Las importaciones de gas doméstico pueden ser la respuesta para que las familias no enfrenten problemas para recargar las bombonas en toda Venezuela. Sin embargo, para que las empresas privadas puedan concretar el envío de estos cargamentos de gas propano todavía hay una lista de escollos por resolver.
“Importar gas no es como traer gasolina o diésel. Para importar gas propano se requiere una infraestructura mínima para almacenarlo, porque se necesitan esferas blancas y tienen que estar refrigeradas” aseguró Antero Alvarado, director de Gas Energy Latin America, en entrevista para Efecto Cocuyo.
El almacenamiento y la distribución del gas propano requieren apoyarse en la infraestructura de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). La licencia recién emitida por los Estados Unidos que autoriza a la empresa petrolera nacional a participar en estas importaciones de gas supone un alivio importante, pero todavía no está claro cuál es el estado actual de los tanques de almacenamiento y las cisternas para el transporte que puede ofrecerle Pdvsa a las empresas privadas interesadas en entrar en este nuevo negocio.
“El déficit de gas (en el país) se cubrió con importaciones desde 2011. La infraestructura existe, pero lo que no se sabe es si se le ha hecho el mantenimiento adecuado. Pdvsa, por ejemplo, contaba con 200 cisternas para el traslado del gas, pero no se sabe cuántas están operativas o si les faltan cauchos o repuestos” explicó para Efecto Cocuyo, Rudi Cressa, quien es profesional de la industria energética y cuenta con un Máster de Administración de Negocios del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa).
Los cálculos más recientes hablan de un déficit de 30.000 barriles diarios de gas propano o licuado, que es el tipo de gas utilizado en las bombonas domésticas con las que cocina buena parte de la población venezolana. El mercado es amplio porque abarca a todos los 24 estados del país, pero el precio al que pueda venderse este producto también es un asunto por resolver.
Los expertos Antero Alvarado y Rudi Cressa coinciden en que el precio que autorice el Ejecutivo para vender las bombonas de aluminio y las recargas pueden ser un estímulo importante para atraer a más empresas privadas a hacer estas importaciones de gas.
“Lo que produce Pdvsa hoy no cubre 25% de la demanda nacional, pero el precio oficial de una bombona es de apenas 0,30 dólares. A qué precio se pudiera comercializar ese gas importado va a ser clave para que las empresas privadas se decidan a participar” apuntó Cressa, en medio de la entrevista telefónica.
El precio de venta fijado por Pdvsa Gas todavía está por debajo del equivalente a un dólar Aunque en el mercado informal donde se consigue el gas, la gran mayoría de los venezolanos cancela un precio que se mueve entre los 3 y 15 dólares por la recarga de las bombonas en función de su tamaño y de la región del país.
Este precio informal se encuentra, de hecho, muy cerca del promedio en América Latina que está alrededor de 15 dólares por la recarga de una bombona de tamaño medio, de acuerdo a los datos del libro de “El gas en Venezuela: el retorno a la era de la leña”, publicado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice).
Al final, el negocio del gas no solo necesita cubrir el valor del gas propano, sino también los gastos asociados a la movilización de las bombonas y el mantenimiento de los equipos en los centros de llenado.
Como lo resumió Alvarado: “la Licencia General número 40 despierta interés en muchas áreas, pero todavía es muy prematuro para ver quién estaría interesado en esto”. De la participación conjunta entre Pdvsa Gas y un cúmulo de empresas privadas que entren en el negocio de vender bombonas y recargarlas dependerá que la oferta de gas comience a ampliarse en las calles y los venezolanos vuelvan a preferir a las bombonas en vez de la leña, a la hora de cocinar cada día.
Foto principal: Pdvsa Gas
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Las importaciones de gas doméstico pueden ser la respuesta para que las familias no enfrenten problemas para recargar las bombonas en toda Venezuela. Sin embargo, para que las empresas privadas puedan concretar el envío de estos cargamentos de gas propano todavía hay una lista de escollos por resolver.
“Importar gas no es como traer gasolina o diésel. Para importar gas propano se requiere una infraestructura mínima para almacenarlo, porque se necesitan esferas blancas y tienen que estar refrigeradas” aseguró Antero Alvarado, director de Gas Energy Latin America, en entrevista para Efecto Cocuyo.
El almacenamiento y la distribución del gas propano requieren apoyarse en la infraestructura de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). La licencia recién emitida por los Estados Unidos que autoriza a la empresa petrolera nacional a participar en estas importaciones de gas supone un alivio importante, pero todavía no está claro cuál es el estado actual de los tanques de almacenamiento y las cisternas para el transporte que puede ofrecerle Pdvsa a las empresas privadas interesadas en entrar en este nuevo negocio.
“El déficit de gas (en el país) se cubrió con importaciones desde 2011. La infraestructura existe, pero lo que no se sabe es si se le ha hecho el mantenimiento adecuado. Pdvsa, por ejemplo, contaba con 200 cisternas para el traslado del gas, pero no se sabe cuántas están operativas o si les faltan cauchos o repuestos” explicó para Efecto Cocuyo, Rudi Cressa, quien es profesional de la industria energética y cuenta con un Máster de Administración de Negocios del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa).
Los cálculos más recientes hablan de un déficit de 30.000 barriles diarios de gas propano o licuado, que es el tipo de gas utilizado en las bombonas domésticas con las que cocina buena parte de la población venezolana. El mercado es amplio porque abarca a todos los 24 estados del país, pero el precio al que pueda venderse este producto también es un asunto por resolver.
Los expertos Antero Alvarado y Rudi Cressa coinciden en que el precio que autorice el Ejecutivo para vender las bombonas de aluminio y las recargas pueden ser un estímulo importante para atraer a más empresas privadas a hacer estas importaciones de gas.
“Lo que produce Pdvsa hoy no cubre 25% de la demanda nacional, pero el precio oficial de una bombona es de apenas 0,30 dólares. A qué precio se pudiera comercializar ese gas importado va a ser clave para que las empresas privadas se decidan a participar” apuntó Cressa, en medio de la entrevista telefónica.
El precio de venta fijado por Pdvsa Gas todavía está por debajo del equivalente a un dólar Aunque en el mercado informal donde se consigue el gas, la gran mayoría de los venezolanos cancela un precio que se mueve entre los 3 y 15 dólares por la recarga de las bombonas en función de su tamaño y de la región del país.
Este precio informal se encuentra, de hecho, muy cerca del promedio en América Latina que está alrededor de 15 dólares por la recarga de una bombona de tamaño medio, de acuerdo a los datos del libro de “El gas en Venezuela: el retorno a la era de la leña”, publicado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice).
Al final, el negocio del gas no solo necesita cubrir el valor del gas propano, sino también los gastos asociados a la movilización de las bombonas y el mantenimiento de los equipos en los centros de llenado.
Como lo resumió Alvarado: “la Licencia General número 40 despierta interés en muchas áreas, pero todavía es muy prematuro para ver quién estaría interesado en esto”. De la participación conjunta entre Pdvsa Gas y un cúmulo de empresas privadas que entren en el negocio de vender bombonas y recargarlas dependerá que la oferta de gas comience a ampliarse en las calles y los venezolanos vuelvan a preferir a las bombonas en vez de la leña, a la hora de cocinar cada día.
Foto principal: Pdvsa Gas