Al espacio y más allá: el comienzo de los vuelos espaciales tripulados

CIENCIA · 12 ABRIL, 2022 20:33

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Rosmina Suárez Piña | @sciencelover_rs


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El 12 de abril de 1961 fue la fecha que marcó el gran inicio de la exploración espacial. 

Ese día, Yuri Gagarin, de Rusia, fue el encargado de realizar el primer vuelo espacial tripulado en la Vostok 1, cuatro años después del lanzamiento exitoso del primer satélite artificial Sputnik I, también ruso. 

Con el objetivo logrado y por declaración de las Naciones Unidas, cada 12 de abril se conmemora el Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados para “conmemorar el principio de la era espacial y reafirmar que la ciencia y la tecnología espacial contribuyen de manera crucial a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible y aumentar el bienestar de los pueblos”. 

A propósito de esta fecha, en Efecto Cocuyo te contamos acerca de los inicios de estos vuelos con protagonistas humanos. 

De la órbita de Gagarin a la Luna

Antes de lanzar humanos fuera de nuestro planeta fueron lanzados robots y animales para comprobar los límites del cuerpo humano en el espacio. 

Los más famosos fueron el chimpancé Ham (de Mercury), que regresó vivo al zoológico de Washington; y la perrita soviética Laika, que falleció a bordo de la Sputnik 2 en 1957. 

Sin embargo, luego del hito de Gagarin comenzó lo que conocemos como “la carrera espacial”. 

En paralelo a los logros de Rusia, la Nasa en Estados Unidos preparaba su Proyecto Mercury, con el que el astronauta Alan Shepard Jr. se convirtió en el primer estadounidense en visitar el espacio el 5 de mayo de 1961, a bordo del Mercury-Redstone 3.

Shepard Jr. voló durante 15 minutos en un vuelo que llamaron “Freedom 7”, que, según estimaciones, fue presenciado por unos 45 millones de telespectadores.

Unas semanas después del Freedom 7, el presidente estadounidense John F. Kennedy anunció la intención de enviar un hombre a la Luna para el final de esa década. 

Allí nacieron las misiones espaciales Gemini y Apolo, de la Nasa. 

Gemini fue diseñado para perfeccionar las naves espaciales, que pudieran realizar acoplamientos y maniobras avanzadas necesarias para un futuro alunizaje. 

A medida que aumentaba la extensión de las misiones espaciales, los astronautas comenzaron a “vivir” dentro de las naves o caminar fuera de ella, como el cosmonauta soviético Alexsei Leonov, quien se convirtió en la primera persona en salir de su nave espacial y dar los primeros pasos en marzo de 1965.

Unos años antes, en 1963, Rusia vuelve a tomar delantera enviando a la primera mujer a orbitar la Tierra durante 49 días: Valentina Tereshkova

La misión Apolo ya la conocemos. Fue la que dispuso un primer “ganador” de esa carrera espacial al lograr el alunizaje de tres astronautas y regresarlos a casa… vivos. 

Pero con un costo incluso mortal

En el inicio de las misiones Apolo, los astronautas Virgil «Gus» Grissom, Edward White y Roger Chaffee murieron en un incendio de la plataforma de lanzamiento durante un entrenamiento antes del primer vuelo.

Pero fue el 20 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong y Edwin «Buzz» Aldrin se convirtieron en las primeras personas en llegar a nuestro satélite con la misión Apolo 11.

Además de la 11, otras cinco misiones visitaron la Luna antes de que el proyecto Apolo finalizara en 1972 y se pausara una primera etapa de exploración y acercamiento a las estrellas. 

La cooperación representada por la Estación Espacial Internacional 

El laboratorio orbital más famoso también tuvo sus inicios en un paso a paso para lo que conocemos hoy. 

En abril de 1971, Rusia lanzó la primera estación llamada “Salyut”, pero la tripulación que atracó con la estación en órbita murió posteriormente cuando regresaba a la tierra al escaparse el aire de su capsula Soyuz.

Dos años después, en mayo de 1973, la Nasa lanzó la estación Skylab, construida de la parte superior del cohete Saturno V. 

De allí se derivan otros hitos y también tragedias: en febrero de 1984, el astronauta Bruce McCandless se convirtió en la primera persona en caminar en el espacio durante 90 minutos sin estar atado a la nave. 

En ese año, pero en junio, Sally Ride se convierte en la primera mujer en viajar al espacio, a bordo de la nave espacial Challenger.

Cuando todo parecía marchar bien, en enero de 1986, la Challenger explotó en el aire poco después de despegar y los siete astronautas a bordo murieron, lo que pausó por varios años el envío de exploradores humanos de la Nasa. 

Por su parte, Rusia (en ese momento Unión Soviética) lanzó la estación espacial Mir, compuesta por siete subestaciones de atracamiento y la posibilidad de agregar nuevos módulos para expandir su tamaño y capacidad. 

Y así, para septiembre de 1993, el primer ministro ruso, Victor Chernomyrdin, y el vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, firmaron un acuerdo para fusionar la estación estadounidense Freedom y la rusa Mir-2, lo que sentó las bases para la creación de la Estación Espacial Internacional (EEI). 

En la actualidad, con altos y bajos, son varios los países que trabajan en conjunto en la EEI: desde astronautas estadounidenses y rusos, hasta exploradores europeos y japoneses, lo que ha permitido que la presencia humana y cooperación en órbita se mantenga vigente. 

Mientras tanto, sin contar los numerosos exploradores robóticos activos y el crecimiento del “turismo espacial”, también se planifican más y más misiones humanas, como el programa Artemisa de la Nasa, que ya tiene sus candidatos a pisar la Luna; y el programa lunar de Rusia, retomado recientemente por su gobierno. 

 

CIENCIA · 12 ABRIL, 2022

Al espacio y más allá: el comienzo de los vuelos espaciales tripulados

Texto por Rosmina Suárez Piña | @sciencelover_rs

El 12 de abril de 1961 fue la fecha que marcó el gran inicio de la exploración espacial. 

Ese día, Yuri Gagarin, de Rusia, fue el encargado de realizar el primer vuelo espacial tripulado en la Vostok 1, cuatro años después del lanzamiento exitoso del primer satélite artificial Sputnik I, también ruso. 

Con el objetivo logrado y por declaración de las Naciones Unidas, cada 12 de abril se conmemora el Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados para “conmemorar el principio de la era espacial y reafirmar que la ciencia y la tecnología espacial contribuyen de manera crucial a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible y aumentar el bienestar de los pueblos”. 

A propósito de esta fecha, en Efecto Cocuyo te contamos acerca de los inicios de estos vuelos con protagonistas humanos. 

De la órbita de Gagarin a la Luna

Antes de lanzar humanos fuera de nuestro planeta fueron lanzados robots y animales para comprobar los límites del cuerpo humano en el espacio. 

Los más famosos fueron el chimpancé Ham (de Mercury), que regresó vivo al zoológico de Washington; y la perrita soviética Laika, que falleció a bordo de la Sputnik 2 en 1957. 

Sin embargo, luego del hito de Gagarin comenzó lo que conocemos como “la carrera espacial”. 

En paralelo a los logros de Rusia, la Nasa en Estados Unidos preparaba su Proyecto Mercury, con el que el astronauta Alan Shepard Jr. se convirtió en el primer estadounidense en visitar el espacio el 5 de mayo de 1961, a bordo del Mercury-Redstone 3.

Shepard Jr. voló durante 15 minutos en un vuelo que llamaron “Freedom 7”, que, según estimaciones, fue presenciado por unos 45 millones de telespectadores.

Unas semanas después del Freedom 7, el presidente estadounidense John F. Kennedy anunció la intención de enviar un hombre a la Luna para el final de esa década. 

Allí nacieron las misiones espaciales Gemini y Apolo, de la Nasa. 

Gemini fue diseñado para perfeccionar las naves espaciales, que pudieran realizar acoplamientos y maniobras avanzadas necesarias para un futuro alunizaje. 

A medida que aumentaba la extensión de las misiones espaciales, los astronautas comenzaron a “vivir” dentro de las naves o caminar fuera de ella, como el cosmonauta soviético Alexsei Leonov, quien se convirtió en la primera persona en salir de su nave espacial y dar los primeros pasos en marzo de 1965.

Unos años antes, en 1963, Rusia vuelve a tomar delantera enviando a la primera mujer a orbitar la Tierra durante 49 días: Valentina Tereshkova

La misión Apolo ya la conocemos. Fue la que dispuso un primer “ganador” de esa carrera espacial al lograr el alunizaje de tres astronautas y regresarlos a casa… vivos. 

Pero con un costo incluso mortal

En el inicio de las misiones Apolo, los astronautas Virgil «Gus» Grissom, Edward White y Roger Chaffee murieron en un incendio de la plataforma de lanzamiento durante un entrenamiento antes del primer vuelo.

Pero fue el 20 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong y Edwin «Buzz» Aldrin se convirtieron en las primeras personas en llegar a nuestro satélite con la misión Apolo 11.

Además de la 11, otras cinco misiones visitaron la Luna antes de que el proyecto Apolo finalizara en 1972 y se pausara una primera etapa de exploración y acercamiento a las estrellas. 

La cooperación representada por la Estación Espacial Internacional 

El laboratorio orbital más famoso también tuvo sus inicios en un paso a paso para lo que conocemos hoy. 

En abril de 1971, Rusia lanzó la primera estación llamada “Salyut”, pero la tripulación que atracó con la estación en órbita murió posteriormente cuando regresaba a la tierra al escaparse el aire de su capsula Soyuz.

Dos años después, en mayo de 1973, la Nasa lanzó la estación Skylab, construida de la parte superior del cohete Saturno V. 

De allí se derivan otros hitos y también tragedias: en febrero de 1984, el astronauta Bruce McCandless se convirtió en la primera persona en caminar en el espacio durante 90 minutos sin estar atado a la nave. 

En ese año, pero en junio, Sally Ride se convierte en la primera mujer en viajar al espacio, a bordo de la nave espacial Challenger.

Cuando todo parecía marchar bien, en enero de 1986, la Challenger explotó en el aire poco después de despegar y los siete astronautas a bordo murieron, lo que pausó por varios años el envío de exploradores humanos de la Nasa. 

Por su parte, Rusia (en ese momento Unión Soviética) lanzó la estación espacial Mir, compuesta por siete subestaciones de atracamiento y la posibilidad de agregar nuevos módulos para expandir su tamaño y capacidad. 

Y así, para septiembre de 1993, el primer ministro ruso, Victor Chernomyrdin, y el vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, firmaron un acuerdo para fusionar la estación estadounidense Freedom y la rusa Mir-2, lo que sentó las bases para la creación de la Estación Espacial Internacional (EEI). 

En la actualidad, con altos y bajos, son varios los países que trabajan en conjunto en la EEI: desde astronautas estadounidenses y rusos, hasta exploradores europeos y japoneses, lo que ha permitido que la presencia humana y cooperación en órbita se mantenga vigente. 

Mientras tanto, sin contar los numerosos exploradores robóticos activos y el crecimiento del “turismo espacial”, también se planifican más y más misiones humanas, como el programa Artemisa de la Nasa, que ya tiene sus candidatos a pisar la Luna; y el programa lunar de Rusia, retomado recientemente por su gobierno. 

 

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