Se llamaba Jhender Alexander Escalona Gil y había ingresado la noche del viernes 6 de abril al Hospital Militar de Caracas, tras presentar un cuadro de deshidratación severa. Tenía cuatro años y seis meses de edad y estaba desnutrido. El pequeño falleció poco tiempo después, el sábado 7 de abril, tras padecer dos paros cardíacos.

Jhender era uno de un total de seis hermanos. En su casa, en el sector Chupulún de la parroquia San Juan, ubicada en Caracas, se alimentaban con lo poco que podía conseguir la madre con su trabajo de vendedora ambulante. La mayoría de las veces dependían de lo que trajera la caja Clap.

El caso de Jhender trascendió porque su madre no contaba con los recursos para enterrarlo. Después de denunciar la muerte del niño desnutrido en redes sociales y de recibir varias donaciones de particulares, la familia pudo recabar los 15 millones necesarios para darle sepultura al niño en el Cementerio General del Sur de Caracas, el sitio más económico que encontraron.

A Jhender lo velaron en una pequeña cajita de madera que quedó cubierta con los dibujos que hicieron sus amigos y familiares. Su compañeros de clase asistieron a casa, donde realizaron el velatorio, para darle el último adiós.

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