En un solemne homenaje que inició poco después de las diez de la mañana de este domingo 25 de marzo, en la sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, cientos de músicos se unieron para ofrecer un último concierto al maestro José Antonio Abreu, quien falleció el sábado 24 de marzo. Mientras los músicos tocaban, desfilaron diferentes directores de orquesta, todos vinculados de una u otra manera con Abreu.

El féretro en el que descansará eternamente el maestro Abreu se encontraba en el centro del escenario, a la vista de cientos de personas que se acercaron a la sala Simón Bolívar para presenciar el homenaje y brindar sus últimos aplausos a un personaje tan importante en la cultura venezolana.

Luego de más de cinco horas en capilla ardiente, familiares y allegados a Abreu colocaron la bandera de Venezuela sobre el féretro de Abreu y lo cargaron hasta la salida del Centro Nacional de Acción Social por la Música, donde aguardaba una carroza fúnebre que se dispuso a llevar el cuerpo hacia el Cementerio del Este, donde fue enterrado el maestro.


El acto en la sala Simón Bolívar cerró con un aplauso de más de diez minutos, tras una misa oficiada por el nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano, quien agradeció a Abreu por su labor y se unió al aplauso con las personas presentes en el lugar.

Las dos últimas canciones que interpretaron los artistas fueron El Mesías de Händel y el himno de Venezuela.
La urna llegó a la parcela D-9 y allí fue rodeada por cientos de coronas de flores enviadas por distintas personalidades y por representantes diplomáticos y políticos de distintos países para el maestro José Antonio Abreu.

Además de las flores, también cientos de personas se dispusieron alrededor del ataúd para escuchar una breve misa y despedir con música y aplausos a una de los venezolanos que dejó huella en cientos de miles de jóvenes que alguna vez tuvieron y lograron cristalizar el sueño de dedicar su vida a la música.

Fotos: Iván Reyes
Lea también:
Gustavo Dudamel: El arte y la música han perdido a una de sus más luminosas figuras