Sonia* no veía un policía en la zona 10 del barrio José Félix Ribas de Petare desde finales del año 2019, luego de la ratificación del control de la zona de paz por alias Wilexis. No fue hasta la mañana de este 8 de mayo cuando un operativo policial, realizado por más de 600 funcionarios, la despertó.
Esta petareña, madre de un niño de cinco años, relató que desde que iniciaron los tiroteos por el control delictivo del barrio, evita abrir la ventana de su casa para proteger a su familia de las balas perdidas.
Una vez terminado el fuego en su sector, asegura que durmió con tranquilidad; pero la mañana de este viernes, al ver el despliegue policial, quedó sorprendida. “No es común ver a policías por aquí”, asegura Sonia, quien enfatizó que es residente del barrio desde que tiene conocimiento.
Funcionarios con uniformes que los identificaban como integrantes de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (Faes -PNB) merodeaban por la calle principal de la Zona 10, uno de los sectores en disputa entre la megabanda de alías «Wilexis” y la del apodado “El Gusano”.
“Estuvieron echando cuento entre ellos, mirando hacia las casas y luego se retiraron; por la Zona 10 no hubo confrontación. Nos llamó la atención fue el sobrevuelo de un helicóptero y la presencia policial”, dice.
A Sonia le sorprende la presencia policial porque en esta zona de Petare el Estado venezolano está «ausente». Desde 2017 Wilexis se autoproclamó líder de las calles del populoso sector y los vecinos han sido sometidos a sus reglas.
Sonia no presenció de primera mano cómo se desarrolló el operativo para capturar a los líderes negativos de las bandas criminales, el cual dejó al menos 12 personas muertas y cuatro detenidas.
Tampoco fue testigo de la incautación de 14 armas de fuego, 1.500 kilogramos de cocaína, 380 gramos de súpermarihuana y un vehículo, durante las siete horas de operativo, descrita en el parte policial filtrado a la prensa.
“Yo vi que muchos estaban llenando sus peroles de agua y cuando vieron a los funcionarios todo el mundo se guardó. La mayoría tenía miedo de quedar en medio de un enfrentamiento”. Sonia detalló que desde hace dos meses no hay agua en el sector.
Daniela* fue despertada por el sonido de los disparos; para ella ese sonido es común, debido a los cotidianos enfrentamientos entre bandas. Se escondió en su cama y a los pocos minutos de haber acabado el tiroteo, abrió la ventana del cuarto y vio que su suposición era errónea: Eran los policías quienes disparaban.
Los primeros disparos los escuchó a las 5:00 am. Las segundas detonaciones se dieron a eso de las 7:00 de la mañana y los últimos disparos que logró oír fueron a las 9 am. “Fueron detonaciones simples y esporádicas”, dice.
Tanto a Sonia como a Daniela les impactó el sobrevuelo del helicóptero por toda la zona. La mujer cuenta que estaba a tan baja altura que desde la azotea de su casa pudo ver a los funcionarios policiales dentro de la aeronave apuntando hacia los sectores que componen la zona.
“Tenía miedo que fueran a disparar desde el helicóptero porque en estos operativos siempre matan a quienes se le atraviesen, con tal de decir que mataron a los de la banda”, señala la mujer.
Una vez retirados los oficiales de las Faes, Cicpc y Conas, los vecinos salieron a ver lo ocurrido. Daniela desde su ventana escuchó uno de los comentarios, que resume la apreciación sobre los operativos en las barriadas venezolanas: “vienen a matar a un malandro para dejar a otro en el poder”.
*Nombres ficticios para proteger la identidad de las fuentes.
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Sonia* no veía un policía en la zona 10 del barrio José Félix Ribas de Petare desde finales del año 2019, luego de la ratificación del control de la zona de paz por alias Wilexis. No fue hasta la mañana de este 8 de mayo cuando un operativo policial, realizado por más de 600 funcionarios, la despertó.
Esta petareña, madre de un niño de cinco años, relató que desde que iniciaron los tiroteos por el control delictivo del barrio, evita abrir la ventana de su casa para proteger a su familia de las balas perdidas.
Una vez terminado el fuego en su sector, asegura que durmió con tranquilidad; pero la mañana de este viernes, al ver el despliegue policial, quedó sorprendida. “No es común ver a policías por aquí”, asegura Sonia, quien enfatizó que es residente del barrio desde que tiene conocimiento.
Funcionarios con uniformes que los identificaban como integrantes de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (Faes -PNB) merodeaban por la calle principal de la Zona 10, uno de los sectores en disputa entre la megabanda de alías «Wilexis” y la del apodado “El Gusano”.
“Estuvieron echando cuento entre ellos, mirando hacia las casas y luego se retiraron; por la Zona 10 no hubo confrontación. Nos llamó la atención fue el sobrevuelo de un helicóptero y la presencia policial”, dice.
A Sonia le sorprende la presencia policial porque en esta zona de Petare el Estado venezolano está «ausente». Desde 2017 Wilexis se autoproclamó líder de las calles del populoso sector y los vecinos han sido sometidos a sus reglas.
Sonia no presenció de primera mano cómo se desarrolló el operativo para capturar a los líderes negativos de las bandas criminales, el cual dejó al menos 12 personas muertas y cuatro detenidas.
Tampoco fue testigo de la incautación de 14 armas de fuego, 1.500 kilogramos de cocaína, 380 gramos de súpermarihuana y un vehículo, durante las siete horas de operativo, descrita en el parte policial filtrado a la prensa.
“Yo vi que muchos estaban llenando sus peroles de agua y cuando vieron a los funcionarios todo el mundo se guardó. La mayoría tenía miedo de quedar en medio de un enfrentamiento”. Sonia detalló que desde hace dos meses no hay agua en el sector.
Daniela* fue despertada por el sonido de los disparos; para ella ese sonido es común, debido a los cotidianos enfrentamientos entre bandas. Se escondió en su cama y a los pocos minutos de haber acabado el tiroteo, abrió la ventana del cuarto y vio que su suposición era errónea: Eran los policías quienes disparaban.
Los primeros disparos los escuchó a las 5:00 am. Las segundas detonaciones se dieron a eso de las 7:00 de la mañana y los últimos disparos que logró oír fueron a las 9 am. “Fueron detonaciones simples y esporádicas”, dice.
Tanto a Sonia como a Daniela les impactó el sobrevuelo del helicóptero por toda la zona. La mujer cuenta que estaba a tan baja altura que desde la azotea de su casa pudo ver a los funcionarios policiales dentro de la aeronave apuntando hacia los sectores que componen la zona.
“Tenía miedo que fueran a disparar desde el helicóptero porque en estos operativos siempre matan a quienes se le atraviesen, con tal de decir que mataron a los de la banda”, señala la mujer.
Una vez retirados los oficiales de las Faes, Cicpc y Conas, los vecinos salieron a ver lo ocurrido. Daniela desde su ventana escuchó uno de los comentarios, que resume la apreciación sobre los operativos en las barriadas venezolanas: “vienen a matar a un malandro para dejar a otro en el poder”.
*Nombres ficticios para proteger la identidad de las fuentes.