Para reforestar lo que se ha quemado del Parque Nacional Henri Pittier en los últimos cinco años se necesitan al menos seis millones de árboles según la ONG Sembramos Todos. Organizaciones no gubernamentales, bomberos forestales y entes públicos se han esforzado por intentar revertir los daños que el fuego ha causado, pero no han tenido éxito. Enrique García, director de Sembramos Todos, dice que estos años han sembrado unos 5.000, pero que ha sido insuficiente. Además, no todas las semillas terminan en un árbol. “Hemos perdido, más o menos, el 90% de nuestro trabajo”, contó a Efecto Cocuyo.
Las cifras oficiales dicen que hay unas 1.400 hectáreas afectadas, de acuerdo al director de Protección Civil de Aragua, Salvador Basile, y 4.000 según la directora del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, Carmen Cannata. Pero las cifras extraoficiales son aún más alarmantes: se habla de 6.800 hectáreas quemadas. “Es el incendio más grande que ha sufrido en toda su historia. No tiene precedente”, dijo García sobre la quema que ha causado que los diputados del estado Aragua declaren emergencia ambiental.
Lo que hace a este incendio peor que los demás que se han registrado, es que ha consumido al Parque Nacional desde todos sus frentes. Incluso ha llegado a las zonas altas, a las partes selváticas. Vecinos de El Limón y El Castaño, las zonas que quedan más cerca de los extremos del parque que colindan con Maracay, han sufrido las consecuencias: el fuego ha llegado a escasos metros de las zonas residenciales.
Además, siendo el Henri Pittier uno de los pasajes de biodiversidad más importantes de América Latina, han tenido que socorrer a animales silvestres que han llegado hasta sus casas huyendo del fuego. Araguatos, perezas, picures, loros, guacamayas y cachicamos están perdiendo su hábitat natural. Las aves, incluso aquellas que solo vienen de paso, están perdiendo sus nidales y su fuente de alimentación.
García relata que, además de perder sus hábitat, muchos de los animales que migran hacia la ciudad terminan siendo vendidos ilegalmente. “Este problema tiene muchas aristas qué tratar”, puntualizó.
Por ejemplo, el humo que baja a la ciudad está causando un aumento en las emergencias respiratorias, según explicó García. A esto hay que sumarle la basura que constantemente está siendo quemada en el vertedero de San Vicente. “En Maracay hay un millón 800 mil personas, y todas están siendo afectadas”.
En la urbanización El Castaño se secaron ya cuatro riachuelos que tenían caudal durante todo el año. En Palmarito, su zona más alta, los caudales han disminuido en 50%. “Es la primera vez en la historia que les está tocando surtirse con cisternas”, comentó García.
A largo plazo la ciudad también sufrirá consecuencias: la quema ocasiona que se elimine la capa vegetal de la montaña y sus capturadores naturales de agua, explicó García. “El suelo se erosiona, y eso eventualmente va a colapsar los sistemas de drenaje, lo que puede desencadenar en un derrumbe”, puntualizó.
“Terrorismo ambiental”
“El incendio ha sido provocado”, señaló García. Relató que vecinos de la zona vieron a motorizados arrojando objetos con fuego, aunque asegura desconoce el motivo. ¿La principal evidencia? Cuatro incendios empezaron al mismo tiempo, en cuatro puntos distintos de la ciudad. Uno en La Placera, uno El Progreso, uno detrás de Ojo de Agua y otro en el Hotel Maracay.
El de El Limón, que es el que más daño ha ocasionado, sigue vivo. “Algunos de los incendios no los apagan, sino que simplemente se comen todo hasta que se extinguen”, puntualizó García.
Cannata dijo que hay ocho personas detenidas por la quema de desechos en las cercanías del parque más antiguo del país, pero para García esto no dice gran cosa. “Sabemos de casos donde han agarrado personas que queman la montaña y que a los dos días están sueltos”, dijo. “¿Cuántos de los ocho detenidos realmente van a quedar presos? Lo más probable es que ninguno”.
Para García, tan grave como estas acciones es no darle soluciones adecuadas al problema. El parque se viene quemando hace años y cada vez los incendios son de mayor magnitud: en 2015 ardieron alrededor de 4.500 hectáreas, en 2014 unas 3.800 y en 2013, 2.900. Para un parque de 107.800 hectáreas, esto representa aproximadamente el 20% de su extensión consumida por las llamas. Y mucho de lo que se ha quemado ya es irrecuperable.
El problema no se está atacando como debe ser, comentó García. “Los incendios tienen un mes corriendo y por fin estos días mandaron a unos helicópteros a intentar apagarlos. Eso no sirve para Maracay”. Según explicó, los helicópteros solo pueden transportar de 500 a 2000 litros de agua y tienen que ser recargados. Además, pierden cerca del 30% del agua transportada en el tránsito. Un avión, que es lo que cree se debe usar, puede transportar hasta 70.000, y solo pierden el 2%.
El Beriev Be-200, un avión de origen ruso, que tiene una capacidad de 12.000 litros y que serviría para acabar las llamas que consumen no solo al parque sino a los otros incendios que atacan al país, cuesta, según la página web deagel.com, 17 millones de dólares. El 1ro de abril de 2010 uno pisó el suelo venezolano, cuando vino a hacer una demostración en la Base Aérea El Libertador (Bael). En su momento, Luis Díaz Curvelo, director nacional de protección civil, dijo “evaluaremos las bondades del avión, su operatividad en Venezuela (….) para determinar la factibilidad de la adquisición del equipo”.
La demostración del avión coincidió con la visita de Vladimir Putin, presidente ruso, en nuestras tierras. Al respecto, el presidente Hugo Chávez bromeó que “creía que el avión se iba a quedar aquí como una donación”, pero aseguró que ya estaban aprobados unos 46 millones de dólares (200 millones de bolívares) para el proyecto porque “vamos a adquirir al menos uno de esos aviones”. No hay registro de que la compra se haya concretado.
Esto hace que García se cuestione las prioridades del gobierno, puesto que Tareck El Aissami, gobernador del estado, anunció a finales del año pasado que inauguraría un parque acuático en la ciudad, con un inversión de 13 millones de dólares.
También comentó que no se está reforestando de forma adecuada, y que hay zonas que simplemente hay que dar por pérdida total. “Hay pendientes de 50 y 55 grados, a las que no te puedes subir. Centenares de hectáreas son así, y las semillas que lanzan desde los helicópteros usualmente no caen en lugar donde puedan florecer”, explicó, añadiendo que, de lo que se lanza, puede germinar en promedio el 10%.
Además, aseguró que no se están tomando las medidas preventivas necesarias y que no se cuenta con el personal capacitado para evitar este tipo de cosas. “Exagerando, en todo el parque hay unos 100 guardaparques. Ni siquiera hay un puesto de control fijo en el Hotel Maracay, a donde llegan una 600 personas diarias”, reclamó.
“El flagelo de los incendios y de este terrorismo ambiental nos está costando bien caro”, concluyó.