A pesar de no haber podido sumarse a la protesta convocada este miércoles 7 de junio a las 10:00 am por la oposición, pues fueron reprimidos en el intento antes del mediodía, los vecinos de La Candelaria volvieron a salir a la calle para manifestar su rechazo por la crisis que atraviesa Venezuela. Una parroquia azotada por la escasez, la indigencia y la inseguridad no dudó en cacerolear y además construir barricadas e incendiarlas.

Los tres módulos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que están en la zona se activaron y los funcionarios comenzaron a desplegarse por varias calles de este sector del municipio Libertador. Miraban a los edificios, señalaban y lanzaban bombas lacrimógenas contra quienes hacían barricadas.

“¡Y va a caer y va a caer, este Gobierno va a caer!” gritaban los vecinos, quienes también exigían respeto a los funcionarios policiales que señalaban a las puertas de los edificios de donde bajaron algunos residentes.

En la avenida Urdaneta una barricada trancaba el paso vehicular. Sin embargo, este bloqueo permitió que algunas personas -aparentemente efectivos vestidos de civil– vigilaran la zona a bordo de motocicletas sin placas. “Ese es un informante“, gritaron de algún edificio segundos antes de que los presuntos funcionarios se fueran del sitio.

Los colectivosgrupos de civilesarmados- también rodearon La Candelaria y durante sus recorridos, se tocaban la cintura en señal de portar un arma. Los vecinos se resguardaban y luego volvían a salir. La PNB no tomó en cuenta a estos civiles armados.

Pasadas las 11:30 am no había tanto ruido en la parroquia, aunque en la tarde, según una vecina, fueron constantes los gritos y las detonaciones también en los alrededores del inconcluso Centro Comercial Sambil, además de haberse sentido casi asfixiada por los gases lacrimógenos, pese a vivir en un piso alto. No obstante, al filo de la medianoche continuaban escuchándose detonaciones en la zona.

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