Alirio Rodríguez, el artista calificado como el pionero de la nueva figuración dentro de la pintura venezolana, falleció este miércoles 2 de mayo en Caracas, tras agravarse una neumonía que le aquejaba desde hacía aproximadamente un mes y por la cual se encontraba hospitalizado desde entonces. Tenía 84 años.

Oriundo de El Callao, estado Bolívar, el ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas en el año 1969 inció su formación en la Escuela de Artes Aplicadas de Caracas y el Taller Libre de Arte. Posteriormente, se mudó a Italia para cursar estudios en el Instituto de Arte de Roma y en Rávena, al norte de la nación europea.

Además de haber realizado numerosas exposiciones individuales a lo largo de su carrera, tanto dentro como fuera de Venezuela, destacó también como profesor de Dibujo y Pintura y jefe de la sección de Arte Puro de la Escuela Cristóbal Rojas, una de sus obras más emblemáticas es el vitral de gran formato que adorna la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en el cual trabajó arduamente entre 1982 y 1984.

A finales de 2016, el artista presentó un libro bajo el título “Alirio Rodríguez: De su pintura y Letra” publicado en España por la Editorial La Puerta del Libro, en el cual se expresa “la suma del pensamiento y la obra de un artista necesario, que a la vez persigue a la misma esencia: Alirio Rodríguez”, tal como lo describió en el prólogo Consuelo Vallejo Delgado.

Rodríguez también fue reconocido con múltiples distinciones por su talento creativo y sus importantes aportes a la plástica venezolana. Entre ellos destacan  el Premio Arturo Michelena, en 1962; el Premio Oficial de Pintura en la edición del Salón de Arte Venezolano de 1969; el primer premio del Salón de las Artes Plásticas en Venezuela, del Museo de Bellas Artes en 1974; el Premio Renaissance des Arts, otorgado en París en 1981; y el Premio Alejandro Otero, entregado por la Gobernación del estado Bolívar.

Foto: El Universal

</div>