Una versión de ti mismo, pero sin la necesidad de que realmente seas tú; de esto se tratan los avatares creados por inteligencia artificial (AI, según sus siglas en inglés).
Los avatares digitales están diseñados para copiar los movimientos, la manera de hablar y la apariencia de cualquier persona real o personaje de ficción.
Con un algoritmo que utiliza la inteligencia artificial y el proceso de machine learning –aprendizaje automático de una máquina, en español- estas aplicaciones permiten crear avatares súper realistas con tan solo un par de clics.
¿El objetivo? Dependerá de las necesidades de su creador.
Desde un medio para difundir comunicaciones dentro de una empresa, hasta una forma de interacción en redes sociales, estos avatares son una opción económica y efectiva para quienes no tienen las herramientas para crear su propio contenido audiovisual.
Los avatares también funcionan para crear agentes virtuales de atención al cliente, como una forma de entretenimiento o para dar tutorías en línea acerca de cualquier tema educativo; sin la necesidad de invertir tiempo en grabación, ni edición.
Un avatar creado por AI puede decir lo que quiera su creador y en el idioma que se le indique; otra de las razones por las que se han popularizado tanto en el último año.
Aunque todavía hay aspectos que mejorar, pues no suelen copiar completamente los gestos y tono de voz de una persona real, se espera que con el paso de los meses las diferencias entre un video real y uno creado por AI sea imperceptibles.
En Solaz, te contamos cómo funciona esta nueva forma de presencia digital.
¿Cómo crear un AI Avatar?
El principal suministro de las aplicaciones de AI Avatar son las fotografías y los videos.
En la mayoría de las aplicaciones, el usuario deberá subir una cantidad de fotografías y videos que permitan que la inteligencia artificial capture las características físicas, el tono de voz y la gestualidad de una persona para así poder crear su avatar digital.
De acuerdo con Medium, la creación de avatares para videos implica cumplir con estos pasos:
- Conceptualizar el avatar: Determinar el estilo y la apariencia del avatar; esto incluye género, edad, vestimenta y estética general.
- Elegir un software de creación de avatar.
- Diseñar el avatar: Las aplicaciones para crear AI Avatar permiten personalizar rasgos faciales, cabello, ropa y accesorios.
- Animar el avatar: Dependiendo de la aplicación que se utilice, se podrían modificar las expresiones, los movimientos y las acciones del avatar digital.
- Sincronización de voz: Luego de especificar lo que dirá el avatar en el video, algunas aplicaciones permiten sincronizar la voz y los labios para hacerlo lucir lo más natural posible.
Crear avatares para videos puede ser un proceso complejo, aun cuando las aplicaciones suelen ser muy intuitivas para el usuario; todo dependerá de las expectativas, el tiempo y el dinero que invierta el creador.
Aplicaciones para crear un AI Avatar
La aplicación que se utilice para crear un AI Avatar dependerá del objetivo de su creador. Principalmente, si quiere que sea una imagen o un video parlante.
A continuación, te presentamos tres de las más conocidas:
HeyGen AI
El portal web de HeyGen presenta a la plataforma como “un creador de videos con AI que te ayuda a convertir texto en videos” con un personaje parlante. Además, dice que el proceso de creación es tan fácil como hacer una presentación de PowerPoint.
Synthesia
Synthesia ofrece más de 140 AI Avatars preestablecidos para crear videos parlantes con “voces naturales en más de 120 idiomas”. Además, permite crear un gemelo virtual si el usuario prefiere ser el protagonista de los videos.
Magic Avatars de Lensa
Lensa es una aplicación para editar fotos a través de inteligencia artificial. Es decir, permite modificar el tamaño de los ojos, cambiar el color del cabello, mejorar el aspecto de la piel, entre muchas otras cosas.
En sus funciones ahora también se encuentra la de Magic Avatars una herramienta capaz de generar una foto totalmente nueva del usuario con inteligencia artificial. Desde diferentes ángulos, con estilos variados y fondos distintos, pero conservando la fisionomía original del creador.