El miércoles 20 de enero el cuerpo de Guillermo Andrés Bernandez Betancourt, de tan solo dos años y 10 meses de edad, fue ingresado cerca de las 4 de la tarde a la Medicatura Forense de Bello Monte totalmente mojado. El niño había fallecido ese mismo día a las 11:50 del mediodía en el preescolar Mis Travesuras, ubicado en la parroquia 23 de Enero, frente al bloque 29.

Esto desató la indignación de los representantes. Desde descuidos hasta maltratos fueron los asuntos tratados por los padres y representantes del preescolar Mis Travesuras y las autoridades de la zona educativa, durante una reunión hecha después de la muerte del niño Guillermo Andrés Bernandez Betancourt, el lunes 25 de enero en la Escuela Técnica Robinsoniana Manuel Palacio Fajardo, a las 7:00 de la mañana.

Entre los casos, uno de los padres narró cómo su hijo había sido bañado con agua fría por haberse portado mal. Otro, indicó que una de las maestras dejaba a los niños sin limpiar después que iban hacer sus necesidades. “Más de una vez mi hijo llegó sucio a mi casa, descuidado y mal alimentado”, aseguró una representante, quien no quiso ser identificada. Todos los casos ocurrieron dentro de las instalaciones del preescolar, donde hasta olores de sustancias estupefacientes fueron descritos y denunciados por los representantes. Sin embargo, la reunión fue hecha a partir del trágico suceso ocurrido allí el pasado 20 de enero, cuando un niño muere presuntamente ahogado dentro del baño.

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Los representantes denunciaron en la reunión los tratos crueles cometidos hacía sus hijos por parte de las maestras. Sostuvieron que era una falta de respeto mantenerlos ignorantes de los sucesos ocurridos el miércoles 20 de enero. Explicaron que la directiva solo les envió un mensajes donde indicaban que las clases serían suspendidas por tres días, a causa de una reunión del Consejo de Maestros.

Maryuri Reyes junto a todos los representantes del preescolar Mis Travesuras exigieron a la zona educativa que cierre el colegio definitivamente. Expresaron que las mentiras dichas por la directiva, sumadas a los problemas estructurarles, son la gota de desborda el vaso.

Yaniret Moreno, tía de Guillermo, pidió a las autoridades que no dejen impune el crimen cometido contra su sobrino. Explica que se deben tomar los correctivos más severos porque esto le puede pasar a otro niño.

Historia en entredicho

A las 12:15 del mediodía del miércoles 20 de enero la madre de Guillermo, Isaura Betancourt, recibió una llamada de su madrina María para informarle que su hijo, aparentemente, había sufrido un accidente en el preescolar. La madrina de Isaura había sido contactada a su vez por las autoridades del plantel quienes le habían indicado lo sucedido con el pequeño.

Isaura llamó inmediatamente a su esposo Jhonder Bernandez, quien se encontraba en su casa a esa hora, para decirle que debía ir hasta el hospital pediátrico Elías Toro, en Pérez Bonalde. Sin embargo, ya era demasiado tarde, el niño había muerto una hora antes. Al llegar hasta el pabellón de emergencias le informaron que su hijo había ingresado sin signos vitales al hospital.

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En la sala de espera, las maestras del pequeño hablaron con los padres del bebé para darle su versión de la historia. Indicaron que el niño, durante la ronda de canciones, se fue para el baño que está justo en frente del salón, sin pedir permiso. La profesora a cargo y su auxiliar estaban distraídas cuando el muchacho abandonó el aula de clase, cuya estructura consiste en una sala grande, dividida con estantes que actúan como paredes del sitio, sin puerta. Al cabo de unos minutos se percataron de la ausencia del pequeño y salieron a buscarlo hasta el baño, donde lo encontraron dentro de un pipote lleno de agua que se mantiene allí justamente por la falta de agua en el servicio sanitario. Estaba ahogado. La versión de las maestras señala que la auxiliar Kharla Pérez le dio al niño los primeros auxilios, sin éxito.

La madre del pequeño Guille, como le decían a Guillermo, comenzó a llorar al oír la historia, abrazó a su esposo, quien narra que en ese momento la versión relatada por las maestras le generó muchas dudas.

El señor Bernandez tomó la mano de su esposa y salió hasta la Comisaría del Oeste, adscrita al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (Cicpc) ubicada detrás del Centro Comercial Propatria, para solicitar una averiguación. Allí le tomaron la denuncia, y luego los uniformados llegaron hasta el hospital para detener para las averiguaciones a las docentes, identificadas como Xiomara Izaguirre, de 68 años y directora del plantel Mis Travesuras; Johelys Yetzali Barrios Gómez (28 años), maestra a cargo de Guillermo, y a Kharla Yariet Pérez Lezama (auxiliar de educación inicial), de 18 años.

Los oficiales, después de llevar a las maestras a la comisaría, tomaron las declaraciones de cada una para verificar si las historias se correlacionaban entre sí. El cuerpo del pequeño fue trasladado inmediatamente hasta la Medicatura Forense del Cicpc ubicada en Bello Monte. Su padre, acompañado con el primo del menor, Gino Martínez, llegó a la morgue para reconocer el cuerpo del niño. Ese mismo día la noticia sobre la presunta “irresponsabilidad” de las maestras recorría las redes sociales y fue publicada en múltiples medios digitales.

La otra versión

Jhonder Bernandez, junto a su primo Gino Martínez, esperó en la medicatura de Bello Monte los resultados de la autopsia. Cuando fueron llamados al día siguiente a la muerte de “Guille” al pabellón donde realizaban los exámenes para identificar el cuerpo, la tensión del lugar cambió. Los forenses les indicaron a los familiares que el infante no había muerto ahogado.

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La causa del deceso, según el informe de la autopsia forense, fue un “edema cerebral severo” cuya causa aún está por determinarse. El padre recuerda que quedó sin aliento. Asegura que actualmente lo invade la impotencia por no haber descubierto “la maraña de mentiras” dichas anteriormente por las docentes del preescolar de su hijo.

Durante el funeral del niño realizado al día siguiente de su muerte, el papá de Guillermo contuvo a su esposa en medio del duelo para explicarle que su hijo había muerto de una forma distinta a la relatada por las docentes. La madre asegura que en el momento de esa trágica revelación, su primera reacción fue de ira: “Ellas me mintieron en mi cara”, relató la madre inmersa en dolor.

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Después de ser revelada en los exámenes de la autopsia una causa distinta de muerte, los Cicpc detuvieron a una cuarta involucrada, la maestra Yelitza Doreste, presuntamente implicada también en caso.

Jhonder Bernandez revela que las maestras también habían relatado que su hijo estaba “sentado en las piernas de una docente cuando pidió ir al baño, aquella docente no le prestó atención y el niño salió del aula de clases hasta el baño. Mi pregunta es ¿por qué dejan ir a un niño solo? Haya o no pedido el permiso, no podían dejarlo solo”, cuestionó el representante.

Explica que su hijo apenas había perdido los pañales en el mes de enero y sospechó, al momento de escuchar la historia contada por las docentes, que era falsa.

Las maestras habían buscado un testigo

Tras encontrar al niño supuestamente ahogado en el pipote, las maestras habrían salido del plantel para buscar apoyo de la comunidad. Según las declaraciones de otros representantes, quienes aseguraron que sus hijos estaban el día del suceso, las docentes vociferaron por todo el plantel y la comunidad que el pequeño se había ahogado.

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Sin embargo, la mayoría de los niños que se encontraban ese día en la institución, les dijeron a sus padres lo que paso en el colegio. Los relatos de los niños coinciden en que Guille había recibido un golpe en la cabeza, pero no indican si alguna de las profesoras tiene responsabilidad en la lesión.

La hija de Keily Colmenares, una de las representantes, le dijo a su madre que vio al niño “dentro de un tobo”, pero eso fue después de haberlo escuchado llorar. Esta versión coincide con la de Maryuri Reyes, otra representante a quien le informó su hijo que su compañerito estaba llorando en el salón por un golpe en la cabeza.

“Lo que deducimos -señala la mamá de Guille- es que al niño, una vez que muere, lo meten en el pipote de agua para hacer parecer que había muerto ahogado. La maestra me mintió, mi hijo no murió ahogado”.

El cuerpo de Guillermo fue enterrado en el Cementerio Jardines del Orinoco, ubicado en Puerto Ordaz, estado Bolívar el día sábado 23 de enero, en donde los padres de niño se conocieron. Piden que no dejen impune el crimen que cometieron las maestras. También pidieron a los medios de comunicación social apoyo con la etiqueta que ha circulado en días recientes y que reza #JusticiaParaGuille.

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