Los acontecimientos del 23 de febrero no fueron una victoria para Nicolás Maduro; por el contrario, constituyen un hito que acelera la transición en el país, según el politólogo Piero Trepiccione.
El analista afirma que “la fractura de la coalición gobernante está en marcha” y la oposición tiene como tarea enfocarse en el cerco financiero global sobre Nicolás Maduro y tender “puentes de plata” para facilitar el quiebre dentro del componente militar.
El líder de la oposición reconocido como presidente (e) de Venezuela por más de 50 países, Juan Guaidó, ha ofrecido amnistía a aquellos funcionarios civiles y militares que se rebelen contra Maduro y colaboren en la restitución del orden constitucional.
“Hay que despolitizar el tema de la ayuda humanitaria y no se deben vender falsas expectativas, ciertos sectores de la oposición siguen con aquella vieja estrategia del todo o nada y trataron de convertir al 23 febrero en una fecha cumbre que iba a significar el resquebrajamiento definitivo del gobierno de Maduro y al no conseguirse los objetivos se generó cierta decepción en un sector minoritario”, señala.
Para Trepiccione, el 23 de febrero marcó un cambio porque deterioró aún más la legitimidad y credibilidad de Maduro en el mundo.
“El régimen de Maduro se sigue debilitando frente a la opinión pública internacional. Antonio Guterres y la propia Michelle Bachelet, dos figuras que habían sido extremadamente equilibradas en el juzgamiento de la situación venezolana, han dejado ver que se abre un cuestionamiento importante”, destaca.
Sobre la amenaza de intervención militar en Venezuela responde: “La intervención es la última opción que se pone sobre el tapete porque es la más costosa y dolorosa”.
El profesor universitario insiste en que es necesario que más países latinoamericanos y la Unión Europea dicten sanciones económicas contra individualidades del régimen de Maduro y la oposición continuar el proceso de articulación con los sectores gremiales y sociales dentro del país.
“Tenemos un país profundamente golpeado, en crisis. Un país alineado con el cambio y el deseo de salir de la figura de Maduro para iniciar la reconstrucción. Nunca antes en Venezuela se había articulado la necesidad de cambio como ahora”, concluye.
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