Mucha polémica ha generado el anuncio de la visita que realizará este viernes 3 de julio el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Monte Rushmore, en el estado de Dakota del Sur, donde realizará un acto de precampaña electoral.
Los riesgos de contraer coronavirus, debido a la muchedumbre que asistirá, amén de las pocas restricciones que se implementarán, sumados a la alta tasa de contagios que existe en ese país norteamericano, han sido causantes de rechazo colectivo, lo mismo que un debate que ha generado este acto en un territorio históricamente polémico por el tema racial.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, anunció este jueves 2 de julio que el público presente en el Monte Rushmore no guardará el distanciamiento social recomendado por los expertos para evitar la propagación del coronavirus.
Según informó Univisión, los 7.500 asistentes al discurso que Trump pronunciará este 3 de julio en el turístico sitio no estarán obligadas a usar mascarillas ni a guardar la distancia.
Noem, gobernadora republicana aliada de Trump, defendió la decisión como una manera de celebrar la Independencia de Estados Unidos, porque habrá una distribución gratuita de cubrebocas.
«Le dijimos a las personas que tuvieran alguna preocupación que se pueden quedar en casa», dijo Noem a Fox News. «Para aquellos que quieran venir, estaremos repartiendo mascarillas gratuitas si desean usar una, pero no guardaremos la distancia social. Les pedimos que vengan, listos para celebrar».
Los organizadores han dispuesto que la mitad del aforo podrá observar el evento desde un anfiteatro y la otra mitad deberá traer sus propias sillas para ubicarse en un estacionamiento contiguo.
Trump encabezará el evento en su intento por transmitir una imagen de «normalidad», pese a que Estados Unidos registró el pasado miércoles un nuevo récord de casos diarios de coronavirus, el cual ha cobrado la vida de miles de personas, incluyendo 91 en Dakota del Sur.
El anuncio del evento, que incluirá fuegos artificiales por primera vez en una década, generó críticas de ambientalistas por el riesgo de incendio forestal que supone y de etnias indígenas que consideran al monumento una profanación de tierras sagradas que le fueron arrebatadas por la fuerza.
Los fuegos artificiales fueron suspendidos en 2009 a raíz de una infección que resecó a los árboles en el bosque que rodea al monumento.
Para miles de indígenas en Estados Unidos el monte Rushmore es un “símbolo del supremacismo blanco”, que promueve Donald Trump, y ahora esperan como un “insulto” la visita del presidente en pleno debate nacional sobre los monumentos y el racismo.
La famosa ladera donde están esculpidos los rostros de cuatro presidentes estadounidenses, que cada año atrae a dos millones de turistas, recibirá este viernes a Trump para una fiesta patriótica animada por fuegos artificiales y aviones de combate con motivo del Día de la Independencia estadounidense.
“El monte Rushmore es un símbolo de injusticia, de desigualdad racial y de supremacismo blanco en Estados Unidos”, dijo Nick Tilsen, un miembro de la tribu Oglala Lakota y activista del colectivo indígena NDN, en una entrevista con EFE.
“Se talló en las tierras sagradas del pueblo Lakota con las caras de cuatro hombres blancos que eran colonizadores de los indígenas, que crearon políticas terribles que siguen afectando a los indígenas hoy. Y que el presidente de Estados Unidos venga aquí a buscar votos (…) es un insulto enorme”, añadió.
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Mucha polémica ha generado el anuncio de la visita que realizará este viernes 3 de julio el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Monte Rushmore, en el estado de Dakota del Sur, donde realizará un acto de precampaña electoral.
Los riesgos de contraer coronavirus, debido a la muchedumbre que asistirá, amén de las pocas restricciones que se implementarán, sumados a la alta tasa de contagios que existe en ese país norteamericano, han sido causantes de rechazo colectivo, lo mismo que un debate que ha generado este acto en un territorio históricamente polémico por el tema racial.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, anunció este jueves 2 de julio que el público presente en el Monte Rushmore no guardará el distanciamiento social recomendado por los expertos para evitar la propagación del coronavirus.
Según informó Univisión, los 7.500 asistentes al discurso que Trump pronunciará este 3 de julio en el turístico sitio no estarán obligadas a usar mascarillas ni a guardar la distancia.
Noem, gobernadora republicana aliada de Trump, defendió la decisión como una manera de celebrar la Independencia de Estados Unidos, porque habrá una distribución gratuita de cubrebocas.
«Le dijimos a las personas que tuvieran alguna preocupación que se pueden quedar en casa», dijo Noem a Fox News. «Para aquellos que quieran venir, estaremos repartiendo mascarillas gratuitas si desean usar una, pero no guardaremos la distancia social. Les pedimos que vengan, listos para celebrar».
Los organizadores han dispuesto que la mitad del aforo podrá observar el evento desde un anfiteatro y la otra mitad deberá traer sus propias sillas para ubicarse en un estacionamiento contiguo.
Trump encabezará el evento en su intento por transmitir una imagen de «normalidad», pese a que Estados Unidos registró el pasado miércoles un nuevo récord de casos diarios de coronavirus, el cual ha cobrado la vida de miles de personas, incluyendo 91 en Dakota del Sur.
El anuncio del evento, que incluirá fuegos artificiales por primera vez en una década, generó críticas de ambientalistas por el riesgo de incendio forestal que supone y de etnias indígenas que consideran al monumento una profanación de tierras sagradas que le fueron arrebatadas por la fuerza.
Los fuegos artificiales fueron suspendidos en 2009 a raíz de una infección que resecó a los árboles en el bosque que rodea al monumento.
Para miles de indígenas en Estados Unidos el monte Rushmore es un “símbolo del supremacismo blanco”, que promueve Donald Trump, y ahora esperan como un “insulto” la visita del presidente en pleno debate nacional sobre los monumentos y el racismo.
La famosa ladera donde están esculpidos los rostros de cuatro presidentes estadounidenses, que cada año atrae a dos millones de turistas, recibirá este viernes a Trump para una fiesta patriótica animada por fuegos artificiales y aviones de combate con motivo del Día de la Independencia estadounidense.
“El monte Rushmore es un símbolo de injusticia, de desigualdad racial y de supremacismo blanco en Estados Unidos”, dijo Nick Tilsen, un miembro de la tribu Oglala Lakota y activista del colectivo indígena NDN, en una entrevista con EFE.
“Se talló en las tierras sagradas del pueblo Lakota con las caras de cuatro hombres blancos que eran colonizadores de los indígenas, que crearon políticas terribles que siguen afectando a los indígenas hoy. Y que el presidente de Estados Unidos venga aquí a buscar votos (…) es un insulto enorme”, añadió.