La oposición ganó 25 de las 335 alcaldías en medio del abstencionismo de los sectores más radicales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y de los apáticos, del evidente ventajismo del partido de Gobierno y de la implementación de mecanismos de coacción de electores el día de los comicios, según denuncias observadores electorales nacionales.

En este escenario desventajoso la fuerza política que adversa al oficialismo logró mantener tres de los cinco gobiernos locales del área capital y ampliar su dominio en un estado tradicionalmente chavista como Anzoátegui, aunque redujo significativamente la cantidad de municipios bajo su control: de 76 a 25.

Los analistas políticos y expertos electorales Dimitris Pantoulas y Carmen Beatriz Fernández valoran el peso de la ciudadanía que se manifestó por encima de la abstención el 10 de diciembre.

“Mucha gente de la sociedad civil participó como un acto de rebeldía y de independencia de los partidos de oposición (que llamaron a no participar). Demostraron que sí están dispuestos a defender espacios y sí creen en la democracia. La sociedad y los políticos intentaron movilizarse, pero sin las cúpulas políticas y esto es totalmente democrático. Muestra que la sociedad no está muerta, que reacciona”, apunta Pantoulas.

Fernández, por su parte, opina que se trata de una combinación de maquinaria partidista y de iniciativa ciudadana. “Por un lado sí hubo maquinaria, pese a que los partidos explícitamente no lo manifestaran. Pero también hubo una respuesta reactiva de la ciudadanía de protección de estos municipios”, señala.

La especialista destaca el uso de canales alternativos para informar sobre la oferta electoral en los municipios donde ganó la oposición. “Los municipios capitales no están blindados del chavismo y esto lo vimos el domingo, el día de la elección pudo haber pasado otra cosa si el voto opositor se hubiera dividido, lo que pasó fue que, pese a las grandes limitaciones en acceso a la información, en esos municipios se usaron canales alternativos para la difusión de información que hizo que el elector se orientara por quien le parecía que era el candidato que representaba sus intereses”, explica.

Pantoulas coincide en que no están blindados, pero agrega que “es muy difícil que se pierdan porque son municipios donde el 90% de la intención de voto es opositora”.

Una victoria anunciada

La victoria del oficialismo en 91% de las alcaldías del país no fue una sorpresa, opinan los analistas consultados.

“Lo distintivo de este proceso electoral fue el uso más desproporcionado de la coacción política y la coacción jugando con una variable muy dramática que es el hambre. Se jugó groseramente con el tema de los beneficios asociados al Clap y la figura del carnet de la patria con la venia de las FANB y del Plan República”, manifiesta Fernández.

Pantoulas enumera tres lecciones que dejó la jornada comicial del 10 de diciembre:

1.-El Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) quiere independizarse de los aliados y sus aliados ya no lo son tanto como antes dentro del Polo Patriótico.

2.- La oposición no gana si no va unida. Los partidos más pequeños no tienen una movilización grande porque no tienen maquinaria y cuentan con apenas 6% de popularidad.

3.-El partido de Gobierno está estancado en su techo político de 6 millones y la oposición tiene el reto de captar el voto de los 13 millones de venezolanos que integran los disidentes y los abstencionistas para la elección presidencial.

</div>