Noche de zozobra. La mañana de este 24 de enero aún humeaban algunos restos de los escombros que manifestantes incineraron la noche anterior. Las calles estaban manchadas de negro por las cenizas, que vehículos evadían. En Petare, Palo Verde y sectores cercanos se habían lanzado a las calles a manifestar la noche anterior.

El descontento de la población en esta zona empezó con un cacerolazo a las 8:00 pm, que desencadenó una hora luego en los protestantes enfurecidos quemando basura y atravesando escombros en las vías.

“La gente descontenta bajó a la calle protestar. Eso dice mucho de una zona popular como esta, pero ya no se aguanta la situación de crisis en la que vivimos”, manifestó María León, vecina del sector.

Desde Palo Verde hasta La California en la avenida Francisco de Miranda  reposaban los escombros calcinados en la vía pública. La protesta antigubernamental inició desde temprano en  las calles de Caracas, en la marcha convocada por la oposición hacia Chacao. En la tarde se recrudeció la protesta y los ánimos se caldearon.

Terror y disparos

La protesta fue reprimida. Funcionarios de la policía de Sucre y de las Fuerzas de Acción Especial (Faes) disiparon a los manifestantes con bombas lacrimógenas y perdigones. La gente en los distintos sectores corría a buscar refugio.

Sin embargo, vecinos denunciaron que aprovechando la situación irregular de protesta, delincuentes se mezclaron entre la multitud para generar estragos. Aseguraron que una banda de civiles armados bajaron de varios barrios en Petare para enfrentarse a los policías.

“Lo que era primero una protesta se convirtió en un toque de queda. Quien andaba en la calle a esa hora era bajo su propio riesgo. La delincuencia organizada se tomó las calles”, expresó León.

El terror se apoderó del momento. El intercambio de disparos se prolongaron hasta la 1:00 am. El recital de detonaciones se mezcló con los gritos de la gente en la calle, los insultos al gobierno y las cacerolas. Los vecinos se resguardaron en sus hogares a la expectativa de qué sucedía.

“Los disparos se escucharon toda la noche hasta la madrugada. Nos resguardamos, porque esos momentos son peligrosos, cualquier cosa puede pasar”, comentó Estefany Vásquez, residente de José Félix Ribas.

Los delincuentes llegaron hasta el elevado de Palo Verde para enfrentarse al módulo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que se encuentra ahí. Durante el tiroteo por el elevado, se detonó una granada. Además, un delincuente murió por impacto de bala.

El día después

Los comerciantes de la redoma de Petare se recogieron temprano el 23 de enero. Pocos presenciaron lo sucedido en las calles que la noche anterior vivió una jornada de disturbios. Aseguraron relativa normalidad, después de lo sucedido.

“Hoy ha estado todo relativamente normal. Vemos los escombros en el suelo y escuchamos lo que pasó, pero pocos sabemos, porque aquí los comercios recogen temprano”, comentó un comerciante en esta redoma.

El transporte falló la mañana de este jueves. En algunas zonas de Petare, como los barrios Carpintero y San Blas, fue muy poca la presencia de unidades. Habitantes de estas zonas aseguraron que debieron caminar largos tramos para llegar a sus destinos.

“No hubo transporte esta mañana. Los conductores se habrán resguardado después de lo que sucedió la noche anterior”, expresó una vecina.

También residentes de urbanizaciones en Palo Verde denunciaron también la falta de transporte en la localidad.

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