«Pido justicia a Bachelet porque mi hermano es médico, no terrorista», clama Ofelia Aguado

LA HUMANIDAD · 19 JUNIO, 2019 20:50

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Julett Pineda Sleinan | @JulePineda


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Williams Aguado es médico cirujano. Es el quinto de ocho hermanos, padre de tres y abuelo de cuatro. El sábado 15 de junio sus familiares le celebraron su cumpleaños y el Día del Padre en la cárcel de Ramo Verde. Tiene un año y cinco meses privado de libertad y es uno de los 715 presos políticos que contabilizó la ONG Foro Penal hasta este lunes, 17 de junio. Es médico, insiste su familia. No es terrorista, como dice el Estado.

A Williams Aguado lo detuvieron el 15 de enero de 2018, el mismo día de la masacre de El Junquito. Tres camionetas de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y 16 funcionarios vestidos de negro y encapuchados irrumpieron en las residencias del cirujano.

«Reventaron la puerta del edificio, la puerta de la casa. Lo sacaron a golpes de la habitación. A mí mamá la golpearon también, la empujaron. Le decían que él era terrorista. Ella decía que no, que él era médico. A lo que ellos contestaron: hasta este momento», relató Ofelia Aguado, hermana menor del galeno.

A partir de allí inició el camino de torturas a las que fue sometido el médico, señalado de ser el dueño del chalet de El Junquito en el que se resguardaban Óscar Pérez y su grupo.

Al médico lo patearon y le robaron sus pertenencias. Destrozaron los equipos médicos y los medicamentos que tenía en su casa. Hurtaron su camioneta. Lo bajaron encapuchado hasta una de las patrullas y lo trasladaron a la sede de la Dgcim en Boleíta.

Después siguieron más torturas. Le amarraron los pies y lo guindaron desnudo del techo. Lo envolvieron en una colchoneta y los funcionarios le propinaron batazos. Le dislocaron un brazo. Le dijeron: «Sabemos que eres médico y tú sabes lo que te vamos a hacer». Le reventaron un tímpano.

«Lo golpearon, lo golpearon y lo golpearon», añadió Ofelia.

La audiencia de presentación del doctor Aguado se hizo en el lapso legal, pero estuvo plagada de irregularidades. Al médico lo presentaron ante un tribunal militar de noche, sin testigos y con un fiscal militar. Ni sus familiares ni sus abogados supieron del procedimiento.

Más irregularidades le siguieron. La familia tuvo acceso al médico un mes después de su detención, cuando ya había sido trasladado a Ramo Verde, en febrero del año pasado.

«La audiencia preliminar, que debía ser a los 45 días siguientes, fue diferida en 11 ocasiones», apuntó la hermana del preso político. «En diciembre de 2018 se celebró la audiencia, 11 meses después de la fecha que le correspondía. Lo presionaron para que dijera cosas que no había hecho, pero no lo hizo».

Ha transcurrido casi un año y medio desde la detención del doctor Aguado y su familia ve con preocupación cómo su salud se deteriora mientras que el Estado es incapaz de proveerle los cuidados necesarios.

Sin embargo, en la última visita, se abrió una pequeña posibilidad que llenó de esperanza a los allegados del médico. Días antes, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, anunció su visita a Venezuela.

Ofelia le comentó a Williams Aguado la posibilidad de reunirse con la comisionada, de tenerla cara a cara en una conversación con las víctimas de violaciones de derechos humanos, y hacerle llegar el testimonio de su hermano.

«El sábado conversamos sobre eso cuando lo visité. Pidió que, por favor, tratáramos de hablar con ella, que lo tuviéramos presente a él», dijo.

Bachelet también es médico, tiene hijos y fue torturada. A eso apelarán los familiares del doctor Aguado cuando le pidan que intercedan por él.

«Yo le pido a Bachelet que nos libere a todos, porque todos estamos presos con él», afirmó Ofelia. «Él es mi hermano más cercano, el médico de la familia, el que nos atiende a todos. El médico del edificio y de la comunidad, el que todo el mundo busca. Pido justicia, porque él es médico, no terrorista».

Fotos: Miguel Drescher

Familiares de presos políticos piden a Michelle Bachelet interceda para liberarlos

LA HUMANIDAD · 19 JUNIO, 2019

«Pido justicia a Bachelet porque mi hermano es médico, no terrorista», clama Ofelia Aguado

Texto por Julett Pineda Sleinan | @JulePineda

Williams Aguado es médico cirujano. Es el quinto de ocho hermanos, padre de tres y abuelo de cuatro. El sábado 15 de junio sus familiares le celebraron su cumpleaños y el Día del Padre en la cárcel de Ramo Verde. Tiene un año y cinco meses privado de libertad y es uno de los 715 presos políticos que contabilizó la ONG Foro Penal hasta este lunes, 17 de junio. Es médico, insiste su familia. No es terrorista, como dice el Estado.

A Williams Aguado lo detuvieron el 15 de enero de 2018, el mismo día de la masacre de El Junquito. Tres camionetas de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y 16 funcionarios vestidos de negro y encapuchados irrumpieron en las residencias del cirujano.

«Reventaron la puerta del edificio, la puerta de la casa. Lo sacaron a golpes de la habitación. A mí mamá la golpearon también, la empujaron. Le decían que él era terrorista. Ella decía que no, que él era médico. A lo que ellos contestaron: hasta este momento», relató Ofelia Aguado, hermana menor del galeno.

A partir de allí inició el camino de torturas a las que fue sometido el médico, señalado de ser el dueño del chalet de El Junquito en el que se resguardaban Óscar Pérez y su grupo.

Al médico lo patearon y le robaron sus pertenencias. Destrozaron los equipos médicos y los medicamentos que tenía en su casa. Hurtaron su camioneta. Lo bajaron encapuchado hasta una de las patrullas y lo trasladaron a la sede de la Dgcim en Boleíta.

Después siguieron más torturas. Le amarraron los pies y lo guindaron desnudo del techo. Lo envolvieron en una colchoneta y los funcionarios le propinaron batazos. Le dislocaron un brazo. Le dijeron: «Sabemos que eres médico y tú sabes lo que te vamos a hacer». Le reventaron un tímpano.

«Lo golpearon, lo golpearon y lo golpearon», añadió Ofelia.

La audiencia de presentación del doctor Aguado se hizo en el lapso legal, pero estuvo plagada de irregularidades. Al médico lo presentaron ante un tribunal militar de noche, sin testigos y con un fiscal militar. Ni sus familiares ni sus abogados supieron del procedimiento.

Más irregularidades le siguieron. La familia tuvo acceso al médico un mes después de su detención, cuando ya había sido trasladado a Ramo Verde, en febrero del año pasado.

«La audiencia preliminar, que debía ser a los 45 días siguientes, fue diferida en 11 ocasiones», apuntó la hermana del preso político. «En diciembre de 2018 se celebró la audiencia, 11 meses después de la fecha que le correspondía. Lo presionaron para que dijera cosas que no había hecho, pero no lo hizo».

Ha transcurrido casi un año y medio desde la detención del doctor Aguado y su familia ve con preocupación cómo su salud se deteriora mientras que el Estado es incapaz de proveerle los cuidados necesarios.

Sin embargo, en la última visita, se abrió una pequeña posibilidad que llenó de esperanza a los allegados del médico. Días antes, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, anunció su visita a Venezuela.

Ofelia le comentó a Williams Aguado la posibilidad de reunirse con la comisionada, de tenerla cara a cara en una conversación con las víctimas de violaciones de derechos humanos, y hacerle llegar el testimonio de su hermano.

«El sábado conversamos sobre eso cuando lo visité. Pidió que, por favor, tratáramos de hablar con ella, que lo tuviéramos presente a él», dijo.

Bachelet también es médico, tiene hijos y fue torturada. A eso apelarán los familiares del doctor Aguado cuando le pidan que intercedan por él.

«Yo le pido a Bachelet que nos libere a todos, porque todos estamos presos con él», afirmó Ofelia. «Él es mi hermano más cercano, el médico de la familia, el que nos atiende a todos. El médico del edificio y de la comunidad, el que todo el mundo busca. Pido justicia, porque él es médico, no terrorista».

Fotos: Miguel Drescher

Familiares de presos políticos piden a Michelle Bachelet interceda para liberarlos

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