Frecuentemente utilizados como sinónimos, la autoestima y la valía personal (o valor de uno mismo) resultan ser conceptos complementarios en el campo de la psicología, aunque no necesariamente significan lo mismo.
Por sus nombres en inglés, self-esteem (autoestima) y self-worth (valía personal) sirven para referirse a la manera en la que las personas se reconocen a sí mismas; sin embargo, lo hacen desde dos perspectivas diferentes.
El concepto de autoestima es reconocido como la opinión que tiene una persona sobre sí misma; se suele hablar de autoestima alta o baja y se relaciona con un proceso de evaluación íntimo y es exclusivamente personal.
El diccionario americano de Merriam-Webster define la valía personal como “el sentimiento de ser una buena persona y merecer ser tratada con respeto”. Es decir, sin importar su actuar, el individuo reconoce que tiene un valor intrínseco simplemente por ser.
De acuerdo con el portal web PsychAlive, la valía personal se trata sobre quién eres y no sobre lo que haces: “Tiene que ver menos con medirse a uno mismo en función de las acciones externas y más en valorar su valor inherente como persona” declara la doctora Lisa Firestone en el artículo.
La psicóloga clínica, y escritora de exitosos libros, Christina Hibbert explica que la autoestima no funciona sin la valía personal: “es posible tener una autoestima alta, o pensar que se es bueno en algo, y aun así no estar convencido de tener valor o de merecer amor”.
Hibbert dice que la valía personal va más allá de la autoestima: “Definitivamente es bueno pensar y sentirse bien sobre quién se es, pero en vez de intentar arduamente ‘sentirnos bien’, ¿no es mejor que realmente reconozcamos que somos buenos?”.
Por ejemplo, un atleta de clase mundial puede confiar en sus habilidades deportivas, contar con reconocimientos internacionales y pensar que es de los mejores de su generación, pero aun así puede sentir que no es suficiente como persona; por lo que su valía personal no es lo suficientemente fuerte.
Por otro lado, una persona puede estar convencida de su valor como ser humano, pero puede no reconocer las características positivas de su personalidad o las habilidades que le hacen destacar en su trabajo; teniendo así una baja autoestima.
Algunas personas podrían enfocarse en desarrollar una buena autoestima, mientras que otras se preocupan más en fortalecer el valor a sí mismos para afrontar las situaciones de la vida cotidiana.
Sin embargo, expertos afirman que se complementan y que son necesarias para que una persona se sienta bien consigo misma y segura de su lugar en el mundo.
¿Cómo está mi autoestima?
El psicólogo Abraham Maslow, de los más influyente del siglo 20, contempla a la autoestima como una de las motivaciones humanas más básicas; durante su carrera sugirió: “las personas necesitan tanto el aprecio de otras personas como el respeto por sí mismo para desarrollar la estima por quienes son” reseña el portal web Very Well Mind.
Factores como la edad, genética, enfermedades, habilidades físicas o situación socioeconómica, pueden afectar la calidad de autoestima que tenga una persona.
De acuerdo con el artículo del portal web, estas son algunas señales de una buena autoestima:
No obstante, si el individuo piensa que los demás son mejores que él, frecuentemente se enfoca en sus debilidades, le tiene miedo al fracaso o, en general, tiene una visión negativa de la vida, puede tener una autoestima baja que “puede seriamente impactar en su calidad de vida” explica la página web, especializada en salud mental, Very Well Mind.
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Frecuentemente utilizados como sinónimos, la autoestima y la valía personal (o valor de uno mismo) resultan ser conceptos complementarios en el campo de la psicología, aunque no necesariamente significan lo mismo.
Por sus nombres en inglés, self-esteem (autoestima) y self-worth (valía personal) sirven para referirse a la manera en la que las personas se reconocen a sí mismas; sin embargo, lo hacen desde dos perspectivas diferentes.
El concepto de autoestima es reconocido como la opinión que tiene una persona sobre sí misma; se suele hablar de autoestima alta o baja y se relaciona con un proceso de evaluación íntimo y es exclusivamente personal.
El diccionario americano de Merriam-Webster define la valía personal como “el sentimiento de ser una buena persona y merecer ser tratada con respeto”. Es decir, sin importar su actuar, el individuo reconoce que tiene un valor intrínseco simplemente por ser.
De acuerdo con el portal web PsychAlive, la valía personal se trata sobre quién eres y no sobre lo que haces: “Tiene que ver menos con medirse a uno mismo en función de las acciones externas y más en valorar su valor inherente como persona” declara la doctora Lisa Firestone en el artículo.
La psicóloga clínica, y escritora de exitosos libros, Christina Hibbert explica que la autoestima no funciona sin la valía personal: “es posible tener una autoestima alta, o pensar que se es bueno en algo, y aun así no estar convencido de tener valor o de merecer amor”.
Hibbert dice que la valía personal va más allá de la autoestima: “Definitivamente es bueno pensar y sentirse bien sobre quién se es, pero en vez de intentar arduamente ‘sentirnos bien’, ¿no es mejor que realmente reconozcamos que somos buenos?”.
Por ejemplo, un atleta de clase mundial puede confiar en sus habilidades deportivas, contar con reconocimientos internacionales y pensar que es de los mejores de su generación, pero aun así puede sentir que no es suficiente como persona; por lo que su valía personal no es lo suficientemente fuerte.
Por otro lado, una persona puede estar convencida de su valor como ser humano, pero puede no reconocer las características positivas de su personalidad o las habilidades que le hacen destacar en su trabajo; teniendo así una baja autoestima.
Algunas personas podrían enfocarse en desarrollar una buena autoestima, mientras que otras se preocupan más en fortalecer el valor a sí mismos para afrontar las situaciones de la vida cotidiana.
Sin embargo, expertos afirman que se complementan y que son necesarias para que una persona se sienta bien consigo misma y segura de su lugar en el mundo.
¿Cómo está mi autoestima?
El psicólogo Abraham Maslow, de los más influyente del siglo 20, contempla a la autoestima como una de las motivaciones humanas más básicas; durante su carrera sugirió: “las personas necesitan tanto el aprecio de otras personas como el respeto por sí mismo para desarrollar la estima por quienes son” reseña el portal web Very Well Mind.
Factores como la edad, genética, enfermedades, habilidades físicas o situación socioeconómica, pueden afectar la calidad de autoestima que tenga una persona.
De acuerdo con el artículo del portal web, estas son algunas señales de una buena autoestima:
No obstante, si el individuo piensa que los demás son mejores que él, frecuentemente se enfoca en sus debilidades, le tiene miedo al fracaso o, en general, tiene una visión negativa de la vida, puede tener una autoestima baja que “puede seriamente impactar en su calidad de vida” explica la página web, especializada en salud mental, Very Well Mind.