La democracia está asociada indisolublemente al concepto de legitimidad. No puede existir ni funcionar un sistema político que no esté atado a raíces sólidas de pertinencia y apoyo social. La legalidad por si sola no garantiza la permanencia y sustentabilidad de un régimen democrático. El mediano y largo plazo se soportan especialmente en la legitimidad.
En Venezuela estamos viendo una compleja situación entre los poderes públicos. Existe una discusión creciente en el seno de la legalidad. ¿Quién tiene la razón? La fiscal, la Asamblea Nacional, el TSJ o el Poder Ejecutivo es una respuesta que, más allá de la legalidad, debe estar atada a la legitimidad. Lamentablemente la forma mediante la cual se pretende consultar la legitimidad en este momento-cumbre del país no apela precisamente a un método universal, secreto y directo sino más bien a una fórmula que distorsionaría profundamente el peso porcentual de las opiniones de los venezolanos.
Hoy día para nadie, dentro y fuera del país, es un secreto que más del 70 por ciento de la población votaría en contra del presidente Maduro y sus propuestas políticas. Con el método electoral sectorial y territorial, la opinión del 20-30 por ciento de la población tendría el peso absolutamente mayoritario en la nueva Asamblea Nacional Constituyente con lo cual no funcionaría sobre la base de la legitimidad sino sobre la base de una legalidad impuesta. El resultado puede ser todo lo contrario a la paz o al diálogo.
Cualquier propuesta de diálogo de paz debe necesariamente pasar por reflejar la voluntad general de los venezolanos. Pretender manipular o sesgar la proporcionalidad de la población electoral solo agregará más leña al fuego. La solución al conflicto venezolano pasa porque la conformación política de las instituciones refleje la nueva realidad política del país. Hacer lo contrario es ir contra la historia y más preocupante aún, forzar la barra para que nuestra juventud siga poniendo más muertos en estas horas tristes de la realidad cotidiana.
Una recomposición política es altamente necesaria para relanzar la unidad nacional y un viraje en las políticas públicas. Para que la economía sea la prioridad es necesario dar cauce democrático y constitucional a los nuevos vectores de fuerza social que se han establecido en la arquitectura de legitimidad del territorio venezolano. Unas elecciones generales con voto universal, secreto y directo con supervisión de la comunidad internacional serían las más adecuadas para hacer fluir la legitimidad de origen necesaria para preservar la democracia.
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hay que aplicar el articulo 285,,,,,,,para sancionar al sr maduro,,,,,,,por ser ilegitimo e invasor,,,,,,,,,,,,,,,,,,dejaron pasar el tiempo y lleva 5 años mandando de forma ilegitima,,,,,,,,,es un usurpador del cargo,,,,,, tiene triple nacionalidad,,,,,,,colombiano venezolano cubano,,
es un agente del G2 y G3,,,,,,,,,, ESTUDIO EN CUBA ANTI TERRORISMO Y TERRORISMO,,,, mal ejemplo,,,,,,,INVASIÓN DE PODER,,
http://www.reportero24.com/wp-content/uploads/2013/01/TalCual-portada-El-Usurpador.png
LA INVASIÓN NAPOLEONICA,,,, LA VIVIMOS HOY DÍA,,,A MAS DE 200 AÑOS,,,,,,,, LOS FRANCESES,,CON SUS REVOLUCIONES Y CONSTITUYENTES INVADIERON GRAN PARTE DEL MUNDO,,,, AHORA ESE CUENTO SE APLICA EN VENEZUELA Y TODA AMÉRICA DEL SUR,,, VENEZUELA INVADIDA,,,,CON LA PROS—TI—TU—YEN—TE— Y LA REVOLUCIÓN ANTI BOLIVARIANA,,,,,DILE NO AL FRAUDE
https://image.slidesharecdn.com/2lainvasionnapoleonicadeespaa1808-1814-120419123345-phpapp01/95/2-la-invasion-napoleonica-de-espaa-1808-1814-2-728.jpg?cb=1334838859