El problema de Venezuela es transnacional y cómo se triangula, afirma Benedicte Bull (Universidad de Oslo)

POLÍTICA · 3 AGOSTO, 2019 10:20

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Ronny Rodríguez Rosas | @ronnyrodriguez


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Difícil y complejo. Así define la profesora de la Universidad de Oslo y directora de la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica, Benedicte Bull, el proceso de diálogo que mantienen el chavismo gobernante y la oposición venezolana en Barbados con el auspicio del gobierno noruego.

Tras una visita de una semana en Caracas, donde sostuvo encuentros con representantes de diferentes sectores para un proyecto de investigación que desarrolla en Oslo,Bull dio a conocer sus impresiones sobre estas negociaciones que iniciaron el pasado mes de mayo y aún se mantienen; ya no en Noruega, sino en Barbados.

«Lo que se está negociando ahora es un cambio político, pero la pregunta es cómo generar un cambio que genere beneficios para toda la población en el largo plazo. Creo que eso es la gran pregunta: cómo hacer eso en medio de tantos intereses», dijo en entrevista con Efecto Cocuyo.

Bull saluda estas negociaciones, que identifica como la única vía para una salida al conflicto en Venezuela, pero aclara que la solución no será rápida y desgastará, en su opinión, el liderazgo opositor que acudió a estos encuentros, que en principio eran preliminares y, tras filtrarse a la prensa la primera reunión, debieron hacerse más formales más allá de una prenegociación.

«La estrategia de los negociadores es que han optado por  hablar con los que están más dispuestos a generar un cambio positivo dentro del gobierno… Pero el riesgo es que eso no sea suficiente, porque también están los militares y otras partes que no están en la mesa de negociación», afirma Bull, quien es doctora en Ciencias Políticas y profesora en el Centro de Desarrollo y Medio Ambiente de la Universidad de Oslo.

Recordó que en Colombia, cuando se intentó un acercamiento del gobierno con la guerrilla entre los años 2001 y 2002, había demasiados actores con intereses disímiles, lo que llevó al fracaso de ese proceso a diferencia de lo que ocurrió con el último, cuando se firmaron los acuerdos de paz que llevaron a la disolución de las Farc como guerrilla y su nacimiento como partido político.

Muchos intereses y actores

Y sobre eso pone el acento en Venezuela, donde considera que «esa es la dificultad, cómo actuar al frente de quienes básicamente están persiguiendo sus propios intereses personales y no los intereses políticos o intereses para el país, porque una cosa es tener diferentes visiones para el país que son lógicas, pero la otra cosa es diferenciar a los que solo están allí para sus propios intereses económicos y de poder, y allí hay muchos (actores) y esa es la gran pregunta, qué hacer con ellos», añadió Bull.

Cree que es un primer escollo para superar. «Son muchos los actores y están institucionalizados, si fuesen pocos uno pudiera darles un incentivo para salir, pero no es posible darle un incentivo a un aparato generalizado que es lo que pasa aquí (en Venezuela)».

La clave, para Bull, es como dicen otros expertos: recuperar la institucionalidad en el país.

«Algo en lo que todos básicamente coinciden es que Venezuela requiere una institucionalidad que sea capaz de resolver conflictos sociales y que sea una institucionalidad en el sentido de que haya reglas claras que se cumplan. Porque ahora yo veo una economía que cada día es más informal y en parte más criminal», dice al referirse a casos específicos como los grupos criminales que controlan las minas en el estado Bolívar, por ejemplo.

Problema transnacional

Considera que más allá de un problema solo político, el caso venezolano es un asunto de política económica porque toda la estructura está entrelazada con este sector vital para el país, pero que no han sido resueltos. Y sobre estos intereses también están las potencias que apoyan a uno y otro sector: Estados Unidos, China, Rusia, Irán y Turquía.

«Es cierto que no solo es un problema venezolano y eso hay que tenerlo en cuenta. No hay dos problemas: uno nacional y otro internacional. Es transnacional y hay muchos enlaces… creo que es posible negociar con los chinos sin duda; es posible negociar con los rusos, pero el problema es la triangulación porque los chinos no quieren que los americanos tengan un rol demasiado fuerte; los americanos no quieren que los chinos tampoco lo tengan», relata sobre este enfrentamiento ya en el plano internacional.

Reconoce que la agenda en Barbados es limitada y eso por una parte es positivo, porque no se pueden negociar muchos temas para que resulte en una negociación positiva; pero también es un arma de doble filo, ya que una coyuntura, como es normal ocurra en Venezuela, desvía los temas previamente discutidos.

«Cómo ver donde está la salida, en el mejor de los casos para EEUU y Rusia, sería que  dejaran sus otros intereses (económicos) de lado sobre Venezuela. Y en cambio que todos tengan un interés común de que Venezuela salga del abismo donde está ahora y que no se fragmente más… pero es difícil».

Rol de mediador

Colombia es el último caso de mediación exitosa de Noruega. En la década de 1990,  Israel y Palestina firmaron los acuerdos de Oslo, pero no hubo ni hay paz en esa región del Medio Oriente. En opinión de Bull, el rol del mediador es importante, pero no depende de él si existe éxito o no en las negociaciones.

«En qué posición entraron las partes a negociar, si son débiles o fuertes. Para mí es obvio que la oposición se fortaleció mucho en enero, pero cuando no hubo un cambio, es un proceso natural que poco a poco se pierda el momento y después del 30 de abril se perdió un poco más. Se puede discutir si es el mejor momento para la oposición entrar en negociación, pero también son factores difíciles de controlar».

Consultada sobre las negociaciones anteriores, en las que el chavismo ha logrado mantenerse en el poder y ha dejado de lado la mediación de instituciones como la OEA (en el caso de Hugo Chávez) o del Vaticano (con Nicolás Maduro en 2016), Bull dice que el contexto actual es diferente, incluso que en el último intento de República Dominicana.

«Creo que hay algunos factores que son diferentes ahora, que durante las negociaciones de República Dominicana. Una es las sanciones que cambian bastante o sobre todo las sanciones petroleras. Otro es la unidad de la oposición, que aunque no sea total, es mejor que en ese entonces desde mi percepción… y hay obviamente mucha más presión internacional que es importante, porque, a pesar de que la comunidad internacional no es 100 % unida, hay más unidad y atención sobre Venezuela».

Pero Bull remarca que «el gran factor es los Estados Unidos, allí hay también un proceso de cambio de su estrategia; pero es muy difícil crear un acuerdo rápido. Y creo que los negociadores de la oposición van a perder el apoyo del resto sin que algo pase bastante rápido».

Fotos: Mariana Souquett 

Lea también:

Francisco Diez: Elecciones no resuelven conflicto en Venezuela sin acuerdo de coexistencia

 

POLÍTICA · 3 AGOSTO, 2019

El problema de Venezuela es transnacional y cómo se triangula, afirma Benedicte Bull (Universidad de Oslo)

Texto por Ronny Rodríguez Rosas | @ronnyrodriguez

Difícil y complejo. Así define la profesora de la Universidad de Oslo y directora de la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica, Benedicte Bull, el proceso de diálogo que mantienen el chavismo gobernante y la oposición venezolana en Barbados con el auspicio del gobierno noruego.

Tras una visita de una semana en Caracas, donde sostuvo encuentros con representantes de diferentes sectores para un proyecto de investigación que desarrolla en Oslo,Bull dio a conocer sus impresiones sobre estas negociaciones que iniciaron el pasado mes de mayo y aún se mantienen; ya no en Noruega, sino en Barbados.

«Lo que se está negociando ahora es un cambio político, pero la pregunta es cómo generar un cambio que genere beneficios para toda la población en el largo plazo. Creo que eso es la gran pregunta: cómo hacer eso en medio de tantos intereses», dijo en entrevista con Efecto Cocuyo.

Bull saluda estas negociaciones, que identifica como la única vía para una salida al conflicto en Venezuela, pero aclara que la solución no será rápida y desgastará, en su opinión, el liderazgo opositor que acudió a estos encuentros, que en principio eran preliminares y, tras filtrarse a la prensa la primera reunión, debieron hacerse más formales más allá de una prenegociación.

«La estrategia de los negociadores es que han optado por  hablar con los que están más dispuestos a generar un cambio positivo dentro del gobierno… Pero el riesgo es que eso no sea suficiente, porque también están los militares y otras partes que no están en la mesa de negociación», afirma Bull, quien es doctora en Ciencias Políticas y profesora en el Centro de Desarrollo y Medio Ambiente de la Universidad de Oslo.

Recordó que en Colombia, cuando se intentó un acercamiento del gobierno con la guerrilla entre los años 2001 y 2002, había demasiados actores con intereses disímiles, lo que llevó al fracaso de ese proceso a diferencia de lo que ocurrió con el último, cuando se firmaron los acuerdos de paz que llevaron a la disolución de las Farc como guerrilla y su nacimiento como partido político.

Muchos intereses y actores

Y sobre eso pone el acento en Venezuela, donde considera que «esa es la dificultad, cómo actuar al frente de quienes básicamente están persiguiendo sus propios intereses personales y no los intereses políticos o intereses para el país, porque una cosa es tener diferentes visiones para el país que son lógicas, pero la otra cosa es diferenciar a los que solo están allí para sus propios intereses económicos y de poder, y allí hay muchos (actores) y esa es la gran pregunta, qué hacer con ellos», añadió Bull.

Cree que es un primer escollo para superar. «Son muchos los actores y están institucionalizados, si fuesen pocos uno pudiera darles un incentivo para salir, pero no es posible darle un incentivo a un aparato generalizado que es lo que pasa aquí (en Venezuela)».

La clave, para Bull, es como dicen otros expertos: recuperar la institucionalidad en el país.

«Algo en lo que todos básicamente coinciden es que Venezuela requiere una institucionalidad que sea capaz de resolver conflictos sociales y que sea una institucionalidad en el sentido de que haya reglas claras que se cumplan. Porque ahora yo veo una economía que cada día es más informal y en parte más criminal», dice al referirse a casos específicos como los grupos criminales que controlan las minas en el estado Bolívar, por ejemplo.

Problema transnacional

Considera que más allá de un problema solo político, el caso venezolano es un asunto de política económica porque toda la estructura está entrelazada con este sector vital para el país, pero que no han sido resueltos. Y sobre estos intereses también están las potencias que apoyan a uno y otro sector: Estados Unidos, China, Rusia, Irán y Turquía.

«Es cierto que no solo es un problema venezolano y eso hay que tenerlo en cuenta. No hay dos problemas: uno nacional y otro internacional. Es transnacional y hay muchos enlaces… creo que es posible negociar con los chinos sin duda; es posible negociar con los rusos, pero el problema es la triangulación porque los chinos no quieren que los americanos tengan un rol demasiado fuerte; los americanos no quieren que los chinos tampoco lo tengan», relata sobre este enfrentamiento ya en el plano internacional.

Reconoce que la agenda en Barbados es limitada y eso por una parte es positivo, porque no se pueden negociar muchos temas para que resulte en una negociación positiva; pero también es un arma de doble filo, ya que una coyuntura, como es normal ocurra en Venezuela, desvía los temas previamente discutidos.

«Cómo ver donde está la salida, en el mejor de los casos para EEUU y Rusia, sería que  dejaran sus otros intereses (económicos) de lado sobre Venezuela. Y en cambio que todos tengan un interés común de que Venezuela salga del abismo donde está ahora y que no se fragmente más… pero es difícil».

Rol de mediador

Colombia es el último caso de mediación exitosa de Noruega. En la década de 1990,  Israel y Palestina firmaron los acuerdos de Oslo, pero no hubo ni hay paz en esa región del Medio Oriente. En opinión de Bull, el rol del mediador es importante, pero no depende de él si existe éxito o no en las negociaciones.

«En qué posición entraron las partes a negociar, si son débiles o fuertes. Para mí es obvio que la oposición se fortaleció mucho en enero, pero cuando no hubo un cambio, es un proceso natural que poco a poco se pierda el momento y después del 30 de abril se perdió un poco más. Se puede discutir si es el mejor momento para la oposición entrar en negociación, pero también son factores difíciles de controlar».

Consultada sobre las negociaciones anteriores, en las que el chavismo ha logrado mantenerse en el poder y ha dejado de lado la mediación de instituciones como la OEA (en el caso de Hugo Chávez) o del Vaticano (con Nicolás Maduro en 2016), Bull dice que el contexto actual es diferente, incluso que en el último intento de República Dominicana.

«Creo que hay algunos factores que son diferentes ahora, que durante las negociaciones de República Dominicana. Una es las sanciones que cambian bastante o sobre todo las sanciones petroleras. Otro es la unidad de la oposición, que aunque no sea total, es mejor que en ese entonces desde mi percepción… y hay obviamente mucha más presión internacional que es importante, porque, a pesar de que la comunidad internacional no es 100 % unida, hay más unidad y atención sobre Venezuela».

Pero Bull remarca que «el gran factor es los Estados Unidos, allí hay también un proceso de cambio de su estrategia; pero es muy difícil crear un acuerdo rápido. Y creo que los negociadores de la oposición van a perder el apoyo del resto sin que algo pase bastante rápido».

Fotos: Mariana Souquett 

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Francisco Diez: Elecciones no resuelven conflicto en Venezuela sin acuerdo de coexistencia

 

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