Credit: Mairet Chourio | @mairetchourio (Archivo)

Tras más de dos años de pandemia, trabajadores de la salud del sistema público de Venezuela siguen expuestos al contagio de COVID-19, debido a la falta de suficientes equipos de protección personal, especialmente el personal del área de enfermería. 

Según Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Profesionales de la Enfermería de Distrito Capital, en este tiempo de pandemia aún existe poca dotación de equipos para la bioseguridad de los profesionales sanitarios en todo el país.  

“Las condiciones de bioseguridad siguen con graves fallas. Ante esta situación se reutiliza el material, a pesar del riesgo que esto implica”, dijo a Efecto Cocuyo.

Debido a la ausencia de suficientes equipos de protección, algunas enfermeras y enfermeros, además de reutilizar el material, dependen de donaciones realizadas por organizaciones no gubernamentales. 

“Es imposible que con su sueldo una enfermera pueda comprar equipos de protección personal”, añadió.

Enfermería, la más afectada 

De acuerdo con el reporte del primer trimestre de 2022 publicado por la organización Monitor Salud, entre enero y marzo de este año se registraron 1.971 contagios de COVID-19 entre trabajadores de la salud, y el personal más afectado fue el perteneciente al área de enfermería, con 412 casos positivos.

El informe, que registra la situación de 69 centros de salud (28 en la región central, 23 en occidente y 18 en oriente), señala que también se vieron afectados los obreros (338 contagios), los médicos (282 contagios), empleados administrativos (236) y bioanalistas/asistentes (175). 

“Las cifras muestran que los trabajadores de salud, por la naturaleza de sus labores, continúan siendo los más afectados por el COVID-19”, resalta el boletín. 

Igualmente destaca que en las emergencias de los hospitales monitoreados no hubo mascarillas ni guantes el 40 % del tiempo. En las salas de hospitalización no contaron con mascarillas 44 % del tiempo estudiado (equivalente a 40 días). Tampoco hubo protección facial/ocular 58 % del tiempo. 

En las unidades de cuidados intensivos el personal no contó con mascarillas ni guantes el 24 % del tiempo. En las UCI monitoreadas el personal de salud no contó tapabocas 24 % del tiempo.

Expuestos y sin luz

Ana Rosario Contreras enfatiza que pese a que la ocupación hospitalaria relacionada con el COVID-19 ha descendido, el gremio no cuenta con todas las herramientas suficientes para protegerse ante esta y otras enfermedades y obstáculos para ejercer su profesión.  

“Aunque la ocupación hospitalaria por complicaciones de COVID-19 ha disminuido, también vemos con mucha preocupación, y lo estamos investigando, el aumento de casos de tuberculosis y otras patologías emergentes y reemergentes, cuyos cuidados ameritan equipos de bioseguridad para el personal. Además se nos está sumando en Caracas los frecuentes cortes de energía eléctrica”, dijo.

A mediados de abril, los centros asistenciales del Complejo Hospitalario José Ignacio Baldó de El Algodonal sufrieron cortes eléctricos que dificultaron la aplicación de tratamientos para los pacientes hospitalizados. El 20 de abril, una de las interrupciones de la energía eléctrica dejó a médicos y enfermeros del quirófano de la maternidad Andrés Herrera Vegas a oscuras mientras realizaban una histerectomía. 

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