El balance de 2018 es sumamente negativo

Venezuela en los libros de récords, pero no para bien. El país cumplió un año con una hiperinflación que ya se perfila como una de las más feroces de la historia, que lo ubica también entre los países con peores depresiones económicas del mundo, según las proyecciones de distintos organismos internacionales.

La hiperinflación alcanza niveles tan altos que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) decidieron excluir a Venezuela de algunas de sus proyecciones generales, como la inflación y crecimiento económico. Además, las organizaciones han tenido que modificar repetidamente sus cifras sobre Venezuela.

Mientras en abril de 2018 el FMI estimaba una inflación de 14.000% para finales de año, seis meses después aumentó esa evaluación a 1.370.000%. Caso similar ocurrió con el Banco Mundial, que en su informe de mercados globales analizó a Venezuela de manera particular.

Hasta el FMI se quedó “fuera de base” con la hiperinflación venezolana

Y las proyecciones empeoran para el próximo año. La hiperinflación cerrará en 10.000.000% con una caída en 5 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019. En total, el FMI precisa que la economía venezolana se contrajo 35 % entre 2013 y 2017, y lo hará otro 18 % en 2018.

Entre las peores depresiones de la historia

En el período 1960-2017 el organismo registra 133 casos de recesiones mayores al 20% en 92 países. Algunas de las causas son, según el FMI, los conflictos armados, la volatibilidad de las materias primas, las crisis financieras, monetarias, fiscales o bancarias, y las transiciones de una economía centralizada a una de mercado.

La mayoría de los casos ocurrieron durante los años ochenta, y tuvieron un repunte a comienzo de los noventa debido a las transiciones económicas ocurridas en la antigua Unión Soviética, en Europa central y oriental.

Pero en el siglo XXI pocos países han enfrentado una depresión tan importante como la de Venezuela. Entre ellos se encuentran Yemen y Libia, en medio de un conflicto bélico, y Sierra Leona, luego de una epidemia de ébola.

Sumado a la depresión, que el FMI estima en el caso venezolano como consecuencia de erradas políticas económicas, también surge la monetización del déficit fiscal que ha profundizado la hiperinflación.

El Banco Central de Venezuela (BCV) emite semanalmente millardos de bolívares para financiar los gastos del Gobierno. En el último mes, desde la entrada en vigencia de la reconversión monetaria, la cantidad de dinero en circulación se duplicó, de acuerdo con las cifras del ente emisor.

Venezuela ya acumula seis años seguidos con recesión económica, y las estimaciones arrojan que la producción del país se ha reducido en más de 50% desde 2013, por lo que encuadra entre las depresiones económicas que analiza el FMI.

Foto principal: Iván Reyes

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