En La Vega la cuarentena se vive de las 2 de la tarde en adelante, luego de hacer el mercado a lo largo de la calle principal del populoso sector ubicado en el oeste caraqueño. Los locales conviven con las ventas informales en medio de un trajinar de un lado a otro de parroquianos apurados en hacer las compras.
El distanciamiento social, recomendado entre las medidas para frenar la propagación del coronavirus, queda para otra ocasión, porque la mañana de este Miércoles Santos los lugareños tienen otros apremios y se aglomeran en los expendios.
Todo comienza a partir de las 6:30 de la mañana, cuando la gente -mujeres, jóvenes y otros de la tercera edad- va apareciendo; la mayoría lleva tapabocas, desde los convencionales hasta los hechos en casa, incluidos improvisados pañuelos para cubrir el rostro. A las 12 meridiem se acaba el bululú bajo la mirada de la policía que ya ha pasado por las ventas para recordar la hora del cierre.
Yesenia vende bien bagre
La pescadería Yanez con z, como subraya Yesenia Varela, vende en plena calle. “Tenemos años haciéndolo porque tenemos permiso por la alcaldía, pero debido a la pandemia nos dijeron que teníamos que vender aquí (en el estacionamiento de las tiendas Clap) para evitar la aglomeración“. Curbina a Bs. 280 mil el kilo; lebranche a Bs. 300 mil; bagre rayado, Bs. 280 mil; mojarra, Bs. 200 mil; buco, Bs. 160 mil, es parte de lo que ofrecían esta mañana.
Yesenia cuenta que le compran el pescado a un “señor que nos los trae de Cumaná (Sucre). El señor tiene salvoconducto y hasta ahora no habido problema”. También se proveen del mercado de Coche, “pero cuando vamos a Coche el problema es el traslado, tenemos que pagar un carro dependiendo de la cantidad que traemos a veces es muy costoso”.
A pesar del tapabocas, se adivina la sonrisa de Yesenia cuando dice que este Miércoles Santos han vendido 35% más que los otros días. El pescado que más venden es el bagre.

Marcos vende carite en una peluquería
Marcos Arteaga también vende pescado y sabe muy bien que la Semana Mayor, a pesar de la cuarentena, es la mejor temporada para colocar su mercancía, y no importa dónde la venda. Arteaga ofrece su pescado fresco en un espacio de una peluquería. “Estoy trabajando aquí porque no puedo estar en la calle”, dice mientras muestra su oferta: carite, bonita y roncador, que compra en el mercado de Coche. “Voy tres veces por semana, los lunes, jueves y sábados, como trabajo con alimentos no tengo problemas con los policías para trasladarme hasta allá”.
“Cualquiera de estos pescados cuesta 270 mil bolívares el kilo”, dice para convencido de tener precios muy competitivos.
