Entrar o salir de Caracas en transporte público desde las paradas de Capitolio o Gato Negro hasta el litoral varguense se ha convertido en un desafío diario para los usuarios. El exceso en el cobro del pasaje, aunado a la inseguridad y a los llamados “piratas” – han hecho que la anarquía se convierta en el protagonista del lugar.
“Me cansé de que los autobuseros me robaran la plata de mis hijas”, dijo a Efecto Cocuyo Luciano Loren de 46 años, un usuario de la línea de conductores Malavé Villalba que cubre la ruta Caracas – La Guaira.
Trabaja como obrero desde hace dos años y medio en el este de la capital y explica que desde principios de año, gastaba diariamente hasta 500 bolívares en transporte, lo que se convertía en una “renta” quincenal de 5 mil bolívares que debía apartar de su salario de 13 mil bolívares. Para el hogar donde vive con su esposa y sus tres hijas, de 15, 16 y 19 años, le quedan 7 mil bolívares que debe rendir.
Desde hace cuatro semanas, su situación cambió. “Le pedí a mi jefe que me dejara trabajar los sábados a cambio de salir a las 3:00 pm los días de semana”. Desde entonces y pese a que algunos días paga el pasaje elevado, asegura que no gasta tanto como antes.
Mientras que Loren aseguró que gastaba casi el 40% de su quincena en pasaje (Bs. 5 mil), en lugar de los Bs 1.700 que corresponderían, teniendo en cuenta el último ajuste del pasaje que quedó estipulado en 85 bolívares por viaje, un conductor de la línea puede llegar a reunir en el mismo período hasta 163.200 bolívares, por recorridos diarios, cobrando el pasaje establecido.
Aunque Roger Silva, conductor de la línea Gato Negro–Catia La Mar, cree que “el incremento ilegal del pasaje es bárbaro”, justifica que esto se debe a los problemas que existe en el acceso a los repuestos. “Los conductores también sufren las consecuencias de la inflación del país”, dijo.
Explicó que como no se consiguen cauchos a precio regulado, sino bachaqueados a 128.000 mil bolívares y el mantenimiento básico de un autobús, que se le hace cada quince días, cuesta 60 mil bolívares, “el gasto es tan grande que el transporte público ya no es un negocio“, afirmó.
De 250 autobuses que conforman la cooperativa de la ruta Gato Negro-Vargas, solo 120 están operando, lo que provoca el colapso de las paradas. Al igual que a la mayoría de los usuarios, Juan Tovar desconoce las razones por las cuales se forman las colas kilométricas en las distintas paradas de transporte Caracas–La Guaira. “Es una tortura todo lo que sufrimos a diario y ninguna autoridad se pronuncia“, dice.
Lamenta que las personas que trabajan en Caracas no tengan opciones para trasladarse a sus trabajos. “En todas las paradas, es la misma historia de abuso hacia los pasajeros por parte de los piratas“.
Denny Quintero, el fiscal de la línea Gato Negro–La Guaira, llama “usurpadores de ruta” a quienes cobran el pasaje “al precio que les da la gana“. Asegura que esto ha hecho que los choferes legales reduzcan el horario de trabajo. Antes el servicio era desde las 3:00 am hasta las 11:00 pm. El horario actual es desde las 3:30 am hasta las 7:00 pm.
El horario de los autobuses de la línea de autobuses en Capitolio los autobuses es desde las 5:00 am hasta las 11:00 pm. Sin embargo, “a las 6:00 pm ya no hay carros de la línea cargando pasajeros” no solo por los llenadores, sino también por la inseguridad, afirmó el conductor Andrés Simón, quien atestiguó dentro de su unidad como cuatro delincuentes, que se hicieron pasar por pasajeros, al bajar la autopista, a la altura del sector Blandín, despojaron a todos los usuarios de sus pertenencias. “A los hombres los dejaron sin zapatos”, detalló.
Los llamados llenadores de autobuses, que según el fiscal Jaime Cordero, son alrededor de 20, aparecen en las horas pico y, en complicidad con los choferes, cobran el pasaje hasta 500 bolívares por persona a las 8:00 pm. Por cada carro que vaya “full” de pasajeros, los llenadores ganan hasta 1.000 mil bolívares. Diez carros por noche les da un ingreso de 10.000 mil bolívares.
Hay conductores inscritos en la Asociación de Conductores Malavé Villalba, que cubren la ruta desde Capitolio hasta La Guaira, que se prestan para piratear en su propia línea. “Son unos sinverguenzas que se paran aquí a robar a la gente“, expresó Cordero, quien tiene 30 años trabajando en el lugar y cree que la anarquía en las paradas se debe a la falta de autoridad.
“Los piratas llegan aquí como ‘Pedro por su casa’ y se paran donde les da la gana, a cobrar el pasaje al precio que les convenga”, expresó.
Efecto Cocuyo fue testigo de una amenaza que recibió un chofer de la línea y su colector, el sábado 25 de junio alrededor de las 7:00 pm, cuando ambos llegaron a la parada de Capitolio abordo de la unidad de transporte a cargar pasajeros.
El ilegal no dio chance a que el carro se estacionara –como correspondía– e ingresó de inmediato a la unidad, advirtiéndole a ambos que si querían trabajar, tenían que cobrar el pasaje a 400 bolívares o más. No obstante, el colector alzó la voz para anunciar a los pasajeros el costo del pasaje a 200 bolívares hasta La Guaira y recibió de parte del otro sujeto una amenaza violenta: “¿Qué te pasa, chamo? ¿Tú eres gafo? ¿Cómo vas a venir a quitarme así a los pasajeros? Si eres muerto de hambre“.
A los inscritos en la Asociación de Conductores Malavé Villalba no les quedó otra opción que girar el autobús y retirarse de la zona, donde operan alrededor de siete llenadores de unidades piratas, en complicidad con transportistas tanto de la línea como de otros que cubren rutas internas de la ciudad Capital.
Piratas de ida y vuelta
Los conductores y llenadores no solamente cobran el pasaje elevado; en los últimos meses. antes de iniciar el recorrido hacia Caracas desde La Guaira y con las unidades de transporte cargadas de pasajeros, advierten a los usuarios se abstengan de informar al Instituto Municipal de Vialidad, Tránsito y Transporte Colectivo de Vargas (Imvitractv) que les están cobrando el pasaje a un costo mayor de los 85 bolívares estipulados.
Con esta práctica, pretenden ocultar el pago de hasta 500 bolívares por el traslado de los pasajeros, que dura alrededor de 45 minutos. Tanto usuarios como conductores y fiscales coinciden en que las autoridades de Imvitractv, encargadas de regular el funcionamiento del transporte desde y hacia el litoral, “deberían fiscalizar el sistema desde las paradas y no en la vía“.
Zuleima González se traslada todos los días a su trabajo en Caracas a las 6:00 am a través del transporte público y asegura que ha sido testigo de cuando los choferes pagan a los funcionarios de vialidad una “vacuna” que les permita continuar el recorrido sin ser multados por el alto costo del pasaje. “Estoy no hay quien lo arregle”, sentenció.
Una fiscal de la línea, que no quiso ser identificada, asegura que esto se debe a la falta de directiva. Explica que de 221 carros inscritos en la cooperativa, apenas trabajan 100, lo que hace colapsar las paradas. Aunque asegura no estar de acuerdo con el cobro excesivo del pasaje, confiesa que ha pedido ayuda a transportistas de otras líneas para disminuir la afluencia de usuarios. “Los piratas son un alivio”, dice.
El presidente Imvitractv, Gregory Rojas, definió como una “acción indiscriminada y muy baja” el comportamiento de algunos transportistas de la línea que se aprovechan de la necesidad del usuario. “Guardan el letrero y empiezan a piratearse entre ellos mismos“.
Destacó el uso del soborno a otros conductores que en las últimas semanas han aplicado algunos “llenadores” en las paradas del litoral, “aplicando una especie de operación morrocoy que provoca el colapso de las paradas y la desesperación de los usuarios“, lo que hace que estos se conviertan en cómplices.
Rojas informó que entre octubre y noviembre estaría en funcionamiento una serie de planes de fiscalización que se llevará a cabo en conjunto con las autoridades del municipio Libertador, en Caracas. “Estamos comenzando a sincerar el parque automotor, porque la realidad es que hay una estructura del sistema que no funciona“.
El representante municipal ofreció el número telefónico 0424-224.88.04 a todas aquellas usuarios que quieran denunciar irregularidades en el servicio.