Un miercoles nervioso viven las bolsas en China.  La desconfianza de los inversores individuales chinos hundió hoy las bolsas, a pesar de las medidas adoptadas por las autoridades para estabilizar los mercados, el más importante de los cuales, Shanghái, se hundió un 5,9 %.
Mientras tanto, la Bolsa de Shenzhen, la segunda de China continental, perdió un 2,95 %, pero la de Hong Kong sufrió el contagio de sus vecinas y se desplomó un 5,84 %.

Aún así, las pérdidas llegaron a ser mucho más fuertes antes del cierre, si bien se enjugaron parcialmente en la última parte de cada sesión.

Los inversores individuales, que se cuentan en cerca de 90 millones, acaparan cuatro quintas partes del volumen de negocios habitual de Shanghái y Shezhen, y, a pesar de las nuevas medidas sin precedentes anunciadas  esta mañana por las autoridades en Pekín, siguieron retirándos este miércoles 8 de julio del mercado.

Estos inversores individuales, a menudo, son personas con nulos o pocos conocimientos financieros, y han invertido en el mercado sus ahorros y actúan de forma muy intuitiva.

Tras un respiro positivo el lunes y después de perder este martes 7 de julio un 1,29 %, Shanghái abrió esta mañana hundiéndose más de un 8 %, de manera que más empresas suspendieron la cotización de sus acciones, algunas de ellas alcanzaron el techo máximo de caída del 10 % y otras 660 de forma voluntaria alegando que preparaban “un anuncio importante”.

Pero el recurso masivo a este método se percibió por los inversores como una excusa y desató una nueva oleada vendedora, de manera que muchos se precipitaron en vender las acciones de su cartera que seguía cotizando aún mientras pudiera.

Todo esto ocurrió a pesar de los esfuerzos, cada vez más contundentes, desde Pekín por contener la situación, que se incrementó con una nueva vuelta de tuerca esta misma mañana.

El banco central anunció más medidas para dar mayor liquidez a la Corporación de Financiación del Mercado de Valores de China (CSF, siglas en inglés), una entidad de crédito marginal para financiar a las corredoras y a sus clientes.

Entre tanto, la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) reconoció a través de su portavoz, Deng Ge, que hay “pánico” en las bolsas chinas y una consiguiente tendencia a las “ventas no razonables” que el regulador está tratando de compensar.

La CRMV anunció que la CSF aumentará también sus compras de acciones de las empresas más pequeñas, que abundan especialmente en Shenzhen, y que han sido las más perjudicadas en los últimos días.

Por su parte, la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales ordenó a todas las firmas estatales que no vendan ni una de sus acciones mientras dure la actual “volatilidad anormal del mercado” y les animó a incrementar la compra de títulos para estabilizar las cotizaciones.

Muchos analistas atribuyen la dura caída del último mes a una corrección tras siete meses ininterrumpidos de subidas desde noviembre pasado producto de la especulación.

A pesar de que la medida que aprobó el regulador el 12 de junio de endurecer los préstamos marginales, que estaban hinchando la burbuja bursátil, acabó pinchando este fenómeno y provocó el pánico actual en los inversores individuales, el HSBC ve esperanza en los esfuerzos de Pekín para estabilizar los mercados y en sus fundamentos económicos del país.

EFE

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