Mahsa Amini, iraní de 22 años, fue asesinada, hace menos de un mes, por la policía de Irán porque llevaba el hiyab – el velo que algunas sociedades musulmanes exigen a sus mujeres cuando están en espacios públicos- `mal puesto´.
Sobre el asesinato de Masha escribí a pocos días de ocurrido. En aquella oportunidad dije que el nombre de la joven emergía como un símbolo de la lucha de las mujeres iraníes contra la opresión que históricamente se ha ejercido sobre ellas. Un mes después este vaticinio se ha cumplido, pero se quedó corto.
Durante las semanas que han seguido al asesinato de Masha se han dado aguerridas protestas en las calles de Irán. En un principio eran centenares de mujeres denunciando el asesinato de su joven compatriota, a eso se sumó el grito contra el uso del hiyab y ha pasado a ser una lucha, a la que se han incorporado hombres iraníes, contra el autoritarismo del régimen islámico que gobierna a ese país.
Las mujeres iraníes se han convertido en la voz de millones de mujeres musulmanas en todo el mundo que exigen el cese de la opresión que, históricamente, se ha ejercido hacia ellas.
Algunas mujeres han protestado cortándose el pelo y publicando el video en las redes. En la cultura musulmana el cabello femenino es algo íntimo, con simbolismo erótico y debe ser cubierto en los espacios públicos como gesto de castidad y pudor. Cortarse el pelo y hacerlo público es una doble protesta de las mujeres musulmanas, un acto de reafirmación del derecho de las mujeres sobre su cuerpo. Por ahora, son solo las iraníes.
Las protestas de las mujeres iraníes han dejado de ser aisladas, locales, puntuales. Hoy es una protesta global contra la opresión machista que impide a las mujeres decidir sobre sus cuerpos, incluidas sus vestimentas. Mujeres de otras partes del mundo también han alzado su voz. En gesto de solidaridad se han cortado el cabello, lo han hecho saber en las redes.
La respuesta del régimen iraní a las protestas ha sido de una represión policial feroz. Según fuentes periodísticas, al menos 150 personas han muerto en manos de la policía desde la muerte de Masha hace un mes. Más es la cantidad de gente herida o detenida. Es de suponer que gran parte de las víctimas de la represión son mujeres.
Las protestas de las mujeres en Irán han tratado de detenerla con represión policial, sembrando miedo en la población, censurando los medios de comunicación, controlando la internet y, aún así, el régimen no ha podido. Las protestas siguen porque la rabia es mucha, el boca a boca funciona, los medios alternativos también. La solidaridad de otros sectores de la población ha sido fundamental en la lucha femenina.
A la protesta de las mujeres iraníes se han sumado estudiantes, docentes, otros gremios y ha sido significativa la incorporación de los hombres. No todos los hombres son machistas. El equipo iraní de fútbol, todos hombres, por supuesto, ha sustituido sus camisetas de colores vivos por unas negras, expresando así su duelo por lo que pasa con las mujeres en su país.
Hoy, son las mujeres iraníes las protagonistas de la lucha por los derechos que le corresponden. No se trata solo de quitarse el velo, soltarse el cabello. Se trata de librarse de la opresión masculina, en este caso, entronizada en el gobierno del país.
También de hoy son las luchas cotidianas de millones de mujeres, en cualquier parte del mundo, por ser respetadas, tener trabajo igual pagado que los hombres, acceso a las posiciones de poder por sus capacidades, para defenderse de humillaciones, proteger sus cuerpos de agresiones, de violaciones. Salvar sus vidas. Que sus parejas no las maten.
La lucha contra la opresión no es solo de mujeres aunque ellas la encabecen, es una lucha también de los hombres. Particularmente, de la gente joven. La inmensa mayoría de quienes hoy protestan en Iran nacieron después de la revolución islamista. Es una generación que quiere libertad. En otras partes del mundo, también.
La lucha es contra el machismo, el autoritarismo y la opresión. Por la vida, la libertad, como dice la consigna iraní.
El gobierno de Irán ha dicho que las protestas en su país han sido fraguadas por gobiernos extranjeros. Trata de salvar su responsabilidad en el asesinato de Masha, en la represión que ha seguido. No ve, no oye el hartazgo de la gente ante la opresión. Quien tenga ojos, que vea; quien tenga oídos, que oiga.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: La Ruta Verde
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Sobre el asesinato de Masha escribí a pocos días de ocurrido. En aquella oportunidad dije que el nombre de la joven emergía como un símbolo de la lucha de las mujeres iraníes contra la opresión que históricamente se ha ejercido sobre ellas. Un mes después este vaticinio se ha cumplido, pero se quedó corto.
Durante las semanas que han seguido al asesinato de Masha se han dado aguerridas protestas en las calles de Irán. En un principio eran centenares de mujeres denunciando el asesinato de su joven compatriota, a eso se sumó el grito contra el uso del hiyab y ha pasado a ser una lucha, a la que se han incorporado hombres iraníes, contra el autoritarismo del régimen islámico que gobierna a ese país.
Las mujeres iraníes se han convertido en la voz de millones de mujeres musulmanas en todo el mundo que exigen el cese de la opresión que, históricamente, se ha ejercido hacia ellas.
Algunas mujeres han protestado cortándose el pelo y publicando el video en las redes. En la cultura musulmana el cabello femenino es algo íntimo, con simbolismo erótico y debe ser cubierto en los espacios públicos como gesto de castidad y pudor. Cortarse el pelo y hacerlo público es una doble protesta de las mujeres musulmanas, un acto de reafirmación del derecho de las mujeres sobre su cuerpo. Por ahora, son solo las iraníes.
Las protestas de las mujeres iraníes han dejado de ser aisladas, locales, puntuales. Hoy es una protesta global contra la opresión machista que impide a las mujeres decidir sobre sus cuerpos, incluidas sus vestimentas. Mujeres de otras partes del mundo también han alzado su voz. En gesto de solidaridad se han cortado el cabello, lo han hecho saber en las redes.
La respuesta del régimen iraní a las protestas ha sido de una represión policial feroz. Según fuentes periodísticas, al menos 150 personas han muerto en manos de la policía desde la muerte de Masha hace un mes. Más es la cantidad de gente herida o detenida. Es de suponer que gran parte de las víctimas de la represión son mujeres.
Las protestas de las mujeres en Irán han tratado de detenerla con represión policial, sembrando miedo en la población, censurando los medios de comunicación, controlando la internet y, aún así, el régimen no ha podido. Las protestas siguen porque la rabia es mucha, el boca a boca funciona, los medios alternativos también. La solidaridad de otros sectores de la población ha sido fundamental en la lucha femenina.
A la protesta de las mujeres iraníes se han sumado estudiantes, docentes, otros gremios y ha sido significativa la incorporación de los hombres. No todos los hombres son machistas. El equipo iraní de fútbol, todos hombres, por supuesto, ha sustituido sus camisetas de colores vivos por unas negras, expresando así su duelo por lo que pasa con las mujeres en su país.
Hoy, son las mujeres iraníes las protagonistas de la lucha por los derechos que le corresponden. No se trata solo de quitarse el velo, soltarse el cabello. Se trata de librarse de la opresión masculina, en este caso, entronizada en el gobierno del país.
También de hoy son las luchas cotidianas de millones de mujeres, en cualquier parte del mundo, por ser respetadas, tener trabajo igual pagado que los hombres, acceso a las posiciones de poder por sus capacidades, para defenderse de humillaciones, proteger sus cuerpos de agresiones, de violaciones. Salvar sus vidas. Que sus parejas no las maten.
La lucha contra la opresión no es solo de mujeres aunque ellas la encabecen, es una lucha también de los hombres. Particularmente, de la gente joven. La inmensa mayoría de quienes hoy protestan en Iran nacieron después de la revolución islamista. Es una generación que quiere libertad. En otras partes del mundo, también.
La lucha es contra el machismo, el autoritarismo y la opresión. Por la vida, la libertad, como dice la consigna iraní.
El gobierno de Irán ha dicho que las protestas en su país han sido fraguadas por gobiernos extranjeros. Trata de salvar su responsabilidad en el asesinato de Masha, en la represión que ha seguido. No ve, no oye el hartazgo de la gente ante la opresión. Quien tenga ojos, que vea; quien tenga oídos, que oiga.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: La Ruta Verde