movilización oficialista. Sin embargo, un nuevo actor hizo presencia por primera vez en las protestas “rojas rojitas“: el fenómeno de las cacerolas. La convocatoria fue anunciada para las 10 de la mañana, pero no fue sino hasta las 12:30 del mediodía cuando dio comienzo el recorrido desde paseo Los Próceres hasta Plaza Venezuela. No obstante, minutos antes del arranque ya se observaba a personas retirándose del lugar: un grupo dirigiéndose al Centro Comercial Los Próceres, mientras que otros decidieron tomar el metro de Caracas. Por otro lado, un camión del partido Redes repartió comida y agua a quienes permanecieron en la concentración. A pocos metros de la plaza del Indio se encontraba un animador que si bien no era Chávez, hacía intentos por revivir la imagen del mandatario fallecido. Mientras hablaba, los asistentes gritaban “Chávez no murió, él resucitó“.
El trayecto hacia Plaza Venezuela fue accidentado. Desde el comienzo distintos guías intentaban sincronizar a los manifestantes, pero éstos hicieron caso omiso a los llamados. Mientras les pedían ubicarse por detrás de los camiones que orientaban la movilización, los manifestantes seguían su camino sin detenerse. Además, no acompañaban los cánticos chavistas.
Las cacerolas en rechazo a la marcha oficialista se hicieron sentir en varias ocasiones del recorrido. En las zonas residenciales de Los Símbolos, varios vecinos tocaban sus ollas desde la ventana de su apartamento, provocando la ira de algunos manifestantes. Más adelante, le tocó el turno a los habitantes de Bello Monte, a quienes los “rojos rojitos” comenzaron a insultar, diciéndoles hasta del mal que se iban a morir.
