venezuela sin datos

Efecto Cocuyo documenta con el especial Venezuela sin Datos cómo, dónde y cuándo se le torció el brazo a la información y cuáles son las consecuencias del ocultamiento de los números en la vida de los venezolanos.

Tras cuatro meses de producción editorial, presentamos desde hoy la segunda y última parte de esta investigación contenida en siete capítulos y más de 24 reportajes que retratan los efectos de la desinformación en: salud, alimentación, economía, educación, seguridad, infraestructura y cambio climático.

En las últimas dos décadas, las autoridades de Venezuela fueron dejando de lado datos vitales de la población. El resultado de esa política es hoy un país de cifras extraoficiales, donde la institucionalidad está desestructurada y en su lugar reina la improvisación, el caos y la corrupción, bajo el amparo de la opacidad, donde todo se oculta.

Luego de contar con registros que permitían consolidar información sobre los más importantes índices del país -desde los servicios hasta las infraestructuras, pasando por la producción e inversión-, el sistema estadístico nacional quedó suspendido en el tiempo.

Enfermedades erradicadas han reaparecido como el sarampión, la difteria; otras se han expandido como el paludismo y varias se han disparado como el VIH y la tuberculosis, pero solo se conocen aproximaciones a través de datos aportados por Organizaciones No Gubernamentales,  registros de prensa, organismos internacionales, mientras puertas adentro el Ministerio de Salud guarda silencio.

Igual ocurre con las inversiones, los balances, el boletín epidemiológico, el índice nacional de precios e incluso el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero y también el número de docentes y de estudiantes que abandonaron las aulas del país.

Lo que más nos sacudió

Julett Pineda revisó la falta de cifras en el sector salud y, junto a Shari Avendaño, también abordó el capítulo de alimentación:

“En materia de salud pudimos dibujar la línea en la que la información sanitaria pasó a ser un secreto de Estado. Por primera vez, en el año 2007, un militar encabezó un ministerio que por tradición había sido ocupado por médicos con méritos. (Ultram) Fue a partir de ese momento  que se puso en jaque un registro epidemiológico de 69 años tras la primera interrupción del boletín”.

“La desaparición de la Hoja de Balance de Alimentos, publicada por el Instituto Nacional de Nutrición, hizo que se desdibujara la ruta alimentaria del país. Esto nos mostró que justo, cuando ocurría un descenso progresivo en el consumo calórico de la población, el Estado pasó a reservarse esta publicación”.

María Victoria Fermín llevó adelante la investigación en educación:

“Desde 2010 permanece ‘en mantenimiento’ la página web del Sistema de Información del Sistema Educativo (Sise) que permitía a los investigadores hacer seguimiento de las estadísticas como número de docentes y alumnos por escuela, así como hacer seguimiento a la prosecución escolar  a través de un indicador conocido como la cédula educativa”.

Ronny Rodríguez estuvo a cargo del capítulo economía:

“La falta de suministro de datos económicos a organismos internacionales y de financiamiento internacional  provocó el aumento del riesgo país de Venezuela, la desconfianza para los inversionistas internacionales, abonó el terreno para una mayor corrupción en el manejo de los recursos públicos y esto último incidió en la caída de la producción petrolera a mínimos históricos desde la nacionalización del petróleo en la década de 1970″.

Shari Avendaño documentó la ausencia de cifras en alimentación y en el sector de infraestructura:

“El “apagón informativo” del sistema eléctrico dejó sin herramientas a los ciudadanos que quieren informarse sobre el estado del servicio en las zonas donde residen; cada vez son  más comunes los cortes eléctricos a escala nacional y las protestas para exigir servicios públicos de calidad”.

 Vanessa Moreno Losada indagó la ausencia de registros en seguridad:

“Nos sorprendió encontrar casos en los que los cuerpos de seguridad evitan que una víctima denuncie un delito. Desde hace tres años se configura así una nueva forma de censura. Sin registro no hay análisis delictivo y esto puede generar políticas de seguridad erradas”.

Jeanfreddy Gutiérrez documentó la falta de estadísticas en materia del cambio climático:

“La escasez de datos sobre el cambio climático, con sólo dos informes en 20 años, es superada por la inexistencia de políticas e instituciones para abordar este problema que amenaza con despojarnos de mucho del orgullo y potencial del país: cientos de kilómetros cuadrados de costas que quedarían bajo el agua. A pesar que desde 1999 se conocen las amenazas sobre lugares extraordinarios como Porlamar o Chichiriviche, e incluso el puerto de Guanta, asombra no encontrar siquiera una declaración al respecto”.

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