Nohemí Oliveros falleció escasos minutos antes del peor apagón en la historia de Venezuela. Era una paciente de 15 años con síndrome nefrótico y permanecía hospitalizada en la emergencia del J.M. de los Ríos, en Caracas, desde hace 37 días.
La tarde del viernes, 7 de marzo, murió producto de un shock séptico. Su acta de defunción indica que ingresó al principal centro pediátrico del país con una neumonía y que, posteriormente, su estado de salud se complicó por una bacteria intrahospitalaria.
La adolescente acababa de cumplir 15 años el pasado 30 de enero. Su madre Lolymar estaba esperando que Nohemí se mejorara para poder hacerle una celebración de quinceañera.
Lolymar había participado en las protestas que han realizado las madres de los pacientes de Nefrología del J.M. de los Ríos a las puertas del hospital. Su hija requería un cambio de catéter y necesitaba que le practicaran exámenes médicos constantemente para monitorear su estado de salud.
De origen humilde, su familia solo pudo acceder a los chequeos médicos mediante las ayudas de ONG y de donaciones porque en el centro pediátrico son contados los insumos y equipos para hacer este tipo de diagnósticos.
Lea también: Inoperatividad de equipos y ausencia de reactivos dificultan diagnósticos en el J.M. de los Ríos
Desde mayo de 2017 hasta enero de 2019 han fallecido 25 niños y adolescentes del servicio de Nefrología del J.M. de los Ríos. Parte de ellos se contaminaron durante el brote infeccioso que se produjo dos años antes en la hemodiálisis y fueron trasladados a otras unidades del país para recibir tratamiento.
La muerte de Nohemí es la número 26 desde entonces. Solo en lo que va de 2019, la adolescente en la quinta paciente en fallecer. Antes de ella murieron Mariángel Romero (2 de enero), Frandynson Torrealba (8 de enero), Harold Alcalá (25 de enero) y Víctor Pacheco (18 de febrero).
Desde hace más de un año, el servicio de Nefrología del J.M. de los Ríos cuenta con una medida de protección otorgada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh). Pese a las medidas del organismo internacional, las precarias condiciones en el departamento persisten en medio de la emergencia de salud.
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