Con el escaso abastecimiento de productos en farmacias y supermercados, la violencia ha conseguido un nuevo nicho. El drama de las colas pareciera agravarse progresivamente, no sólo porque supone un gran esfuerzo en tiempo para conseguir los productos, sino que además se ha convertido en un espacio donde la discusión, los abusos y la muerte son factores a considerar al momento de ¨agarrar un numerito o anotarse en la lista”.
Aunque no se tienen cifras concretas de cuantos hechos de violencia de este tipo han ocurrido en el país, los testimonios de personas afectadas no han dejado de aparecer.
¡Qué va con el Día a Día!
El Supermercado Día a Día, ubicado en el Centro Comercial Propatria, fue escenario de tensión entre compradores y delincuentes. Una señora quien prefirió mantener su nombre en el anonimato, comentó a Efecto Cocuyo su experiencia. Desde las 12 de la madrugada se encontraba haciendo cola con el fin de comprar “lo que llegara”: Era la tercera en la lista. La primera había estado allí desde las 9:00 pm.
A las 5:00 am, un hombre apareció en el lugar y preguntó rápidamente quien era la primera. Le informó que delante de ella irían 30 personas. La señora optó por explicarle al individuo que tenía una lista, y que habían decidido organizarse para evitar malos entendidos. Una pistola, que calló y timbró a los presentes, se exhibió sin pena.
Escoltados tuvieron que salir
Norkys Blanco se encontraba en el Gama Express de La Urbina. Había hecho tres horas de cola y ya su cédula había sido recogida. Tres mujeres aparecieron de repente, y sin dudar, decidieron colocarse de primeras en la cola. La gente comenzó a protestar. Norkys, y algunos de los que estaban con ella pronto se dieron cuenta de que a pocos pasos estas mujeres tenían más de ocho bolsas con todo tipo de productos, lo cual indicaba que este supermercado no había sido el primero en su lista. Un muchacho que estaba detrás reclamó molesto. Al poco tiempo, la policía apareció y las tres mujeres fueron sacadas de la fila.
Después de que Blanco y los que estaban con ella salieran de haber hecho sus compras, las tres mujeres estaban allí junto a tres motorizados quienes los estaban esperando. Les gritaron insultos, y amenazaron con “cortarles la cara”. Llamaron nuevamente a la policía y les pidieron ser acompañados a sus respectivos trabajos. Nunca la policía les dijo algo a las mujeres y a quienes las acompañaban.
¡Son 15!
El Farmatodo de Chacao no se salvó de la lista de lugares que se han visto sumergidos en episodios de abusos. Otro testimonio que tampoco quiso ser identificado comentó su vivencia.
Hacía la cola para adquirir pañales. Tenía a varias personas por delante. De los tres sujetos que se encontraban al principio, una de ellas trajo a 15 más. De esta manera, los números que estaban ya destinados a los clientes que habían llegado con tiempo, fueron aplazados por estos nuevos integrantes. Nuevamente, no pasó nada más que una molestia colectiva. El abuso se hizo realidad.
El estadio de violencia y de abuso que están acelerando su aparición en colas, se debe principalmente, según la socióloga Ma. Gabriela Ponce a la situación caótica que atraviesa el país. La problemática de escasez, y el recrudecimiento de la misma, mermará finalmente en la imposición de la Ley de la Fuerza. La ausencia de sanciones, la impunidad frente a este tipo de conductas, y la falta de mecanismos de contención y protección del ciudadano, se convierten en el colchón para que delincuentes y abusadores, aprovechen y hagan de las suyas.
El Estado, quien es el que posee el monopolio de la fuerza, y que en esencia tiene la potestad para ejercer controles de convivencia y no dejarlo en manos de privados, pareciera no cumplir con el trabajo, en vista de que el acceso a armamento pesado es bastante fácil, refirió la fuente.
El problema seguirá profundizándose. Es por esto, que la violencia puede que no quede únicamente en antisociales, sino que el ciudadano molesto y cansado, tome la justicia por sus manos como se ha visto recientemente en linchamientos.
Carlos Raúl Hernández, Sociólogo y Director de barometropolitico.com, concuerda con Ponce.
Agrega que todos los regímenes socialistas han terminado de la misma manera en materia de desabastecimiento. “Lo previsible es que esta crisis seguirá acrecentándose con falta de agua y electricidad. Ya no veremos colas por comida sino por camiones de agua”.
Hernández opina que Venezuela se encuentra hoy día en una etapa en donde el Estado no tiene la soberanía del país y lo define como fallido. También añade que la violencia y la barbarie se han hecho parte de la cotidianidad de la gente, lo que significaría la degradación y descomposición de la sociedad. “La violencia está posicionándose en todas las razones sociales”.
En cuanto a los organismos de seguridad del Estado, y el monopolio de la fuerza del mismo, se han convertido en organismos de persecución de la sociedad, expresó. ¨El Estado se dedica a romper el monopolio de la fuerza y crea alianza con delincuentes”.
El drama en las colas ahora toma otra cara.
Ya no es solo el cansancio ni la larga espera en cola lo que deben padecer los venezolanos. Se les ha unido un nuevo componente, la violencia, que ha visto una oportunidad invaluable en esta crisis.
Autoridades judiciales son partícipes y cómplices de violaciones de DDHH, dice informe de Human Rights Watch
OVV observa incremento de denuncias públicas relacionadas con violencia hacia la mujer en 2022
Bajan colas por gasolina en Caracas durante los primeros días de 2023
Presidente de Fedeagro: Hay productores que compran gasolina a 2 dólares el litro por las fallas de distribución de combustible
«¿Hijo dónde estás?”, Pedro Duarte desapareció durante una madrugada en su casa
El extinto gobierno interino gastó «casi» 150 millones de dólares en cuatro años, según Guaidó
Visita de alto comisionado de la ONU: Gobierno quiere dialogar y activistas de DDHH esperan reuniones
Ganar en bolívares, pero vivir en dólares en Venezuela: las crecientes protestas por los “salarios de hambre”
García Arocha: Elecciones en la UCV se harán con maquinaria de la universidad y no del CNE
Con el escaso abastecimiento de productos en farmacias y supermercados, la violencia ha conseguido un nuevo nicho. El drama de las colas pareciera agravarse progresivamente, no sólo porque supone un gran esfuerzo en tiempo para conseguir los productos, sino que además se ha convertido en un espacio donde la discusión, los abusos y la muerte son factores a considerar al momento de ¨agarrar un numerito o anotarse en la lista”.
Aunque no se tienen cifras concretas de cuantos hechos de violencia de este tipo han ocurrido en el país, los testimonios de personas afectadas no han dejado de aparecer.
¡Qué va con el Día a Día!
El Supermercado Día a Día, ubicado en el Centro Comercial Propatria, fue escenario de tensión entre compradores y delincuentes. Una señora quien prefirió mantener su nombre en el anonimato, comentó a Efecto Cocuyo su experiencia. Desde las 12 de la madrugada se encontraba haciendo cola con el fin de comprar “lo que llegara”: Era la tercera en la lista. La primera había estado allí desde las 9:00 pm.
A las 5:00 am, un hombre apareció en el lugar y preguntó rápidamente quien era la primera. Le informó que delante de ella irían 30 personas. La señora optó por explicarle al individuo que tenía una lista, y que habían decidido organizarse para evitar malos entendidos. Una pistola, que calló y timbró a los presentes, se exhibió sin pena.
Escoltados tuvieron que salir
Norkys Blanco se encontraba en el Gama Express de La Urbina. Había hecho tres horas de cola y ya su cédula había sido recogida. Tres mujeres aparecieron de repente, y sin dudar, decidieron colocarse de primeras en la cola. La gente comenzó a protestar. Norkys, y algunos de los que estaban con ella pronto se dieron cuenta de que a pocos pasos estas mujeres tenían más de ocho bolsas con todo tipo de productos, lo cual indicaba que este supermercado no había sido el primero en su lista. Un muchacho que estaba detrás reclamó molesto. Al poco tiempo, la policía apareció y las tres mujeres fueron sacadas de la fila.
Después de que Blanco y los que estaban con ella salieran de haber hecho sus compras, las tres mujeres estaban allí junto a tres motorizados quienes los estaban esperando. Les gritaron insultos, y amenazaron con “cortarles la cara”. Llamaron nuevamente a la policía y les pidieron ser acompañados a sus respectivos trabajos. Nunca la policía les dijo algo a las mujeres y a quienes las acompañaban.
¡Son 15!
El Farmatodo de Chacao no se salvó de la lista de lugares que se han visto sumergidos en episodios de abusos. Otro testimonio que tampoco quiso ser identificado comentó su vivencia.
Hacía la cola para adquirir pañales. Tenía a varias personas por delante. De los tres sujetos que se encontraban al principio, una de ellas trajo a 15 más. De esta manera, los números que estaban ya destinados a los clientes que habían llegado con tiempo, fueron aplazados por estos nuevos integrantes. Nuevamente, no pasó nada más que una molestia colectiva. El abuso se hizo realidad.
El estadio de violencia y de abuso que están acelerando su aparición en colas, se debe principalmente, según la socióloga Ma. Gabriela Ponce a la situación caótica que atraviesa el país. La problemática de escasez, y el recrudecimiento de la misma, mermará finalmente en la imposición de la Ley de la Fuerza. La ausencia de sanciones, la impunidad frente a este tipo de conductas, y la falta de mecanismos de contención y protección del ciudadano, se convierten en el colchón para que delincuentes y abusadores, aprovechen y hagan de las suyas.
El Estado, quien es el que posee el monopolio de la fuerza, y que en esencia tiene la potestad para ejercer controles de convivencia y no dejarlo en manos de privados, pareciera no cumplir con el trabajo, en vista de que el acceso a armamento pesado es bastante fácil, refirió la fuente.
El problema seguirá profundizándose. Es por esto, que la violencia puede que no quede únicamente en antisociales, sino que el ciudadano molesto y cansado, tome la justicia por sus manos como se ha visto recientemente en linchamientos.
Carlos Raúl Hernández, Sociólogo y Director de barometropolitico.com, concuerda con Ponce.
Agrega que todos los regímenes socialistas han terminado de la misma manera en materia de desabastecimiento. “Lo previsible es que esta crisis seguirá acrecentándose con falta de agua y electricidad. Ya no veremos colas por comida sino por camiones de agua”.
Hernández opina que Venezuela se encuentra hoy día en una etapa en donde el Estado no tiene la soberanía del país y lo define como fallido. También añade que la violencia y la barbarie se han hecho parte de la cotidianidad de la gente, lo que significaría la degradación y descomposición de la sociedad. “La violencia está posicionándose en todas las razones sociales”.
En cuanto a los organismos de seguridad del Estado, y el monopolio de la fuerza del mismo, se han convertido en organismos de persecución de la sociedad, expresó. ¨El Estado se dedica a romper el monopolio de la fuerza y crea alianza con delincuentes”.
El drama en las colas ahora toma otra cara.
Ya no es solo el cansancio ni la larga espera en cola lo que deben padecer los venezolanos. Se les ha unido un nuevo componente, la violencia, que ha visto una oportunidad invaluable en esta crisis.