Xavier de Jesús Viloria Bastidas, de 27 años, murió el 12 de marzo en la noche. Participaba en una manifestación en Motatán, estado Trujillo, cuando una piedra lo impactó en la cabeza. Fue trasladado a un Centro de Diagnóstico Integral, pero ya había fallecido.
Ese día, los habitantes de diferentes localidades de la entidad andina crearon varios focos de protesta debido a los cortes de electricidad que los han afectado desde hace dos semanas. Cerca de las 9:00 pm, la quema de cauchos y los golpes a las cacerolas derivaron en una cadena de saqueos.
Uno de los lugares donde había manifestaciones fue la avenida 4 de Motatán, frente a la cancha del liceo Hilario Pizani Anselmi. Supuestamente, la víctima formaba parte del grupo de ciudadanos que mostraban su frustración por las fallas en el servicio eléctrico, cuando resultó herido y se desmayó.
El Diario Los Andes informó que, al parecer, cuando los manifestantes quisieron saquear un establecimiento asiático, ubicado en la avenida principal de Motatán frente al Bulevar del Estudiante, los residentes del cerro Caja de Agua -que queda al frente- empezaron a arrojar piedras y así fue como Viloria Bastidas recibió el golpe en la cabeza.
Fue llevado al CDI de la localidad debido a esa lesión de gravedad. El diagnóstico reveló que la casa de muerte fue un edema cerebral por contusión ocasionada con objeto contundente, hacia el lado izquierdo de la frente.
El medio regional precisa que el reporte inicial ofrecido por quienes lo llevaron hasta el CDI indicaba que el muchacho había sido víctima de un accidente de tránsito.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) abrió una investigación por el caso, por lo que, de confirmar que se trató de una muerte producida durante una protesta, sería el décimo caso registrado en los primeros tres meses del año. Marino Alvarado, activista de derechos humanos, informó por su cuenta de Twitter que hasta el fin de semana había ocho fallecidos en este contexto.
Ocho manifestantes han sido asesinados en 2018, según Marino Alvarado