Maduro crea comisión presidencial para el cambio climático

Entre grupos armados e intentos por retomar el control del Estado. Así se mueve la lucha de poder por el control del oro en el estado Bolívar, epicentro de la minería en Venezuela.

Así lo refleja la La investigación El Dorado de Maduro: Bandas, guerrillas y el oro de Venezuela, publicada por la organización InSight Crime, que detalla cómo los intentos del Estado de controlar el AMO llevaron al “caos criminal”, protagonizado por grupos guerrilleros, bandas armadas y elementos estatales corruptos que se enfrentan por el oro.

En el año 2019, el mandatario Nicolás Maduro anunció que le daría a cada gobernador una mina de oro para ayudar a financiar sus administraciones. Sin embargo, las minas estaban controladas por bandas criminales, conocidas como sindicatos. Uno de esos grupos criminales, la banda de Toto (formada en el año 2014), ha resistido a los esfuerzos del Estado venezolano.

Para el momento en el que surgió la banda, en Bolívar gobernaba el general Francisco Rangel Gómez. Según testimonios recolectados por la organización, existía una red clandestina entre las bandas armadas del círculo cercano de Rangel y las concesiones criminales repartidas en las zonas mineras. Las bandas pedían oro a cambio.

Grupos armados contra la Dgcim

En El Callao, los grupos criminales empezaron a enfrentarse a Rangel. La banda más poderosa era la del Toto, que surgió en el sur de El Perú, donde están ubicadas varias minas abandonadas por Minerven. Los lazos comunitarios y los actos violentos consiguieron que se estableciera como “el poder independiente dominante” en la zona.

El 8 de mayo de 2020 fue asesinado un músico de calipso de 76 años. Las autoridades locales incriminaron a la banda de Toto por el asesinato. Sin embargo, luego de su muerte, el Estado tomó su mina y la entregó a Mibiturven. Luego del suceso, se intensificaron las operaciones policiales contra la banda.

Con el paso del tiempo y los incidentes, el grupo criminal se concentró más en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), quienes coordinaban ataques contra la banda y se encargaban de la seguridad de las áreas ganadas por las fuerzas estatales. Hasta el 17 de noviembre, fecha de publicación del informe de InSight Crime, Toto continúa en El Perú y comete actos violentos “de manera esporádica”.  

La investigación también muestra cómo ha sido la entrada de la guerrilla colombiana y otros grupos en las minas y su relación con el gobierno venezolano

Puede leer la investigación completa aquí.   

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