EE.UU. reabre su consulado en Cuba para visados migratorios tras cierre por cuatro años
EE.UU. reabre su consulado en Cuba para visados migratorios tras cierre por cuatro años

El único presidente de los Estados Unidos que ha visitado a Cuba lo hizo hace 88 años. John Calvin Coolidge Jr. partió desde Cayo Hueso en el acorazado USS Texas y entró en la bahía de La Habana en enero de 1928 para participar en la VI Conferencia Internacional de Estados Americanos, precursora de lo que hoy es la Organización de los Estados Americanos (OEA), celebrada en La Habana el día 16. Lo hizo, como ha anunciado que hará también su homólogo Barack Obama, acompañado de su esposa.

Hoy, Cuba no pertenece a la OEA desde que fue expulsada el 31 de enero de 1962 luego de la revolución. Sin embargo, según la agencia EFE, el presidente de EEUU, Barack Obama, busca hacer “irreversible” el acercamiento entre ambas naciones con su histórica visita a la isla, para lo cual ha anunciado una agenda que incluye conversaciones con el Gobierno y con los disidentes, dar un discurso al pueblo cubano, reunirse con la iglesia de la isla y disfrutar de una pasión común en ambas naciones: el béisbol.

El domingo por la tarde arribará a la Habana junto a su esposa Michelle, sus hijas, Malia y Sasha, y su suegra Marian Robinson, con el objetivo de cumplir el primer deseo de cualquier turista que visita la isla: pasear por las calles de La Habana Vieja.

Hace 88 años, en aquel enero de 1928, “los cubanos se agolparon en la bahía de La Habana para ofrecer la más grande acogida que hasta ese momento habían dedicado a un líder extranjero. Miles se encaramaron en el Castillo del Morro y en las azoteas de los edificios, alargando sus cuellos para echar un vistazo al acorazado USS Texas entrando en el puerto”, narran cronistas norteamericanos de la época.

En 2016, Obama arriba al país de los Castro tras una tradición antimperialista que en Cuba pasa los más de 50 años, pero también bajo las amenazas de algunos aspirantes republicanos a la Presidencia estadounidense de romper nuevamente las relaciones con el vecino socialista. Este es justamente el reto, y el costo político que quiere exponenciar Obama. Para ello, está decidido a acelerar el acercamiento lo más posible.

“Queremos que el proceso de normalización sea irreversible”, aseguró el asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, en una conferencia telefónica. La visita, según se ha anunciado, se extenderá hasta el martes y será un reflejo de los distintos intereses de Estados Unidos en su nueva relación con Cuba, por lo que busca “conversar no solo con el Gobierno, sino también con el pueblo cubano”, dijo Rhodes.

Difícilmente el pueblo cubano de 2016 le haga el mismo recibimiento a Obama que cuando era colonia estadounidense, 88 años antes, pero en su agenda oficial, el primer presidente negro de la historia norteamericana busca clavarse en el corazón de los cubanos. Su agenda oficial comienza el lunes 21 de marzo con una corta ceremonia en la que depositará una corona de flores en el monumento a José Martí, para luego ser recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, para un encuentro bilateral.

También desde el cielo caerán los bombazos diplomáticos, por lo que Obama se apuntó en una visita a la Catedral de la Habana en la que será recibido por el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, a quien Obama aspira agradecer el apoyo y el del papa Francisco, en el proceso de negociación que permitió iniciar el acercamiento, después de medio siglo de enemistad.

Con Castro, revisará los “avances” en el proceso de normalización y, según Rhodes, Obama será “muy franco sobre las áreas en las que hay desacuerdo”, incluidos “los derechos humanos” en Cuba, además de explorar cómo pueden “aumentarse los intercambios entre ambos pueblos y las oportunidades de comercio” bilateral.

Aunque ya ha visitado la isla anteriormente, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, acompañará también a Obama en el viaje y según Rhodes, busca atender principalmente las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se desarrollan en Cuba.

El funcionario no precisó si Kerry se reunirá con los negociadores colombianos, pero aseguró que el Gobierno estadounidense quiere aprovechar la visita para “contribuir a la conclusión satisfactoria de las conversaciones de paz”.

Pero la comitiva estadounidense se extiende. Obama también viajará acompañado de la secretaria de Comercio, Penny Pritzker; el titular de Agricultura, Tom Vilsack; la jefa de la Administración de Pequeños Negocios, María Contreras-Sweet, y una delegación de 23 miembros del Congreso de EEUU.

Al salir de su reunión con el presidente cubano, Obama asistirá a un acto “centrado en la generación de oportunidades y la iniciativa empresarial del pueblo cubano”, junto con “representantes de negocios estadounidenses, cubano-estadounidenses y emprendedores cubanos”, dijo Rhodes.

Con esta actividad Obama busca demostrar su interés en facilitar el crecimiento del naciente sector privado en Cuba, y enfrentar así la reticencia del Congreso de los EEUU de levantar el embargo. Para ello ha tomado una serie de medidas por su cuenta para flexibilizar las restricciones al comercio con la isla.

Esa noche del lunes Obama asistirá a una cena de Estado, nada más y nada menos que en el Palacio de la Revolución; sede, entre otras cosas, del Comité Central del Partido Comunista Cubano.

El martes, último día de la agenda oficial, sucederá lo más esperado del viaje: el discurso al pueblo cubano desde el Gran Teatro Alicia Alonso de La Habana, que han solicitado desde la Casa Blanca sea retransmitido por la radio y la televisión de la isla.

El auditorio no será una calle repleta de cubanos, pero acogerá a unas mil personas, principalmente invitadas por el Gobierno estadounidense. Obama centrará su discurso en hablarles de “la complicada historia entre los dos países”, dejando claro que Estados Unidos no va a promover un “cambio de régimen”, según explicó Rhodes.

“Eso debe decidirlo el pueblo cubano. Estados Unidos no va a dictar cambios en Cuba, pero confiamos mucho en la capacidad del pueblo cubano de lograr cosas extraordinarias”, agregó.

Luego del histórico discurso, el mandatario se reunirá con “miembros de la sociedad civil” cubana, entre ellos algunos “disidentes destacados”, y aunque la Casa Blanca no los ha identificado, varios de ellos aseguraron a Efe en La Habana haber recibido dichas invitaciones.

La agencia de noticias asegura que entre los invitados están la líder del movimiento femenino Damas de Blanco, Berta Soler; el expreso político José Daniel Ferrer, quien encabeza la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu); la periodista independiente Miriam Leiva y el veterano disidente Elizardo Sánchez.

Obama cerrará su viaje a Cuba desde el palco en un partido de béisbol entre Los Rays de Tampa (Florida) y el equipo nacional cubano, con la esperanza de destacar que la normalización no se limita al plano político.

Con información de EFE

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