¿Nos quieres exterminar? ¿Quieren acabar con los trabajadores de la salud? Se preguntó Denis Guédez, vocero del sindicato de trabajadores del Hospital Clínico Universitario de Caracas, luego de denunciar que hasta el 30 de abril de este año gozarán del servicio funerario, contemplado en la convención colectiva, y que les presta desde hace 21 años la compañía El Rosal.

Este 22 de abril, Guedez -junto a un nutrido grupo de trabajadores, entre los que se mezclaron médicos, enfermeras, administrativos y obreros- dijo que les llegó una comunicación de la Funeraria El Rosal en la cual les informaban la suspensión del servicio por deudas acumuladas por los contratantes.

Destacó que hace tres semanas enviaron una petición de información al Ministerio de Salud y a la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) para aclarar la situación, y para conocer cuál es la partida presupuestaria de este puesto asistencial. A la fecha no han tenido respuesta, aclaró.

Este jueves en horas de la mañana realizaron una asamblea en la que esperaban contar con la presencia de la junta directiva del HCUC, “pero no llegaron y las oficinas a esta hora (ya cercano al mediodía) están cerradas”.

Guedez indicó que con un salario que está por debajo de los dos dólares mensuales es imposible costear un servicio funerario. “Se requieren 500 dólares y si es cremación 700 dólares. Hemos agotado todos los canales, pero ya estamos cansados, no nos hacen caso, y estamos dispuestos a llegar a las consecuencias, así sea por la vía de protestas, con paro, con los brazos caídos.

«Desde que comenzó la pandemia nosotros hemos subsidiado todo: la protección, las medicinas que necesitamos, el pasaje, y ellos (las autoridades) no han tenido consideraciones con el sector salud”, dijo.

El pasado 6 de abril, también en las puertas de este centro asistencial, los estudiantes de carreras de salud protestaron en contra de la falta de protección para el personal sanitario que hace frente a la pandemia de COVID-19.

Exigieron a las autoridades la llegada de vacunas y la inmunización masiva a todos los profesionales del HUC y del resto del país, así como de las áreas administrativas de los centros de salud.

Sin embargo, fueron agredidos por grupos de choque que afirmaban que 100% del hospital estaba vacunado, que el hospital cuenta con dotación y que no está colapsado.

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