Es fanático de los Tiburones de la Guaira y un bailador de salsa empedernido. De joven quiso tener una carrera en la Aviación y ser militar como su abuelo, pero por una patología respiratoria no pudo ingresar a la Fuerza Armada. Su tío pagó sus estudios en Ingeniería Industrial, en la Universidad Católica Andrés Bello, porque su familia no podía hacerlo y sus cualidades de líder salieron a relucir desde pequeño. Ese es el presidente encargado de Venezuela, Juan Gerardo Antonio Guaidó, en pocas palabras. En las de su madre, Norka Márquez.

En entrevista con Luz Mely Reyes para el programa “Con la Luz“, Márquez habló sobre quién es “Juan Gerardo”, como llama a su hijo, sus días como dirigente en el Movimiento Estudiantil y su reciente juramentación ante miles de venezolanos como el presidente encargado de la transición.

“Lo hemos llevado con mucha madurez. Unidos, muy unidos. Con mucha fuerza”, cuenta Márquez sobre lo que ha significado la juramentación de Guaidó desde el pasado 23 de enero.

“Él nos ha llenado de muchas satisfacciones. En 15 días nos ha enseñado muchísimo más de lo que nos había enseñado antes. En 15 días lo he visto crecer más que nunca, tanto a nivel físico como espiritual, como hombre”, continuó. 

Para Márquez, todo con “Juan Gerardo” ha sido “a la carrera siempre”. Primero fue cuando estuvo embarazada, momento en el que una preeclampsia (una complicación del embarazo caracterizada por una presión arterial elevada) adelantó el nacimiento de Guaidó para el 28 de julio de 1983, cuando inicialmente estaba previsto para agosto.

Efervescente. Así lo define su madre quien, a pesar de decir que Guaidó no era travieso de pequeño, aún recuerda una que otra tremendura.

“En esta foto está con su abuelo, que era capitán de navío“, dijo mientras mostraba una fotografía impresa, “le encantaba ponerse las gorras de mi papá o vestir el uniforme, que le quedaba inmenso y lo arrastraba por toda la casa”.

Guaidó ha hablado públicamente sobre sus abuelos militares y ha dicho que él también es parte de la familia militar que, dice, se ha visto tan golpeada en los últimos dos gobiernos en medio de denuncias de corrupción y de violaciones de derechos humanos.

“Siempre hubo mucho respeto y amor. Moral y buenas costumbres. Teníamos que viajar mucho”, recordó Márquez sobre cómo fue para ella crecer en un hogar militar.

Norka Márquez muestra una foto de la graduación de Guaidó como ingeniero industrial

Guaidó en tres actos

Un momento clave que marcó a Guaidó fue la tragedia de Vargas. El presidente encargado vivía en Palmar este, una zona entre Macuto y Los Corales, cuando ocurrió el deslave. Con la voz cortada, Márquez aún recuerda ese día y lo que le decía su hijo: “Aquí nadie se va a morir, aquí no nos va a pasar nada”.

“Gracias a una amiga, Arianny Ñañez, nosotros nos pudimos salvar. Ella envió un helicóptero y fuimos los primeros en llegar a La Carlota”, recordó la madre de Guaidó sobre el 17 de diciembre de 1999, el día que escaparon de la tragedia.

A partir de ese momento, la familia se mudó a la casa del tío Juan Enrique Márquez, en Cumbres de Curumo, y Guaidó y sus hermanos fueron becados en el colegio Las Cumbres. Norka Márquez lloró y lloró el día que su hijo obtuvo el título de bachiller.

Otro momento que marcó a Guaidó fueron sus inicios en la política como dirigente estudiantil. Cuando su madre se enteró de que participaría en las manifestaciones, la angustia la embargó.

“Yo decía ay Dios mió, ay Dios mío”, relató. Pero luego Márquez fue uno de sus principales apoyos durante su época como líder de la generación 2007. “El día que a usted lo agarre un Guardia Nacional, no le baje la cara. Usted no es ningún asesino ni está robando. Usted está ejerciendo sus derechos, así que manténgase firme”, solía decirle.

El diagnóstico de cáncer de útero de Norka Márquez también marcó a toda la familia. Cuando le dijeron que tenía un tumor, lo primero que Márquez hizo fue pensar en sus hijos.

“Desde el principio pensé que el cáncer podía ganarme”, contó, pero el apoyo de sus hijos le infundió valor. “Ellos eran los que me daban fuerza para seguir adelante”, dijo. “Juan Gerardo” le insistía a su mamá: fuerza y fe.

Ahora, afirma Márquez, la familia Guaidó se mantiene más unida que nunca y, pese a las dificultades, augura que el porvenir de Venezuela trae cosas mejores. Su mensaje a los venezolanos: mucha unión, fuerza, fe y energía.

“Lo que viene es bueno. Vamos a estar en libertad pronto”, aseguró la madre de Guaidó.

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Fotos: Iván Reyes