El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, marcó distancias este miércoles con el presidente Donald Trump, al asegurar que no considera necesario el empleo de tropas en activo para contener la ola de protestas en el país desencadenadas por la muerte bajo custodia policial de George Floyd.

“La opción del uso de tropas en activo en el papel de garantes de la Ley debería ser solo empleado como último recurso, y solo en las situaciones más urgentes y extremas”, afirmó Esper en una conferencia de prensa.

” No estamos en una de esas situaciones ahora. No soporto invocar la Ley de Insurrección”, añadió el jefe del Pentágono.

Este lunes, Trump anunció su disposición a desplegar “miles y miles de soldados fuertemente armados” y de agentes de la ley para detener los disturbios en Washington DC, tras varias noches de protestas y saqueos en la capital.

Poco después del mensaje televisado, los manifestantes concentrados ante la Casa Blanca fueron reprimidos con gases lacrimógenos.

Aunque la tensión se ha rebajado en las últimas 24 horas, las protestas no cesan en Estados Unidos, donde al menos 40 ciudades han decretado el toque de queda y permanecen bajo custodia de la Guardia Nacional, e incluso este martes la capital estadounidense vivió un inesperado cacerolazo mientras los manifestantes continuaban frente a la Casa Blanca.

Más de una semana después de que el afroamericano George Floyd muriera por asfixia en Mineápolis (Minesota) debido a la presión que ejercía sobre su cuello la rodilla de un policía blanco, en distintas ciudades estadounidenses se repiten las escenas de manifestaciones de protesta en las calles, pero los destrozos y saqueos de otras jornadas han amainado.

¿Los conflictos sociales y raciales en EE.UU

Las palabras de Esper, máximo responsable del Pentágono, chocan frontalmente con la amenaza que este lunes lanzó Trump de invocar esa ley de 1807 –no se activa desde 1992– para desplegar a las Fuerzas Armadas si los gobernadores no son capaces de pacificar sus estados con los cuerpos policiales y los reservistas de la Guardia Nacional.

Según CNN, que cita fuentes republicanas, ha existido una “tensión continua” entre Trump y Esper, quien ya no contaría con la confianza del presidente.

Además, otros altos mandos del Pentágono también han mostrado “incomodidad” con el tono beligerante y las amenazas de Trump de recurrir al Ejército, asegura la cadena estadounidense.

Pero a pesar de su política de mano dura, el magnate neoyorquino también intenta calmar los ánimos con mensajes hacia la comunidad afroamericana. Si el martes aseguró que “se hará justicia” y que la muerte de Floyd “no habrá sido en vano”, este miércoles se autoproclamó algo así como garante de los derechos de esa minoría.

“He hecho más por los afroamericanos que ningún otro presidente en la historia de Estados Unidos, con la posible excepción de otro presidente republicano, el difunto y gran Abraham Lincoln”, escribió en Twitter.

Pero aunque la octava noche consecutiva de disturbios ha sido este miércoles menos violenta que las anteriores –los saqueos de comercios se han reducido a casos puntuales–, las protestas multitudinarias para pedir justicia por la muerte de Floyd se mantienen vivas en más de un centenar de ciudades. Y en muchas ocasiones apuntan directamente contra el presidente.

En Nueva York, justo cuando empezaba el segundo toque de queda, miles de personas se concentraron de forma pacífica frente al hotel Trump, cerca de Central Park, e hincaron las rodillas en el suelo, un gesto antirracista que se está repitiendo por toda la geografía americana y al que se han sumado también numerosos agentes de Policía.

Con información de EFE

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