“Yo no me quiero morir, quiero crecer”, solía decirle Robert Redondo a su madre, Geraldine Labrador. El niño, de siete años, tenía una leucemia linfoblástica aguda y recibía atención médica en el servicio de Hematología del hospital pediátrico J.M. de los Ríos. Falleció la mañana de este jueves, 23 de mayo, a la espera de un trasplante medular que nunca llegó.
Robert soñaba con crecer y ser bombero. Era uno de los 30 niños a la espera de un trasplante de médula ósea para poder salvar su vida. Recientemente tuvo una recaída y las células cancerígenas reaparecieron en su organismo, lo que lo llevó a estar en el hospital de niños nuevamente.
Durante su tratamiento, tuvo dificultad para acceder a quimioterapias, antibióticos e, incluso, a sangre segura para recibir transfusiones, cuya disponibilidad no estaba garantizada en el centro pediátrico.
El pequeño es el segundo paciente que muere a la espera de un trasplante medular en menos de un mes. El pasado 6 de mayo falleció Giovanni Figuera, de seis años, también con leucemia linfoblástica aguda y en su segunda recaída.
Ahora son 28 niños del servicio de Hematología los que esperan ser trasplantados. Dos de ellos en condiciones de salud muy delicadas, internados en la emergencia y en la terapia intensiva del hospital.
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El 9 de abril de este año las madres del J.M. delos Ríos realizaron una rueda de prensa para denunciar que sus hijos necesitan realizarse con urgencia un trasplante de médula ósea.
Este procedimiento no se puede hacer en el país y, anteriormente, el Estado sostenía un convenio con el gobierno italiano para que los pacientes pudieran trasplantarse el tejido en Europa.
En la actualidad, este convenio está suspendido. El gobierno venezolano tiene una deuda millonaria y asegura que el rezago en el pago se debe a las sanciones impuestas por Estados Unidos. Sin embargo, no reconoce que este programa presenta fallas desde el año 2015.
Según el conteo de los médicos del servicio, en los últimos seis meses han fallecido al menos seis niños a la espera de un trasplante medular.
En esa espera fallecieron dos niños que requerían trasplantarse y que iban a viajar a Italia, entre ellos Juan Sebastián Arnao, un bebé de 11 meses con leucemia.
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