Nota actualizada este lunes, 16 de marzo de 2020 con los resultados de las pruebas de estabilidad y resistencia del COVID-19 que indican que el virus sí se puede propagar en climas cálidos. Por esa razón, se cambió el veredicto de este chequeo publicado el 27 de febrero de 2020.
La sospecha de que el coronavirus no se reproduce en ambientes cálidos aumenta. Usuarios de Twitter y portales informativos se han hecho portavoces de esta presunción de la comunidad científica.
La epidemia fue identificada por primera vez el 31 de diciembre de 2019. Desde entonces, hasta este 27 de febrero, se ha extendido por 43 países, ha infectado más de 82 mil 500 personas y ha cobrado más de 2 mil 800 vidas. Más de 33 mil personas han logrado salir airosos de la enfermedad.
En paralelo a la expansión del coronavirus, hay una epidemia de desinformación. Por esa razón, la Unidad de Verificación y Fact-checking de Efecto Cocuyo se unió a los esfuerzos de organizaciones de chequeo de 30 países. A continuación, lo que se conoce sobre esta sospecha.
Gripe estacional
¿De dónde surge esta sospecha? Del precedente establecido por la gripe estacional y otras epidemias causada por el coronavirus (que es un grupo de virus que causa distintas enfermedades).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las regiones templadas, la actividad gripal es más intensa en otoño e invierno. Es decir, el período con temperaturas más bajas. En el hemisferio norte, la temporada suele ser de octubre a mayo; mientras que en el hemisferio sur va al revés, de mayo a octubre.
También se establece esa relación por los síntomas en común entre el coronavirus y la gripe: fiebre, tos y rinorrea. Sin embargo, cada afección es provocada por virus diferentes. Por eso es necesario confirmar la presencia del virus mediante pruebas de laboratorio, especialmente si se ha viajado a países con casos confirmados. (Tramadol)
Estabilidad y resistencia del virus
No es la primera vez que aparece el coronavirus en el mundo. La OMS explica que este nombre identifica un grupo de virus ARN que causa enfermedades de leves a graves en humanos y animales. Dos coronavirus zoonóticos (enfermedad animal que es transmisible a humanos) se registraron en las últimas décadas: el síndrome respiratorio agudo grave (Sarv-CoV) en 2002 y 2003 y el síndrome respiratorio de oriente medio (Mers-CoV) en 2012.
Cada vez que se detecta la presencia de un nuevo virus, se hacen pruebas de estabilidad y resistencia a factores ambientales y desinfectantes. Esta información se vacía en informes o en la sección de preguntas y respuestas de la OMS.
El coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (Sarv-CoV) del 2003 sí registró una disminución importante en altas temperaturas: “el calor a 56 °C mata el coronavirus del SARS a alrededor de 10 mil unidades por 15 minutos (reducción rápida)”.
El COVID-19 sí resiste
Hasta el 27 de febrero, cuando se publicó este chequeo, no había difundido los resultados de las pruebas de estabilidad y resistencia de este nuevo coronavirus. Por lo tanto, no era posible determinar si su transmisibilidad disminuiría cuando llegue el calor a los países afectados. La sección de preguntas frecuentes de la OMS se actualizó por última vez el 23 de febrero de 2020.
El director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Robert Redfield, dijo al canal CNN el 14 de febrero que “aún no sabemos si seguirá el patrón de otros virus respiratorios, donde su transmisibilidad puede ajustarse a climas más cálidos o no. No lo sabemos”.
En la sección de Consejos para la población acerca de los rumores sobre el nuevo COVID-19 de la OMS se aclara que el virus puede transmitirse en cualquier zona, independientemente de las condiciones climáticas. Por lo tanto, esta presunción sobre el COVID-19 es falsa.