Credit: Psuv

La celebración del congreso de un partido de Gobierno es siempre un asunto de primera importancia. En esta a ocasión, el evento del PSUV lo es todavía más por la coyuntura económica por la que se atraviesa Venezuela. Una circunstancia de urgencia que obliga a la toma de decisiones. Por supuesto, otras materias también ocupan la atención de los delegados al evento, como la selección de la directiva partidista. Siempre es así en cualquier organización. Pero la atención se concentra, de manera ineludible, en la grave crisis que se manifiesta en la hiperinflación y sus efectos sociales.

El abanico de opciones de las que dispone el Gobierno va desde las diferentes modalidades de un programa de estabilización macroeconómica hasta una respuesta más radical, que se traduciría en la aceleración del proceso de cambio del actual modelo, en el que prevalecen en la sociedad las formas de propiedad privada, las relaciones mercantiles, monetarias y capitalistas, por un sistema económico sustentado, de forma ampliamente predominante, en la propiedad social y del Estado.

Al parecer, los distintos alineamientos internos que han surgido por las rivalidades sobre posiciones de mando no reflejan de manera automática posiciones enfrentadas en cuanto al tipo de respuesta que debe dársele a la coyuntura económica. Se está ante un debate, una reflexión y dudas que atraviesan por igual al conjunto de las corrientes o liderazgos.

Todo indica que en el centro dirigente del sector gubernamental se han inclinado por la opción de una apertura que buscaría la estabilización macroeconómica. En esta dirección se inscriben los anuncios del presidente Nicolás Maduro realizados durante el Congreso del PSUV, en los que ha dado a conocer que se modificará la Ley de Ilícitos Cambiarios.

Al mismo tiempo, se ha informado que se exonerarán durante un año todos los impuestos para las importaciones de bienes de capital, materia prima, insumos agrícolas e industriales con el fin de apoyar al sector productivo nacional “para que con divisas propias puedan hacerse de maquinarias y materias primas”. También se contempla el aumento del precio de la gasolina y el incremento de los servicios públicos, lo que hace parte de la lista de medidas propuestas por los economistas del Gobierno y de la oposición.

Otro elemento que apunta en la dirección de un programa de estabilización es la autocrítica realizada por el propio Maduro sobre el fracaso del modelo de gestión de las empresas del Estado, lo que indica que se establecerían mecanismos de gerencia basados en la rentabilidad y se abriría la participación al sector privado.

Por supuesto, no se ha formulado todavía un programa integral, porque varios elementos quedarían pendientes de la larga lista de medidas de estabilización necesarias para una efectiva recuperación económica, como la restricción de la emisión de la llamada moneda inorgánica y las medidas fiscales. Sin embargo, vale destacar el sentido general de los cambios, que apunta en una dirección adecuada. Pero también cabe preguntarse: ¿Se elaborará un programa integral? ¿Se cumplirán los anuncios?

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