Al cierre del primer trimestre del 2021, y al cumplirse en Venezuela un año de la llegada de la pandemia del coronavirus, de 645 niños y niñas menores de cinco años de edad evaluados por el grupo social Cesap entre enero y marzo, el 13,33 % presentó riesgo de desnutrición y 2,48 % desnutrición moderada.
De esta misma población, 13,02 % tenía riesgo de sobrepeso y 3,26 % cumplía las condiciones para ser diagnosticado con sobrepeso u obesidad.
La organización no gubernamental también monitoreó a 223 niños menores de dos años, de los cuales 12,9 % tiene riesgo de desnutrición y 4,5 % ya presentaba desnutrición severa. En una muestra de 1.072 niños y niñas mayores de cinco años, el 14 % presentó delgadez o riesgo de delgadez.
Incluyó además a 273 mujeres embarazadas y en lactancia: un 30,4 % tenían déficit nutricional y 12,8 % bajo peso.
El estudio responde a un proyecto donde realizaron al menos tres ciclos de atención con tratamientos nutricionales (como suplementos) o alimentos terapéuticos.
La investigadora y asesora del grupo social Cesap, Yngrid Candela, presentó los datos este viernes 9 de abril durante la 36° sesión de Teleclínica que organiza el programa de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, SOS Telemedicina.
La doctora en nutrición destacó cómo en contextos de emergencia, como la pandemia, uno de los mayores impactos recae en la seguridad alimentaria y la nutrición de la población.
Llamó a dar una mirada amplia a la malnutrición de la ciudadanía e insistió en que todo proyecto de atención a la infancia requiere de un abordaje interseccional.
Planteó que «es urgente iniciar estrategias para el fortalecimiento de capacidades y recuperación de los medios de vida» en el país, donde el índice de inseguridad alimentaria ha experimentando un «incremento vertiginoso» desde el 2014 y donde cada día aumenta la población en pobreza extrema, según ha constatado la Encuesta de Condiciones de Vida.
Durante la actividad la médico especialista en puericultura, pediatría y nutrición, Mariana Mariño Elizondo, recalcó cómo «hay una gran preocupación en el sector nacional por el rezago en talla que está teniendo las poblaciones evaluadas».
La asesora técnica en Nutrición y Salud para la ONG internacional Save The Children en Venezuela, Judith Barroso Soto, destacó que la desnutrición aumenta la susceptibilidad de infecciones y la severidad de enfermedades.
Por eso, resaltó que es necesario fortalecer las políticas y acciones para la prevención, diagnóstico y tratamiento oportuna de fenómenos como la desnutrición aguda, riesgo de desnutrición y hambre oculta, pasando por la simplificación de protocolos y el empoderamiento de las comunidades y familias.
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Al cierre del primer trimestre del 2021, y al cumplirse en Venezuela un año de la llegada de la pandemia del coronavirus, de 645 niños y niñas menores de cinco años de edad evaluados por el grupo social Cesap entre enero y marzo, el 13,33 % presentó riesgo de desnutrición y 2,48 % desnutrición moderada.
De esta misma población, 13,02 % tenía riesgo de sobrepeso y 3,26 % cumplía las condiciones para ser diagnosticado con sobrepeso u obesidad.
La organización no gubernamental también monitoreó a 223 niños menores de dos años, de los cuales 12,9 % tiene riesgo de desnutrición y 4,5 % ya presentaba desnutrición severa. En una muestra de 1.072 niños y niñas mayores de cinco años, el 14 % presentó delgadez o riesgo de delgadez.
Incluyó además a 273 mujeres embarazadas y en lactancia: un 30,4 % tenían déficit nutricional y 12,8 % bajo peso.
El estudio responde a un proyecto donde realizaron al menos tres ciclos de atención con tratamientos nutricionales (como suplementos) o alimentos terapéuticos.
La investigadora y asesora del grupo social Cesap, Yngrid Candela, presentó los datos este viernes 9 de abril durante la 36° sesión de Teleclínica que organiza el programa de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, SOS Telemedicina.
La doctora en nutrición destacó cómo en contextos de emergencia, como la pandemia, uno de los mayores impactos recae en la seguridad alimentaria y la nutrición de la población.
Llamó a dar una mirada amplia a la malnutrición de la ciudadanía e insistió en que todo proyecto de atención a la infancia requiere de un abordaje interseccional.
Planteó que «es urgente iniciar estrategias para el fortalecimiento de capacidades y recuperación de los medios de vida» en el país, donde el índice de inseguridad alimentaria ha experimentando un «incremento vertiginoso» desde el 2014 y donde cada día aumenta la población en pobreza extrema, según ha constatado la Encuesta de Condiciones de Vida.
Durante la actividad la médico especialista en puericultura, pediatría y nutrición, Mariana Mariño Elizondo, recalcó cómo «hay una gran preocupación en el sector nacional por el rezago en talla que está teniendo las poblaciones evaluadas».
La asesora técnica en Nutrición y Salud para la ONG internacional Save The Children en Venezuela, Judith Barroso Soto, destacó que la desnutrición aumenta la susceptibilidad de infecciones y la severidad de enfermedades.
Por eso, resaltó que es necesario fortalecer las políticas y acciones para la prevención, diagnóstico y tratamiento oportuna de fenómenos como la desnutrición aguda, riesgo de desnutrición y hambre oculta, pasando por la simplificación de protocolos y el empoderamiento de las comunidades y familias.