José Ramón Herrera denunció la detención de su esposa y sus tres hijos, dos de ellos menores de edad, en Trinidad y Tobago, luego de que llegaran a la isla por rutas irregulares.
Herrera explicó al medio de comunicación de Nueva Esparta, Bajo La Lupa, que su familia salió de Tucupita (Delta Amacuro) vía Trinidad. Al llegar a Los Cedros (zona costera al suroeste de Trinidad), los trasladaron a un centro de salud en Siparia para hacerles pruebas de COVID-19, donde logró verlos por primera vez después de varios años. Luego los llevaron a la base naval de Chaguaramas.
«Le dije que, si los deportan, nos vamos todos», dijo Herrera al medio de comunicación. Pidió a las autoridades que la deportación se haga vía aérea y que le permitan acompañar a su familia. Detalló que entregó su pasaporte y su permiso de trabajo a las autoridades de Trinidad y Tobago para que la decisión de la deportación se aplique para toda su familia.
Las deportaciones de venezolanos en situación migratoria irregular no son nuevas. A lo largo de este 2021 se han llevado adelante varios operativos de deportaciones y repatriaciones.
A finales del mes de septiembre, más de 150 venezolanos que entraron por rutas irregulares a Trinidad y Tobago fueron deportados después de soportar condiciones cuestionables, según denunciaron este 21 de diciembre en conferencia de prensa activistas de derechos humanos.
«Las autoridades detuvieron a estas personas en una comisaría que no estaba en condiciones para atenderlos, especialmente a niños y mujeres», sostuvo la activista Yesenia González.
Más de 1.000 personas han retornado hasta el 13 de julio de 2021. En ese entonces, rebrotes de contagios de la COVID-19 y casi un millar de muertes desde el inicio de la pandemia causaron graves problemas económicos en Trinidad y Tobago, que repercutieron en los venezolanos en forma de desempleo y la imposibilidad de hacer frente a sus gastos, entre estos el alquiler de vivienda.
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José Ramón Herrera denunció la detención de su esposa y sus tres hijos, dos de ellos menores de edad, en Trinidad y Tobago, luego de que llegaran a la isla por rutas irregulares.
Herrera explicó al medio de comunicación de Nueva Esparta, Bajo La Lupa, que su familia salió de Tucupita (Delta Amacuro) vía Trinidad. Al llegar a Los Cedros (zona costera al suroeste de Trinidad), los trasladaron a un centro de salud en Siparia para hacerles pruebas de COVID-19, donde logró verlos por primera vez después de varios años. Luego los llevaron a la base naval de Chaguaramas.
«Le dije que, si los deportan, nos vamos todos», dijo Herrera al medio de comunicación. Pidió a las autoridades que la deportación se haga vía aérea y que le permitan acompañar a su familia. Detalló que entregó su pasaporte y su permiso de trabajo a las autoridades de Trinidad y Tobago para que la decisión de la deportación se aplique para toda su familia.
Las deportaciones de venezolanos en situación migratoria irregular no son nuevas. A lo largo de este 2021 se han llevado adelante varios operativos de deportaciones y repatriaciones.
A finales del mes de septiembre, más de 150 venezolanos que entraron por rutas irregulares a Trinidad y Tobago fueron deportados después de soportar condiciones cuestionables, según denunciaron este 21 de diciembre en conferencia de prensa activistas de derechos humanos.
«Las autoridades detuvieron a estas personas en una comisaría que no estaba en condiciones para atenderlos, especialmente a niños y mujeres», sostuvo la activista Yesenia González.
Más de 1.000 personas han retornado hasta el 13 de julio de 2021. En ese entonces, rebrotes de contagios de la COVID-19 y casi un millar de muertes desde el inicio de la pandemia causaron graves problemas económicos en Trinidad y Tobago, que repercutieron en los venezolanos en forma de desempleo y la imposibilidad de hacer frente a sus gastos, entre estos el alquiler de vivienda.