Un trujillano a los altares. Los campanarios de las iglesias han retumbado por todo el estado Trujillo desde la mañana de este viernes 19 de junio, para celebrar con júbilo que un hijo de esta tierra andina, el doctor José Gregorio Hernández, será beatificado por la Iglesia católica.

La noticia que por 70 años esperaban los devotos del Dr José Gregorio, cuando inició el proceso para su santificación en 1949, se asomó a comienzos del 2020 tras la aceptación del milagro de la niña Yaxuri Ortega, que llevó a que hoy el “Médico de los pobres” sea elevado a beato, aunque para muchos de los feligreses éste, ya era un santo desde hace mucho. 

Para María Reyes, hoy es un momento de gran alegría. Hace seis años una complicación en su proceso de parto quiso empañar su ilusión de ser madre de una niña, sin embargo, cuenta entre lágrimas, que el doctor le hizo el milagro.

“El parto se me estaba pasando y gracias a tantas oraciones pidiéndole a él, luego de 20 minutos, nos hizo el milagro. Nos dio la oportunidad de nuestra hija, de nombre Milagros, naciera sana y hoy esté con nosotros” cuenta María quien junto a sus hijos comenzó a montar su altar a las cuatro de la tarde en la parroquia Flor de Patria.

“Tata,mi mamá, me regaló mi primera estampita del doctor”, cuenta Hermelinda Frailan, de oficio panadera artesanal, desde el pueblo de Jajó, dónde conmemora este día encendiendo una velita en su altar, que como figura central tiene una estatuilla que compró hace unos 20 años en Isnotú.

Su fe se fortaleció cuando unas de sus hijas, Yeraldyn Frailan, de 30 años ahora, cuando apenas tenía un año, enfermó de gravedad. “Me mejoró y salió de esa enfermedad gracias a José Gregorio Hernández. Conocí la noticia cuando el padre anunció por el parlante de la beatificación. Pedimos que este virus pase y las personas que lo padecen se sanen”.

El doctor José Gregorio Hernández es el cuato beato de Venezuela, se consagra como el primer hombre en recibir este título en nuestro país y además de esto, es el primero en ser laico, es decir, que no recibió nunca ninguna de las órdenes religiosas que otorga la Iglesia y que por consiguiente no pertenecía al clero.

En la población de Isnotú, su tierra natal, las campanas de la Iglesia que hasta ahora se llama, Divino Niño Jesús en el santuario, no han parado de sonar. Allí la alegría que se emana desde el santuario ha sido inmensa. Las autoridades eclesiásticas cerraron la tarde de este viernes, con una caravana que recorrió las principales calles de su pueblo. Allí se realiza una vigilia que diluye la luz de las velas con el atardecer.

En Trujillo capital, Fredy Bencomo cada tarde desde comenzó la pandemia ora junto a su familia para pedir por Venezuela. Hoy el altar luce más brillante con la bendición de la beatificación de un trujillano al que catalogan como “universal”.

“Es nuestro trujillano ejemplar, representa los valores más importantes de nuestro gentilicio.Desde ya nos preparamos para celebrar cuando el Papa anuncie oficialmente la reliquia que estará en los altares, muy especialmente en los de Trujillo su tierra natal”, relata Fredy.

Pese a que celebración por ahora no pudo ser como se esperaba debido a la pandemia del COVID-19, esto no ha sido impedimento para que los devotos rindan honor desde sus casas a este insigne trujillano  que con velas y oraciones piden pase pronto esta enfermedad y las carencias a las que se enfrentan día a día.

Por eso, las campanas no dejarán de sonar en Trujillo, donde se desarrollará una programación religiosa que tenía previsto comenzar el próximo 29 de junio como conmemoración de su muerte, pero que se adelanta con el reconocimiento como Beato.

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