El discurso de orden del 5 de julio, responsabilidad de la historiadora Inés Quintero, estuvo  cargado de referencias a la vida civil, a la participación de la mujer y a la importancia de la preservación de la República. Pero también tuvo protagonismo la crítica situación actual, que considera no es “reciente ni accidental”.

Señalaba, entre otras cosas, cómo se desconocía la separación de poderes y cómo el Tribunal Supremo de Justicia se ha convertido en un “apéndice del Poder Ejecutivo y un brazo político del partido de Gobierno“.

Algunas expresiones para sustentar esta aseveración es el intento de destitución de la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, y el impedimento de realizar elecciones.

Recordaba, por ejemplo, que la primera sesión solemne del Poder Legislativo se llevó a cabo  en el año 1936 bajo el mandato de Eleazar López Contreras. Luego de concluir la ceremonia, el general no salió a la calle; por el contrario, esperó que se instalaran las cámaras de senadores y diputados del Congreso, para luego asistir a la ceremonia en calidad de invitado.

Con esta anécdota, Quintero destacaba la necesaria separación de poderes y cómo simbólicamente representaba “el reconocimiento del Poder Ejecutivo del Congreso como representante de la soberanía nacional y órgano contralor”.

Señaló que la participación ciudadana ha hecho la diferencia a lo largo de estos años y “han sido parte activa en la defensa de los principios republicanos”. Mencionó a José María Vargas, a Fermín Toro y contó cómo en 1888, una poblada salió a derribar las estatuas de “El manganzón” o “El saludante”, nombres con los que era conocido el general Antonio Guzmán Blanco.

“Las mujeres venezolanas contribuyeron en el enriquecimiento de la vida republicana y modificaron la idea, según la cual el lugar idóneo de las mujeres era del lado adentro de sus casas. Aquí estamos”, dijo sonreída.

Sobre los estudiantes dijo que han sido una “presencia constante en la defensa de la vida republicana. Defensa de la autonomía universitaria, del derecho a disentir, lucha por un pensamiento libre y plural como lo siguen haciendo en el presente”.

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