Inicio este artículo con muchas cosas en la cabeza así como estamos la mayoría de los venezolanos hoy en día. Estos últimos tres meses nuestra cotidianidad se ha vuelto una angustia. Muchas cosas son las que hemos visto, hasta el punto de que actos grotescos en contra de la dignidad humana que nos quitan el aliento se han vuelto parte de nuestro día a día. Mucho es lo que ha pasado pero, lamentablemente, es mucho más lo que ha ocurrido sin que se conozca y se denuncie.
El gobierno se ha esforzado en su tarea de sembrar miedo. Muchas violaciones a los derechos humanos hoy en día no han salido a la luz y no han sido denunciadas porque las víctimas y sus familiares tienen temor. Ese temor que ha sembrado el gobierno en ellos y en todos aquellos que deciden “dejar las cosas así” es pensado y planificado, así como, es legítimo el sentirlo por parte de las víctimas.
En momentos de angustia y desesperación las víctimas muchas veces deciden invisibilizarse y no denunciar porque piensan que esa es la mejor forma de escapar de la persecución y violación a sus derechos. Todos sabemos de los asesinados en protestas y nos duelen en el alma. Son vidas que se perdieron en el marco del ejercicio legítimo de derechos, pero todavía es difícil conocer las dimensiones exactas de aquellos que ha sido inculpados falsamente de delitos, agredidos físicamente, asediados en sus casas, afectados en su integridad física por la represión, golpeados, vejados, amenazados y atacados, perseguidos por disentir o afectados en su libertad de tránsito al suspender sus pasaportes, entre otras violaciones.
Hay muchas víctimas invisibles que han decidido no denunciar. La principal razón para no denunciar es que la mayoría no cree que obtendrán justicia, lo cual, en este país de impunidad es el escenario más probable. Sin embargo, hay que entender que no hacerlo tiene un efecto que actúa en nuestra contra y que colabora con la intención del gobierno cuyo único interés es afirmar que eso nunca se denunció y por lo tanto nunca ocurrió.
Los derechos humanos se afirman ante el Estado que actúa a través de sus funcionarios y es el Estado el responsable de prevenir, investigar y sancionar los hechos ocurridos. La responsabilidad por violaciones a los derechos humanos se debe determinar en nuestra justicia nacional, pero si eso no fuera posible se abre el camino internacional para hacer justicia, de allí la importancia de hacer la denuncia. La denuncia además de dejar registro de lo ocurrido tiene un primer efecto reparador para las víctimas que buscan la justicia que se conozca ante las autoridades lo ocurrido y abre un camino para las víctimas de apropiarse de su defensa y de conseguir la anhelada justicia.
Ser defensor de derechos humanos en un país en dictadura tiene muchas implicaciones y una de las principales es acompañar a estas víctimas que tanto temen a dar este paso de la denuncia. No es fácil pero sabemos que es el camino correcto y reparador. Muchas víctimas deciden igualmente no darlo y eso lo respetamos, pero el esfuerzo al menos de haber contactado a una organización de derechos humanos o algún defensor tiene un valor muy importante. Aunque el solo hecho de acudir a una ONG no cumple los requisitos de una denuncia formal, sirve para documentar, dejar registro y recibir la orientación adecuada de qué hacer, ya que, las organizaciones o defensor puede acompañar y orientar el caso con los protocolos de seguridad y confidencialidad que ello requiere, especialmente para proteger a la victima de las acciones de represión y amenaza del Estado.
Mi misión con estas líneas es hablar a las víctimas de violaciones a sus derechos que han decidido “dejar las cosas así” y no documentar y denunciar lo ocurrido. Muchas organizaciones serias de derechos humanos están a su disposición, solo deben acudir a ellas con una llamada o un correo electrónico, algunas incluso cuentan con plataformas para denuncias. Vivimos tiempos oscuros para los derechos humanos, sin embargo, las luces de esta oscuridad son las víctimas y familiares valientes que deciden transitar la búsqueda de la justicia logrando con sus acciones develar a un gobierno que oculta sus acciones y omisiones en la garantía y respeto de los derechos humanos.
TERRORISMO DE ESTADO A LA CUBANA G2,,,,,,,,
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