Barbería
Barbería

El día en el que Franklin Iriarte decidió ser barbero pasaba por un problema económico: No tenía cómo pagar su corte de cabello en la barbería que frecuentaba en La Guaira, estado Vargas. En 2012 compró su primera máquina de afeitar para iniciarse en la labor. Lo que comenzó como una solución económica terminó como un oficio. 

Franklin, de 38 años de edad, es guaireño, de piel morena y dos hoyuelos en las mejillas se dejan ver cada vez que sonríe. Habla  rápido, al ritmo de las personas que habitan en las costas y emprendió hace siete meses un negocio en el que ha puesto todo su empeño. 

Desde que Iriarte aprendió a cortar el cabello a los hombres, comenzó a trabajar como barbero. Lo hacía de lunes a sábados, en un estacionamiento ubicado en el sector Caribe del estado Vargas. Al día podía atender hasta 40 personas y las jornadas se extendían hasta altas horas de la noche. 

En el estacionamiento no faltaba el café, la educación, las buenas vibras y el aire acondicionado para paliar las altas temperaturas que registra el Litoral Central. Allí hizo a sus primeros clientes. 

A pesar de recibir muchos clientes en el local, el dinero no le alcanzaba. A raíz de eso Franklin decidió empezar a reunir dinero para comprar un autobús y ponerlo a trabajar en alguna ruta de transporte. De esto tenía un poco de experiencia porque el barbero también tenía un carro para hacer transporte privado. 

Cuando pudo reunir el dinero compró el autobús, su meta era que este vehículo trabajara en las líneas de transporte que cubren los sectores de la parroquia Maiquetía y Carlos Soublette. Pero un amigo llegó con una idea que lo hizo cambiar de opinión. 

La barbería móvil 

“Decidí comprar un autobús para ponerlo a trabajar normalmente en la ruta para tener otra entrada de dinero a parte de mi profesión, pero llegó un amigo se lo comentó a un cliente y me dice riéndose: vas a montar una barbería móvil, yo me quedé pensando”, dijo Iriarte al equipo de Solaz. 

Al escuchar la idea de la barbería móvil Franklin se la comentó a un amigo cercano y este le explicó que en otros países muchas personas transformaban autobuses en barberías rodantes. Por esto, decidieron entrar a YouTube para verificar si era cierto. 

Tras ver que el negocio funcionaba en otros lugares Franklin no lo pensó dos veces. Vendió su carro particular para comprar un autobús, que aunque no estaba en muy buenas condiciones, lo arregló para iniciar allí su barbería móvil. 

“Con lo que vendí mi carro conseguí este autobús todo feíto y picado, pero por lo menos rodaba aunque con detalles, desde allí comenzó todo. Empecé a ‘latonearlo’, a fondearlo, a pintarlo yo mismo. Lo hice con pintura de herrería, fondo marino, anticorrosivo, lo reparé con láminas que conseguía por allí y así”, contó con orgullo el barbero móvil de La Guaira. 

Todo el proceso de remodelación del autobús comenzó en septiembre de 2021. El barbero compró la unidad de transporte a un precio asequible. Franklin decidió comprar el bus porque el alquiler de un local era “extremadamente caro” y se le hacía cuesta arriba pagar por el mantenimiento y los servicios. 

“Como yo no tengo tantos recursos inicié este proyecto con el autobús, que no hace falta pagar local, el mantenimiento lo hago yo mismo, que es para el mismo autobús y es un local como tal”, cuenta con emoción. 

Franklin trabaja en su barbería móvil solo. A veces, su esposa, con quien tiene 15 años de casado y dos hijas, lo ayuda. Como está comenzando está haciendo una nueva cartera de clientes y aunque actualmente no atiende a los 40 que afeitaba cuando trabaja en el local del estacionamiento, poco a poco su negocio ha ido creciendo. 

Un buen trato

Para Franklin es fundamental que en su barbería todos los clientes sean tratados muy bien: “un buen trato y un excelente servicio seguramente los harán volver”. Aunque a su autobús todavía le hacen falta algunos detalles, el barbero tiene las esperanzas de que este negocio lo ayude a prosperar. 

Iriarte, que habita en una comunidad de la Misión Vivienda en Tanaguarenas, señaló que actualmente está poniendo a prueba a otro barbero para que lo ayude dentro del autobús, pero dijo que no puede contratar a alguien más porque necesita hacerles mejoras al transporte-local. 

Pero Iriarte es exigente con las posibles contrataciones de sus empleados. “Se requiere unos buenos barberos, que tengan respeto hacia el prójimo para atender al cliente, que atiendan al cliente sin mala intención y que sean muy respetables, muy educados en la forma de hablar y muy responsable con el trabajo”, explica Iriarte. 

Espera poder llevar su unidad de transporte convertida en barbería a todos los rincones de La Guaira, pero recientemente no la ha podido mover porque los cauchos están lisos y representaría un peligro el traslado. 

“Poco a poco le estoy acomodando los detalles para que esté fino de todo y así espero salir para Caracas y otros lugares, o quizás comprar otra unidad. Pero, por ahora, no puedo salir de La Guaira por las condiciones que está el carro”, explicó. 

El corte solidario 

Un corte de cabello en la barbería móvil cuesta 5 dólares, pero a Iriarte nunca se le olvida que fue por no tener dinero que comenzó a trabajar como barbero, y es por eso que el joven atiende en su negocio a personas que no tienen para pagar lo que cuesta el corte de cabello. 

“Hay personas que a veces vienen y no tienen y yo le bajo el precio en tres dólares, hay clientes que los pagan, incluso dan propinas y otros no lo pueden pagar. Uno se pone al ras de su bolsillo para ayudarlos”, cuenta. 

El corte de los cinco dólares incluye la barba, por esa cantidad de dinero también limpia las cejas, las orejas y la nariz. 

“Familiares y amigos están enamorados del proyecto, están orgullosos de mí, están muy contentos, la gente, las amistades, todos toman fotos, me felicitan”, dijo Franklin Iriarte, quien transformó un autobús en una barbería móvil.

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