Desde este martes 25 de septiembre dos parroquias del municipio Arismendi del estado Sucre se encuentran en “toque de queda”. Los habitantes temen ser víctimas de las armas de bandas delictivas que se disputan el control de San Juan de Unare y San Juan de Las Galdonas.

De acuerdo con información extraoficial, el martes hubo una reunión de los grupos delictivos para hacer una tregua entre ellos. Ese día, se vieron patrullas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en la localidad, por lo que uno de los cabecillas intentó avisar a su gente para que se resguardara.

“Salió del carro y en eso pasó una moto de la que le dispararon en la cabeza”, indicó una fuente que tiene un allegado en la zona. A partir de ese momento las comunicaciones en San Juan de las Galdonas se cortaron.

Los pobladores vivieron dos días de enfrentamiento armado. El miércoles en la tarde se reportó la llegada de militares a la zona y aún así el miedo se mantuvo en los ciudadanos.

“La gente se comenzó a enterar de la magnitud del problema cuando lograban llegar a Río Caribe. Allí está el hospital más cercano. Algunos no han podido salir con los heridos, porque la gente teme dar transporte y meterse en rollos con la banda delictiva”, explicó la fuente, quien denunció el toque de queda autoimpuesto por los pobladores.

Hasta este viernes 28 de septiembre, los rumores de una masacre no han sido desmentidos por las autoridades nacionales ni locales. Algunos habitantes señalan que hay cerca de 30 muertos.

“(…) San Juan de las Galdonas paga las consecuencias de años de actividad ilícita. Al pueblo del estado Sucre lo conquistaron las mafias. Sus habitantes han visto que es más cómodo vivir del tráfico de drogas que de la pesca o la agricultura, y el turismo se perdió de una de las costas más exuberantes de Venezuela”. Este texto es parte de un reportaje publicado en Clímax en 2016. Desde esa época ya se sabía el dominio de las bandas narcotraficantes en la zona.