Venezuela y Colombia encabezan la lista de países con mayor solicitudes de asilo en España, país que ha alcanzado un récord europeo en estos trámites, según datos oficiales de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo.

En el inicio de 2020 las cifras han aumentado hasta 3500 solicitudes semanales, reseña este domingo 23 de febrero el diario El País luego de precisar que solo el 5% de esas peticiones terminan siendo reconocidas.

“La profunda crisis en Venezuela y la violencia que se extiende por varios países de Centroamérica y Colombia han disparado los números en los tres últimos años hasta las 118.000 solicitudes en 2019″, expone la publicación.

Blanca Garcés-Mascareñas, investigadora del think tank barcelonés Cidob, reconoce que “hablar de asilo en España es hablar de Latinoamérica”.

Las declaraciones de la investigadora a El País señalan que “los acuerdos de la UE con Libia y Turquía para contener las rutas hacia Italia y Grecia han desplazado la presión migratoria hacia España. Pero han sido la crisis en Venezuela y la violencia de las pandillas en países como El Salvador y Honduras las que han llevado a decenas de miles de personas a pedir refugio en España, por los lazos históricos, culturales y lingüísticos con América Latina”.

Para Garcés-Mascareñas “la mayor parte de los solicitantes de asilo en España no huye de una guerra en el sentido tradicional, sino que huye de violencias estructurales”.

Las estadísticas ofrecidas revelan “un perfil muy diferente” de los sirios, afganos o iraquíes que llegan a Alemania, Grecia y Francia. Es así como, en datos aportados, exponen que “buena parte de los actuales solicitantes en España provienen de Venezuela (35%), Colombia (25%), Honduras (5,8%), Nicaragua (5%) y El Salvador (4%).”

Al otorgar solo el 5% de las solicitudes de asilo, España se coloca a la cola de Europa, lejos de la media que alcanza el 30%.

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Desafíos migratorios

Para España los solicitante de asilo “se han convertido en uno de los principales desafíos migratorios”, pues estas personas que buscan refugio tras huir de la violencia o de la persecución, llegan en las llamadas “pateras” o de manera más silenciosa por los aeropuertos.

“En noviembre de 2019 se batieron récords con la llegada de más de 3.600 personas por semana. Y en el arranque de 2020, la tercera semana de enero registró más de 3.700 solicitudes”, indican tras reconocer que “el máximo histórico se alcanzó en 1993, en el contexto de la guerra de los Balcanes”.

Advierten que los factores para la tendencia en cambios migratorios en España son variados y más allá de que comienza en el Mediterráneo, exponen que “las causas hay que buscarlas también en las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, frente a las caravanas de centroamericanos y, sobre todo, en relación con el régimen venezolano de Nicolás Maduro“.

Es así como casos que deberían ser reconocidos o rechazados en seis meses tardan año y medio en España. Las plazas de acogida que gestiona la Secretaría de Estado de Migraciones tampoco son suficientes. “Decenas de familias estarían durmiendo en las calles de Madrid si no fuese por la solidaridad de párrocos, activistas y vecinos”, aseguran.

Sin embargo, el sistema de asilo parece haberse convertido en un “salvavidas temporal para los extranjeros no reconocidos como refugiados”, pues mientras se gestionan sus expedientes, no pueden ser expulsados y se les permite trabajar a los seis meses.