Academia a medias. En la sesión del Consejo Universitario extraordinario de este jueves, 4 de abril, decanos y autoridades de La Universidad del Zulia (LUZ) discutían sobre quién acumulaba más horas sin dormir por los recurrentes y prolongados cortes de electricidad que siguen padeciendo en la entidad.
Aunque esta semana tenían previsto retomar las clases, tras la suspensión oficial de actividades a causa de los apagones que afectaron a todo el país en marzo, las condiciones no estaban dadas. Sumado a la inestabilidad del servicio eléctrico, la casa de estudios sufrió hurtos de cableado estratégico que afectó a varias dependencias y facultades.
“En este contexto la inseguridad aumentó. También tenemos 30 días sin una gota de agua. Los estudiantes de otros estados tuvieron que regresar a sus hogares y, además, no se ha podido pagar la quincena por la falta de electricidad”, señaló la vicerrectora de LUZ, Judith Aular.
La profesora destacó la emergencia que atraviesa el Zulia y cómo algunos sectores pasaron hasta 150 horas sin luz. Por ahora, prevén volver a reunirse el lunes 8 de abril para monitorear la situación y evaluar si Corpoelec les garantiza algún plan de contingencia para retomar clases el día 9.
Plan de contigencia
En la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ucla), en Lara, para este jueves tampoco habían podido iniciar actividades con “normalidad”. Las autoridades convocaron a los distintos sectores (profesores, estudiantes, empleados administrativos y obreros) a que en los próximos días presenten propuestas para diseñar un plan de contingencia.
Mientras, explicó la vicerrectora académica Nelly Velásquez, seguirán con actividades como pasantías, el servicio comunitario y las presentaciones de tesis, así como labores administrativas esenciales para cumplir con sus obligaciones ante el Ministerio de Educación Universitaria. “La semana pasada, por ejemplo, graduamos a 80 médicos veterinarios y 15 licenciados en desarrollo humano”, dijo.
El presidente del Centro de Estudiantes del Decanato de Ciencias Económicas y Empresariales de la Ucla, Jesús Suárez, reprochó que la falta de información sobre el racionamiento eléctrico impide que se puedan planificar estrategias para recuperar las clases.
Sin embargo, aseguró que están organizándose y evaluando alternativas como la adecuación del turno nocturno y la realización de actividades en el edificio de Ciencias de la Salud, que es una de las dependencias que sí goza del servicio eléctrico porque se encuentra al lado del Hospital Universitario “Dr. José Antonio María Pineda”.
Reprogramación y flexibilidad
En la Universidad de Oriente (UDO), las autoridades acordaron este 3 de abril suspender las evaluaciones y el control de asistencia de los estudiantes durante ocho días en los cinco núcleos de la casa de estudios: Nueva Esparta, Sucre, Anzoátegui, Bolívar y Monagas.
Simón Calderón, coordinador del movimiento estudiantil Moviudo, manifestó su preocupación por el retraso que los apagones han generado en la programación del semestre. “Me preocupa que la situación genera desmotivación por la incertidumbre que representa no saber si se va a ver clases al día siguiente por falta de electricidad”.
Una situación similar se vive en la Universidad de Los Andes (ULA). Jorge Arellano, presidente de la Federación de Centros Universitarios de la casa de estudios, señaló que se estableció flexibilidad especialmente para los alumnos que viven fuera de la entidad y que tienen mayores dificultades para movilizarse.
La reprogramación del calendario académico es inminente para otras casas de estudio como advirtió el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Experimental Libertador (Aproupel) en Monagas, Hernán Azócar. El docente declaró este jueves que en la institución ya tienen previsto que el semestre culmine en cuatro semanas para recuperar el tiempo perdido por los apagones.