se valoraron las dificultades para la distribución del material electoral y la incapacidad de los proveedores en cumplir con las entregas.
Según Penco no están dadas las condiciones para realizar elecciones “porque se afectan derechos fundamentales, como el derecho a la salud”.
Por esta razón asegura que aún se trabaja “en el diseño de las garantías sanitarias necesarias para el desarrollo de la jornada electoral”.
Las elecciones primarias de los partidos políticos en Paraguay (originalmente programadas para el 12 de julio) se realizaran en agosto y las elecciones locales (originalmente programadas para el 8 de noviembre) están programadas para el 29 de noviembre.
Según la ministra María Elena Wapenka integrante del Tribunal de Justicia Electoral de Paraguay la reprogramación se realizó en medio de una elección ya compleja porque incluía cambios sustanciales para el proceso electoral paraguayo: Listas cerradas desbloqueadas y de representación proporcional y 100% de automatización en el proceso.
Según Wapenka los nuevos protocolos implican realizar capacitación on line del personal electoral.
Por otra parte, destacó que el organismo electoral de Paraguay destinó parté de sus actividades a la producción de mascarillas y gel antibacterial.
Wapenka explicó que en el caso de los procesos electorales debe evitarse casos como el de Polonia (debía realizar sus elecciones el 10 de mayo). En este caso, se suprimió la campaña electoral y se pensaba imponer la obligatoriedad de votar exclusivamente por correo.
Ecuador tiene programada sus elecciones generales para febrero del año 2021. No obstante, el coronavirus está provocando cambios significativos en la organización del proceso.
Diana Atamaint presidenta del Consejo Nacional de Ecuador, precisó que se siguen evaluando modalidades que no violen la ley y estén dentro del presupuesto electoral que se ubicó en 123 millones de dólares.
Hasta este momento el CNE se debate entre la posibilidad de realizar la jornada electoral durante varios días segmentando a la población y la posibilidad de que una parte de la población vote presencialmente y otro segmento lo haga con voto a distancia (vía internet).
Un reciente encuesta del Pew Research Center, reveló que un 70 % de los votantes de los Estados Unidos, está de acuerdo con que se permita el voto por correo, mientras la mitad de los votantes (52%) se muestra a favor de que todas las elecciones sean por correo para evitar el impacto del coronavirus. La proporción de ciudadanos que aprueban esta propuesta subió 18 puntos porcentuales desde 2018.
Los integrantes de The Brookings Institution recomiendan evaluar al menos seis posibles acciones que los estados deben valorar para las elecciones presidenciales de noviembre.
El Vice-presidente de la unidad electoral de Smartmatic sostiene que la nueva realidad que impone el COVID-10 plantea un reto importante a los organismos electorales.
Correia propone cinco lineas de acción para salvaguardar la salud de los trabajadores electorales y los votantes, ajustando los procesos electorales a la realidad que impone el COVID-19.