Un total de 222 presos políticos de Nicaragua arribaron a Estados Unidos este jueves 9 de febrero, después de que el régimen de Daniel Ortega los expulsó del país y les despojó de su nacionalidad.
El Departamento de Estado de EEUU aseguró que fue una decisión unilateral del gobierno sandinista, que desde las protestas de 2018 comenzó una razzia contra políticos, estudiantes, medios de comunicación, ONG, sacerdotes de la Iglesia católica y empresarios que se opusieron a su gobierno.

Al aeropuerto de Dulles, que sirve a la capital estadounidense (Washington), arribaron en un avión procedentes de Managua dos centenares de personas, entre quienes estuvieron excandidatos presidenciales inhabilitados por Ortega y hasta personas que no tenían familiares ni amigos para recibirlos.
Nicaragua en la sangre
Entre ellos estuvo Félix Madariaga, un dirigente político y académico que intentó presentarse a las elecciones presidenciales de Nicaragua en 2021, pero a quien detuvo la Policía de ese país en junio de ese año.

“Somos nicaragüenses y eso nadie no los va a quitar. A Nicaragua se lleva en la sangre”, fueron las primeras impresiones que ofreció desde Washington. Después de casi dos años pudo reunirse con su esposa e hija, que mostraron su felicidad por tenerlo de vuelta, a pesar de que la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó una ley este mismo jueves, con la que les quitó la nacionalidad a estos 222 presos políticos.
Madariaga ofreció también declaraciones a medios de su país, entre ellos La Prensa, de la que varios de sus trabajadores también arribaron a Estados Unidos.

“Yo seré nicaragüense hasta el día que me muera y voy a seguir amando a Nicaragua, no solamente como la nación en la que nací, sino como la tierra que deseo ver en democracia”, expresó a este diario.
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Apresan a obispo de Matagalpa
El medio Confidencial reportó que el obispo de Matagalpa y administrador de la diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, fue trasladado hacia la cárcel La Modelo de Tipitapa, al ser uno de los que se negó al destierro a Estados Unidos.
Álvarez se encontraba en arresto domiciliario en la diócesis, pero lo enviaron a una prisión.

“Lo que tenemos es un comportamiento de soberbia, de quien se considera el jefe de la Iglesia en Nicaragua, el líder de la Iglesia latinoamericana, y debe pensar que está a punto de optar el cargo de Su Santidad el papa. Está desquiciado. Ahora que llegó a La Modelo, llegó que era un energúmeno. No puede tener el coraje de Cristo, que aguantó los azotes y soportó la crucifixión. No acepta que lo metan en una celda donde hay centenares de presos”, aseguró Ortega sobre el obispo.
